«No damos abasto. Es cierto que nos han enviado refuerzos, pero no es suficiente». Son palabras de un guardia civil en la frontera de Ceuta con Marruecos, describiendo la situación de «desamparo» en la que se encuentran.
Con este nuevo asalto ya son 718 las personas llegadas por esta vía en menos de un mes y 1.316 las acogidas en el centro de estancia ceutí, que solo cuenta con 512 plazas. «Lo tenían planificado. Han aprovechado el rezo previo al sacrificio de los animales», destacaba un agente.
La foto más escandalosa es la de vecinos ceutíes aplaudiendo la llegada de los subsaharianos que han atacado a la Guardia Civil. Está publicada en el diaro El País y lleva la firma de Joaquín Sánchez de la agencia AFP.
Alguno de los subsaharianos que han pisado el suelo ceutí recibió una primera ayuda en casas particulares en su carrera hacia el CETI que, si bien tiene una capacidad prevista para 500 personas, hoy alberga a más de 1400.
«Han aprovechado la festividad de la Pascua musulmana para llevarlo a cabo, pero eso no quita que mañana pueden volver a hacerlo».
En esta ocasión, «lo han hecho por el mismo sitio, con los mismos medios y con más virulencia si cabe. Ya sabemos cómo funcionan y aún así no podemos evitarlo. Todo esto provocando creando un efecto llamada que vamos a sufrir en muy poco tiempo».
Por el momento, la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha solicitado al Gobierno «mayores medios de protección» ante «los métodos cada vez más agresivos».
«Han usado objetos punzantes de fabricación propia y lanzallamas caseros…. lo que pone en riesgo la integridad de los guardias, que cuentan con medios muy escasos para defenderse de los ataques».
El CETI de Ceuta dobla ya su capacidad máxima con la entrada de los últimos subsaharianos. En Carmona (Sevilla), por otro lado, los acogidos multiplican por cinco la capacidad del centro.
Los trabajadores del Centro de Menores San Juan de Ávila señalaron que empezaron en junio con 25 menores. Pasado mediados de agosto están con 90, de los que 12 son españoles y 78 «menas». La «situación es caótica», hay «camas en los pasillos» y «enfrentamientos».