Acostumbrados a leer entrevistas en festividades donde los politicuelos y famosuelos se limitan a hablar de trivialidades intrascendentes que van desde su comida favorita a sus hobbys, a entrevistas de televisión donde los Ristos Mejides y Anas Pastores de turno parecen tener más ganas de sacar un «momento espectáculo», que es posible que a muchos hayan sorprendido para bien las ‘confesiones’ de Francisco González y Millán Salcedo publicadas a punto de acabar el año, el 30 de diciembre de 2018 en suplementos prisaicos.–Millán Salcedo, una carrera de gloria, traiciones y sobresaltos: confesiones del que fue el rey de la Nochevieja—
«Si tienes amigos pierdes la independencia», titulaban la entrevista a Francisco González que usaba El País para anunciar su marcha. La trayectoria de Francisco González comenzó siendo nombrado a dedo presidente del Banco Argentaria por el Gobierno Aznar con Rodrigo Rato de vicepresidente económico para liderar la privatización de aquella entidad (era la época en la que Blesa era puesto en Caja Madrid, Martín Villa en Endesa, Cortina en Repso, Alierta en Tabacalera o Villalonga en Telefónica).–Francisco González, el banquero ‘outsider’ y presidente del BBVA, dice adiós—
Y luego logró acabar de presidente único del BBVA tras la liquidación de Emilio Ybarra en una operación político-mediática (con participación destaca de El Mundo en la era de Pedrojotas y Cachos y que sacudió tda la estructura vocéntica) de la que es muy difícil considerar que fue ajeno el Gobierno Aznar y algunos de sus ministros como Mayor Oreja.
Pero al margen de que sus palabras sean coherentes o no con su trayectoria, dado que los banqueros de alta alcurnia no conceden demasiadas entrevistas es de agradecer que uno de ellos rompa su habitual silencio, aunque sea porque ya se retiran. Y al entrevistador, Quino Petit, no se le puede negar que su tono amable le impida sacar temas polémicos: su pensión millonaria, los pagos a Villarejo, la supuesta traición de Gorigolzarri, su distanciamiento con Cano, etc.
Lo más interesante de la entrevista es la referencia de FG al intento de Del Rivero por hacerse con el banco BBVA nada más llegar al poder el Gobierno Zapatero, en 2004, con Miguel Sebastián como jefe del a Oficina Económica.
Francisco González se refiere a aquella operación como una maniobra de «corrupción», en el que se intentó, según él, destruir el banco para que algunos se enriquecieran. Lo cual viniendo de una esfinge como FG tiene su valor. —La triple alianza: Botín, Polanco y Lara—
Y es interesante que haga esas declaraciones, precisamente en El País, un medio de PRISA, dado que aunque los protagonistas de aquella operación para derribarle habría que buscarlos en Sacyr y, en especial, en la CNMV, no se puede negar que al menos dos medios de PRISA: Cinco Días, entonces dirigido por Javier Moreno, y la SER con Javier Ruiz como primer espada, no fueron ajenos a la misma.–González recuerda que Zapatero y Sebastián intentaron controlar el BBVA de la mano de Sacyr—
Eso sí, que no olvide FG que si él considera que lo de 2004 fue una operación de corrupción por maniobras políticas para tumbarle a él, Emilio Ybarra puede pensar lo mismo de lo sucedido en 2002 para apearle a él y ratificar a FG. La vueltas de la vida.
En lo referido a la entrevista de Millán Salcedo, es un poco desesperante que Guillermo Alonso pregunte por enésima vez por Encarna Sánchez (que murió hace 22 años). No porque no sea interesante, sino porque de eso ya le han preguntado a Millán hasta en ‘Sálvame’, al final parece que nunca se librará del fantasma de las ‘empanadillas’.
Más novedoso ha sido enterarnos gracias a la entrevista que los gags sistemáticos de Millán contra Ana Obregón en ‘Un millán de Cosas’ de Telecinco resulta que eran una ‘Vendetta’ porque Salcedo culpaba a esta de haberle traicionado para forzar su despido de TVE (han pasado 19 años).
Un reproche se le puede hacer a Guillermo Alonso, el entrevistador. Mucho preguntar por Encarna Sánchez o Ana Obregón, pero puestos a hablar a calzón quitado, podría haberle preguntado por directivos de las cadenas en las que trabajó, los que manejaban el cotarro, los Ramón Colom o Mauricio Carlotti de turno: las condiciones que le ponían, si hubo presiones, por qué no continuaron series o programas como Kety o el citado ‘Un Millán’.
Pelearse con compañeros siempre es chungo, pero señalar a los jefazos, más atrevido, porque ahí se arriesga más y, por ello, tiene más valor. En todo caso, al menos Quino Petit y Guillermo Alonso consiguen poner sobre la mesa datos nuevos, ya es más que lo que otros entrevistadores expertos en presumir y restregar su profesionalidad suelen conseguir en sus entrevistas.