LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

El Parlamento catalán no elige a Quim Torra, solo ratifica lo que ha designado el delincuente Puigdemont

Rosell: "Torra habló ayer por su boca lo que el ventrílocuo Puigdemont le dictó con su vientre."

El Parlamento catalán no elige a Quim Torra, solo ratifica lo que ha designado el delincuente Puigdemont
El candidato de JxCat a la presidencia de la Generalitat, Quim Torra, y la portavoz de este grupo, Elsa Artadi. EF

Quim Torra es el personaje del momento. El que será investido el 14 de mayo de 2018, salvo sorpresas, como presidente de la Generalitat de Cataluña, se lleva este 13 de mayo de 2018 todas las atenciones de editoriales y tribunas de opinión de la prensa de papel.

Así, José María Carrascal, en ABC, resume de manera perfecta el circo que se va a perpetrar en el hemiciclo catalán:

¿Qué es, entonces, Quim Torra? Pues un suplente, un interino, un figurón que ocupa provisionalmente el cargo, que no puede ocupar el designado. Con lo que tropezamos con el primer reparo al nombramiento: si Torra fue elegido por Puigdemont para ocupar el puesto que él no podía ejercer por ser un fugitivo de la Justicia, tal nombramiento está viciado de origen. Se argüirá que lo elige el Parlament, pero más que elegirle, lo ratifica, pues quien realmente lo designa es un presunto delincuente.

Ignacio Camacho considera que aunque Torra está limpio de polvo y paja, sus intenciones debieran de ser tenidas en consideración, comenzando por Rajoy:

El aspirante a Muy Honorable señor Torra, don Joaquim, cometió ayer en su discurso de investidura algo muy parecido a un fraude de ley. Porque, dado que la Constitución y el Estatuto de autonomía le permiten presentarse a presidente al no estar en prisión, ni en fuga, ni acusado de ningún delito –en este último caso también podría salvo que lo encerrase un juez–, aprovechó para anunciar su voluntad de cometer unos cuantos. Vaya, que convirtió su programa en una declaración explícita de desobediencia.

El editorial de ABC es claro, Torra es un fraude, pero un fraude muy peligroso:

Torra dejó patente con su discurso que no pretende gobernar, porque no busca mejorar las vidas reales de los catalanes, solo extremar el desafío contra España, dañando a Cataluña y prolongando un procés convertido ya en un puro negocio. Un fraude. Golpismo puro y cansino, pero muy peligroso.

La Razón considera que con Torra todo puede ser empeorable:

Las palabras del candidato refrendaron el discurso golpista contra el orden constitucional que ha empujado a Cataluña al peor momento de su historia democrática y a que buena parte de los dirigentes separatistas se encuentren pendientes de que sus conductas insurrectas sean depuradas en los tribunales. Torra no templó gaitas, sino todo lo contrario, se manifestó con sus conocidos fanatismo y etnicismo. Quien esperara un ápice de templanza, sobrevenida tal vez por la responsabilidad institucional aparejada a su futuro cargo, erró de punta a cabo.

César Vidal se hace eco del estupor que le supone a los españoles que en Cataluña designen a otro sujeto que va a aumentar el separatismo:

En las últimas horas, todavía entienden menos si cabe que pueda ser nuevo presidente de Cataluña un personaje que no ha dudado en insultar y difamar a España y a los españoles de la manera más grosera, vil, cobarde y descerebrada. No lo entienden y yo lo comprendo. Por más vueltas que llevo dándole al asunto desde hace décadas a mí tampoco se me ocurre una explicación racional.

El País denuncia que lo que está pasando en Cataluña sería inimaginable en el resto de Europa:

En el resto de Europa sería inimaginable que alguien con las credenciales xenófobas y excluyentes de Torra pudiera dirigir una fuerza de policía con más de 17.000 integrantes, recaudar impuestos para organizar los servicios públicos, educar a sus hijos con pleno respeto de la pluralidad y garantizar la calidad y el rigor de las informaciones producidas y difundidas en la corporación de medios públicos. Pero todo ello, al parecer, sí que es posible plantearlo en la Cataluña de los secesionistas de hoy, tan distante de los valores y principios que la han hecho siempre grande.

Francisco Rosell, en El Mundo, asegura que en el pleno quien habló fue Puigdemont por mediación de su títere:

Torra habló ayer por su boca lo que el ventrílocuo Puigdemont le dictó con su vientre. De hecho, lo que se vota estos días en el Parlament es la investidura de Puigdemont por persona interpuesta, como perseguía éste desde primera hora. Por eso, cuando el ventrílocuo se apresuraba ayer a felicitar a su muñeco estaba haciéndolo –qué duda cabe– a sí mismo. De hecho, cuando Torra aseveró que él no debía estar en el ambón parlamentario, tenía toda la razón del mundo. Pero no por las razones que esgrimió, sino por la farsa que escenificaba en el Parlament.

El editorial de El Mundo deja planchado a Torra:

Torra acreditó durante su intervención su perfil ultranacionalista y ultramontano. Tanto en los comentarios vertidos en las redes sociales como en los artículos publicados, el candidato no ha tenido reparos en mostrar un despreciable supremacismo en el que ha atizado el odio hacia quien disiente del separatismo y no ha ahorrado expresiones insultantes hacia los castellanohablantes.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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