Soberbia tribuna este 12 de diciembre de 2018 en el diario ABC de Ramón Pérez-Maura desvelando las razones por las que, a su juicio, a la izquierda mediática, con laSexta a la cabeza, le interesa ‘engordar’ a la formación de Santiago Abascal.
Recuerda el columnista del diario de Vocento que:
«Cunden las mentiras de la extrema derecha», narraba un periodista de 24 Horas de TVE el pasado lunes en la franja entre las 20.30 y las 21.00. No hará falta explicar que no estaba interviniendo en un espacio de opinión. El anónimo periodista estaba -supuestamente- dando una noticia. Y aunque yo pudiera llegar a estar de acuerdo con su opinión, jamás estaría de acuerdo con que RTVE opine así. Porque en todo medio, prensa, radio, televisión o digital, las opiniones que no están firmadas las suscribe el medio que las difunde. Y habrá que reconocer que los españoles de extrema derecha pagan al menos los mismos impuestos que los de extrema izquierda y por lo tanto tienen derecho a no ser atacados con el fruto de su trabajo y su contribución al sostenimiento del Estado.
Entra directamente en el asunto importante, en el de ese interés por Vox:
Caso complementario y muy interesante es el de algunos medios de comunicación privados que están practicando la perfecta pinza antidemocrática. Me llamó la atención en este terreno el programa ‘Salvados’ del pasado domingo en La Sexta. Jordi Évole hizo un largo reportaje sobre Vox, algo perfectamente justificado desde el punto de vista periodístico porque el auge de esa formación en Andalucía la sitúa en el objetivo del interés informativo. El programa no fue favorable para Vox, suponiendo que el reportaje hubiese sido hecho para un público que habite en las islas Maldivas, en el entorno de Tombuctú o en el mismo Nueva York. Pero sospecho que para el potencial público de La Sexta, que más bien mora por Vallecas, Gandía y Alcaudete de la Jara, fue muy positivo. Porque los ataques desde esa televisión tan bien rebautizada como La Secta son motivo de aliento para sus votantes.
Desentraña cuál es la intención que hay detrás de ese interés exacerbado en promocionar a Vox:
La presencia de Carlos Herrera rebatiendo algunas de las preguntas servía además como legitimación para el programa y al final la emisora de Mauricio Casals contribuyó a engordar a Santiago Abascal y los suyos. Hemos ahí la pinza perfecta: el juego de los medios de izquierda consiste en conseguir que Vox tenga el mayor número de votos posibles para después denunciar desde todos sus altavoces que un Gobierno con el respaldo de Vox es un Gobierno antidemocrático, ilegítimo y, si pudieran llegar a articular legalmente su voluntad, también sería ilegal.
Y remacha:
A mí nadie tiene que convencerme de que es mucho más constitucional Vox que Podemos. Es mayor el peligro que representa para nuestra democracia la formación de Iglesias que la de Abascal. Pero también es muy superior la habilidad en el manejo de los medios de comunicación de la izquierda que la de la derecha. Desde el Gobierno de la nación se está engordando el ‘monstruo’ de Vox como forma de romper al Partido Popular. Y hay quien argumenta, legítimamente, que en 2014 desde el Gobierno de la nación se alentó el surgimiento de Podemos como forma de fracturar al PSOE. Pero la gran diferencia, la muestra incuestionable de la burricie de nuestra derecha democrática, reside en que ella dio a la izquierda anticonstitucional el control ideológico de La Sexta -como podemos testimoniar los que hemos sido punchbags en ‘Al rojo vivo’-. Desde ahí se creó Podemos y ahora se engorda Vox. Y la gran tragedia de la derecha constitucional española es que en el otro lado del espectro político, desde el punto de vista televisivo, todo es mustio collado. No hay casi nada. Y no lo hay porque la derecha no ha sido capaz de crear las condiciones para que lo hubiera, ni con el Gobierno de José María Aznar ni con el de Mariano Rajoy.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72