¿Por qué la izquierda socialista y podemita permitieron que Roger Torrent no fuese reprobado en el Parlamento catalán? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos editoriales y articulistas de la prensa de papel de este 29 de marzo de 2018. ¿Qué se oculta tras esta medida? Algunos ven hasta alguna posibilidad de hacer un acuerdo de Gobierno in extremis dando como resultado un Ejecutivo ‘macedonia’.
El editorial de ABC le mete un buen varapalo a PSC y Podemos por negarse a reprobar al responsable de los circos que se están viviendo en el Parlamento de Cataluña:
El independentismo acumula ya dos legislaturas entregado en cuerpo y alma al disparate y la insensatez, dando como resultado una de las mayores crisis políticas y sociales de la historia reciente, y lo peor de todo es que, lejos de corregir estos desmanes para reconducir la dramática situación que atraviesa Cataluña, los separatistas insisten, una y otra vez, en su particular dislate, sin importar un ápice el grave daño que causan al conjunto de la población. Complica algo más el asunto que la izquierda siga deparando protección al responsable de este desgraciado circo, Roger Torrent. Ayer, PSC y Podemos votaron en contra de su reprobación y le prestaron el socorro que no merece quien tanto hace por que todo siga igual.
Isabel San Sebastián describe la situación que se ha vivido estos días en Cataluña, con algaradas callejeras, a lo que en el País Vasco se sufrió durante décadas:
Los independentistas que arrean allí no matan, aunque, como decía una concejal del PP en la San Sebastián de la tregua-trampa, tampoco dejan vivir. No se llaman ETA, sino Comités de Defensa de la República, Òmnium Cultural o ANC. Han aprendido de los vascos el arte de expulsar de las calles a quienes no comparten sus pretensiones. «Terrorismo de baja intensidad», lo denominan algunos. Kaleborroka, violencia urbana, vandalismo, intimidación… Existen muchos nombres para describir lo que hacen, pero todo conduce a un mismo objetivo: imponer su concepto totalitario y excluyente de la sociedad. «Alcanzar su liberación», diría Arzalluz, a costa de ignorar el marco legal vigente y silenciar por la fuerza a los discrepantes.
El editorial de La Razón plantea que lo que le conviene a Cataluña es tener ya un candidato a presidente que esté libre de toda hipoteca y de toda mácula:
Ya hemos señalado repetidamente que la solución al ‘impasse’ no debería pasar por repetir las elecciones autonómicas, posibilidad en la que nadie dice confiar, sino por la elección de un candidato a la presidencia de la Generalitat que no tenga hipotecas judiciales y que se comprometa a respetar la Constitución y el Estatuto. Las fórmulas imaginativas, como las de un gobierno de notables, que propone Podemos, sólo son parches sin virtualidad alguna. Porque, no lo olvidemos, ya no se trata de ganar tiempo, sino de gobernar para todos.
Cristina López Schlichting se lleva las manos a la cabeza al comprobar como la prensa alemana ha comprado el discurso del separatismo catalán:
Desde hace días sigo los periódicos alemanes con estupefacción ¿Se puede saber qué ha hecho nuestra diplomacia para explicar tan malamente en Berlín la barbaridad que está aconteciendo en Cataluña? ¡Pareciera que los únicos que se han movido por las redacciones son los de Diplocat, las falsas embajadas del «procés» pagadas con nuestro dinero! La Süddeutsche Zeitung, un prestigioso diario de casi medio millón de ejemplares de tirada, lleva toda la semana haciendo campaña en contra de la entrega de Carles Puigdemont a España. Sus redactores y columnistas hablan invariablemente de «presos políticos». La Süddeutsche es de centro izquierda, pero es que también Spiegel y la conservadora Frankfurter Allgemeine Zeitung han multiplicado artículos donde se pone en duda el criterio del juez Pablo LLarena al atribuir el uso de la violencia a los independentistas, o la necesidad de extraditar a Puigdemont por delito de rebelión (llamado allí alta traición). Ni uno solo de los textos que he repasado explica que Carles Puigdemont ha roto la unidad nacional.
El Mundo teme que la izquierda en el Parlamento catalán esté sopesando acudir al rescate de los golpistas con su idea de un Gobierno de concentración:
De cara al desbloqueo de la legislatura, las disparatadas propuestas de un gobierno de concentración o formado por independientes -lanzadas por Miquel Iceta y Xavier Domènech- sugieren que puede estar fraguándose alguna salida que no pase necesariamente por un acuerdo exclusivo entre JxCat y ERC. Sería lamentable que la izquierda acudiera en auxilio del golpismo. La obligación de devolver a Cataluña a la normalidad es del independentismo, y pasa por asumir el respeto a la ley y el descarte de candidatos con causas judiciales pendientes.
Luis María Anson hace un fiel retrato de quién es en realidad Roger Torrent, el presidente del Parlamento catalán:
Torrent no va más allá de donde ha ido porque le tiene miedo a la cárcel. Le aterra la sombra de los barrotes que es alargada. No quiere terminar como Carmen Forcadell. Por eso bordea la ley sin infringirla, desafía al Tribunal Constitucional pero acata sus sentencias y ladra con el rabo entre las piernas. Se ha convertido en la correa de transmisión de las decisiones de la casa fantasmal de Waterloo y, apresado el trilero Puigdemont en Alemania, anda dando palos de ciego. El pleno de ayer del Parlamento catalán fue una pirueta de circo. En cualquier momento puede cruzar Torrent la frontera de la ley y más vale que sus asesores le expliquen que sobre él descargará todo su peso el Estado de Derecho.
Eduardo Álvarez considera que Puigdemont buscó en cierta medida su detención:
Para disgusto de Rahola, esto huele a rendición pura y dura. Al ex president le dieron tiempo para intentar volar desde Helsinki a Waterloo, o incluso a Suiza, donde su exilio estaba más garantizado a medio plazo. El viernes al mediodía ya era un clamor que el juez iba a reactivar la euroorden de captura. No sólo porque la tocata y fuga de Rovira tocara mucho las gónadas, sino sobre todo porque Llarena había dejado entrever que lo haría en cuanto concluyera el escrito de procesamiento contra los ex miembros del Govern. Así que era cuestión de horas secundar a la Fiscalía. ¿Por qué Cocomocho, como diría Federico, no las aprovechó?
Javier Redondo da por muerto el llamado proceso separatista en Cataluña:
Ayer Torrent ofició en el Parlament el funeral del procés. Los separatistas lanzaron las últimas salvas a los cabecillas de la sedición y comenzaron a recoger los restos del naufragio. El procés ha perdido, el Estado se ha impuesto pero la democracia todavía no ha ganado. Fundamentalmente porque la democracia es convivencia, normalidad, aburrimiento y aceptación del imperio de la Ley. Torrent incurre en mismo vicio y afán: doblegar a la Justicia y anteponer el sentimiento de una minoría al Derecho.