Ser elegido no otorga a nadie el derecho a derogar la democracia. Deberían recordarlo precisamente en Alemania
El escritor Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) se ha mojado (otra vez) en un intento por ayudar a la opinión pública alemana a entender que lo que ocurre en Cataluña no es como los separatistas lo pintan–Luis Ventoso le mete un estacazo al deficiente Dastis por la liberación de Puigdemont: «Basta oírle 30 segundos para saber que muy persuasivo no es»–.
Ante la total inacción del gobierno de Mariano Rajoy y el absentismo de su ministro de Exteriores Dastis, son los intelectuales y las personas con reconocida trayectoria, como el propio Cercas, al igual que hacía el intérprete Antonio Banderas en ‘The Guardian’, los que están haciendo un esfuerzo por no dejar el relato que llega a la prensa internacional en manos de un solo actor–Antonio Banderas saca de su error al impertinente reportero de ‘The Guardian’ que le quiso arrinconar con los supuestos 900 heridos del 1-O–.
Cercas ha publicado un artículo en el ‘Suddeutsche Zeitung’–WARUM MAN PUIGDEMONT NICH VERTEIDIGEN SOLLTE— (y que en España reproduce El País) donde asegura que Carles Puigdemont y los otros líderes fugados o encarcelados no son para nada presos políticos.
Y lo hace con una frase que debería remover conciencias precisamente en el país germanos:
Ser elegido no otorga a nadie el derecho a derogar la democracia. Deberían recordarlo precisamente en Alemania
Y recuerda a la audiencia alemana, en referencia al ya excarcelado Puigdemont y al resto de cabecillas de la trama:
Los líderes independentistas no son presos políticos, sino que están acusados de delitos graves como rebelión, que se aplica a quienes intentan un golpe de Estado.
Y añade, en referencia a los germanos que han protestado, faltos de datos, por la captura del expresidente Puigdemont–Losantos sobre Dastis: «¿De qué escombrera intelectual saca Rajoy a sus ministros?–:
Me pregunto por qué alemanes bienintencionados creen que España no es un Estado de derecho tras 40 años de democracia y 32 en la UE
Una Europa unida es la única utopía razonable frente al explosivo cóctel independentista que mezcla victimismo histórico, egoísmo económico y xenofobia–Cercas desvela una anécdota con Puigdemont que demuestra su obsesión con Franco para justificar su «pensamiento irracional»–.
EL PAÍS REPRODUCE LA TRIBUNA DE CERCAS
Este 12 de abril de 2018 aparece publicada esta misma tribuna firmada por el autor de ‘Soldados de Salamina’ en el diario El País bajo ‘Políticos presos, no presos políticos‘.
Recuerda Cercas:
A finales de los años setenta, al terminar el franquismo y empezar la democracia, España se estructuró en 17 comunidades autónomas -el equivalente aproximado a los Länder alemanes- y en la actualidad es, según la mayoría de los estudiosos, uno de los Estados más descentralizados del mundo.
Cataluña constituye una de esas autonomías que se distingue por poseer una lengua y una cultura propias, igual que Galicia o el País Vasco, y por ser una de las zonas más ricas del país.
Desde el inicio de la democracia, el Gobierno catalán -provisto de competencias exclusivas en algunos asuntos vitales, como la educación o la policía, y amplísimas en todos- ha estado casi siempre en manos de la derecha nacionalista, que en todos estos años ha llevado a cabo una labor subterránea, minuciosa y desleal no sólo de nation building, sino también de state building; a pesar de ello, el separatismo nunca consiguió atraer a más del 20% de los votantes.
Punto por punto va repasando cómo hemos llegado a esta situación y cómo los separatistas se han saltado a la torera las leyes y la Constitución con sus decisiones unilaterales encaminadas a provocar la fractura.
Explica el escritor por qué lo sucedido en Cataluña le parece un golpe de Estado con todas las letras:
La expresión parecerá inadecuada a quienes hayan olvidado que los mejores golpes de Estado se dan sin violencia física, precisamente porque no parecen golpes de Estado; pero no se lo parecerá a quienes recuerden que, como escribió Hans Kelsen en Teoría general del derecho y del Estado, un golpe se da cuando «el orden jurídico de una comunidad es nulificado y sustituido en forma ilegítima por un nuevo orden».
Continúa:
Los políticos catalanes que están en prisión no son presos políticos; son políticos presos, acusados, repito, de los delitos más graves del Código Penal español, empezando por el de rebelión, reservado a quienes intentan un golpe de Estado.
Dicho esto, me pregunto qué quieren decir los alemanes sin duda bienintencionados que afirman que Puigdemont no debe ser extraditado. ¿Que no tendría un juicio justo porque en España no hay separación de poderes y por tanto no es un Estado de derecho, dado que la España de hoy, tras 40 años de democracia y 32 de pertenencia a la UE, no es en el fondo más que una copia maquillada de la España franquista?
Se dirige con estas preguntas directas a la audiencia alemana:
Más preguntas a los alemanes que protestan por la detención de Puigdemont: ¿Están seguros de que no hay que juzgar a alguien que, según un juez del Supremo español, se ha saltado sistemáticamente y a sabiendas la ley?
¿Quieren decir que, en una democracia, los políticos, por el hecho de ser elegidos en unas elecciones, tienen derecho a cometer todo tipo de desafueros y carecen del deber de respetar las reglas de convivencia, como cualquier otro ciudadano?
¿No recuerdan estas personas a un político alemán del siglo XX que fue elegido en unas elecciones libres y después se dedicó a cometer desafueros que acabaron con la democracia? ¿Ya se les ha olvidado que, en una democracia, ley y democracia se identifican, puesto que la ley es la expresión de la voluntad popular, y que los políticos pueden cambiar las leyes, pero no violarlas?
Y, por cierto, ¿han leído las 70 páginas en las que el juez del Supremo razona y documenta sus imputaciones?
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