El infame y vomitivo comunicado de la banda terrorista ETA, especialmente por la elección de sus portavoces, entre ellos el sanguinario prófugo Josu Ternera, es el asunto esencial que podrán encontrar este 4 de mayo de 2018 en las tribunas y editoriales de la prensa de papel.
Federico Jiménez Losantos está que muerde con la negociación del PP con el PNV para sacar adelante los Presupuestos Generales a cambio, claro está, de unas contrapartidas que incluyen beneficios para los presos etarras:
Desde 2008 la política con respecto a la ETA ha sido la misma: negar de palabra lo que los hechos confirman. La única diferencia es que Zapatero presumía de sus fechorías y Rajoy las niega.
El editorial de El Mundo es claro a la hora de ejemplificar con el caso alemán lo que debe suceder por estos lares con respecto a ETA:
El proceso de desnazificación en Alemania no se emprendió bajo la coqueta distinción entre víctimas inocentes y objetivos justificados: se asumió la culpa, se registró el horror, se formuló el desagravio, se erigió la memoria y se transmitió la verdad a cada miembro de las generaciones venideras. Eso se hizo. Y eso hay que hacer en la Euskadi posterior al terrorismo. De lo contrario, la primera víctima será el porvenir de nuestra democracia.
El editorial de ABC considera que ETA busca ahora imitar en el País Vasco el procès catalán:
Los etarras siguen teniendo muy presentes los acontecimientos políticos en Cataluña. Lo hicieron cuando acordaron una tregua unilateral y sólo para Cataluña, mientras se debatía, a instancia del gobierno presidido por el socialista Pasqual Maragall, un proyecto de Estatuto que pretendía un modelo de relación confederal entre Cataluña y el resto de España. Este objetivo fue el que el TC dejó sin efecto en 2010. Sin embargo, pese a que el Estatuto catalán no logró -al menos formalmente- su propósito de suplantar la Constitución en Cataluña, la implicación de dirigentes proetarras, como Otegui, en el «procés» abierto con el referéndum ilegal del 9-N y continuado con el del 1-O, muestra que sigue vigente el interés de ETA por extrapolar al País Vasco el conflicto separatista catalán.
Ignacio Camacho critica que la lectura del comunicado de ETA haya corrido a cargo de Josu Ternera, un tipejo prófugo de la Justicia:
La prueba más fehaciente del verdadero tono moral de la disolución de ETA es que el comunicado en vídeo lo han leído Marixol Anboto y Josu Ternera. Al menos la primera está presa pero el segundo sigue huido y con una grave acusación -la responsabilidad por la matanza del cuartel de Zaragoza- de once muertes a cuestas. Claro que una rendición la han de anunciar los jefes que tienen autoridad para imponerla, pero el modo en que Ternera lleva moviéndose por Europa una década y media sugiere una impunidad consentida o controlada que se parece mucho a una estrategia.
Carlos Herrera cree un disparate que se haya escogido a Ternera y a Amboto para la lectura del comunicado de la disolución de ETA:
El epitafio de ETA no lo pueden escribir ni Ternera, ni Anboto, ni la madre que los parió: lo hemos de escribir los demás, los que hemos sufrido, baja a baja, el goteo de los muertos, de los secuestrados, de los trasterrados, de los extorsionados, de los atemorizados, de los amenazados y de los insultados por ellos y por sus corifeos.
El País le recuerda a ETA que en ningún momento hubo una mediación internacional, que fue derrotada directamente por la acción del Estado:
ETA fue derrotada por las fuerzas de seguridad del Estado, no hubo mediación internacional de ningún tipo para precipitar su fin. Los más de 850 muertos que dejó por el camino, los secuestros, las extorsiones, la atmósfera de violencia que impuso en la sociedad vasca con su mensaje totalitario no sirvieron de nada. ETA desaparece, empieza el futuro. Una tarea, que no es menor, es la de combatir el falso relato que pretende establecer de una misión heroica que nunca fue tal, y en esto deben remar juntas todas las fuerzas de una democracia que ETA se empeñó en destruir.
La Razón considera infame el comunicado de la banda terrorista ETA y, especialmente, la elección de sus portavoces:
El comunicado en el que ETA anunció ayer su disolución, leído por uno de sus más sanguinarios jefes, José Antonio Urruticoechea Bengoechea, alias ‘Josu Ternera’, formará parte indeleble de la historia infamante de la banda y, sin duda, causará un dolor añadido a sus víctimas y ofenderá con sus mentiras repulsivas a todas aquellas personas de buena voluntad que han sido testigos del horror del terrorismo etarra.
No es sólo que ETA pretenda blanquear su maldita trayectoria y justificar sus sesenta años de existencia, imponiendo un relato nauseabundo de los hechos, es que trata de arrogarse de nuevo el protagonismo y la legitimidad de la construcción de un futuro Estado vasco, que, en consonancia con su factura marxista, será socialista, unificada, es decir, con Navarra y el sur de Francia; euskaldun y -tributo a los nuevos tiempos- «no patriarcal»
Irene Villa, víctima de ETA, deja bien claro que no va a permitir ocultas intenciones en este anuncio de disolución de la banda terrorista;
Entiendo que tantas víctimas intelectuales exijan un final de la banda asesina sin impunidad. Que resuelvan los crímenes que quedan por resolver. Que se condenen los asesinatos sin condiciones y que jamás sea el terrorismo una vía para poder conseguir objetivos políticos. Que no existan homenajes a terroristas. Que se respete la memoria de todas las víctimas… Por fin llegamos al final del capítulo más terroríficamente largo, despiadado y sangriento de la historia de España y pese a la sensación que tengo de «ya era hora» y de que «nunca es demasiado tarde para perdonar y pedir perdón», sin condiciones y a todas las víctimas, lo que no podemos permitir es que sea un «aquí no ha pasado nada».
No se trata de memoria sino de algo más objetivo e intocable llamado historia. Por eso no queremos manipulaciones, cinismos ni instrumentalizaciones. Tampoco intereses ocultos fuera de la ley. Es un momento histórico que tenía que haber llegado hace muchos años. Pero un crimen es un crimen y el dolor muchas veces no prescribe. Se creían héroes. Se equivocaron. Esparcieron un dolor tan absurdo y gratuito como inhumano. Jamás olvidaremos lo inolvidable.
Pedro Narváez hace un paralelismo histórico y detalla en quién pretenden convertir a Josu Ternera:
Josu Ternera es un asesino convertido a la mitología en un Che Guevara de camiseta borroka. Quiénes pueden pasar por alto los asesinatos de un monstruo se convierten en parte de él.