«Me parece que soy víctima de unos acontecimientos de los que soy ajeno, pero la vida es así«.
Es el descarnado lamento del ya ex redactor jefe de El País Álvaro Nieto tras conocer su despido, como víctima de la poda ideológica que han aplicado la directora Soledad Gallego-Díaz y el presidente del Comité Editorial de PRISA, Jesús Ceberio.
En un correo electrónico enviado a los que ya son sus ex compañeros y al que ha tenido acceso en exclusiva Periodista Digital, Nieto informaba a última hora del día de ayer, lunes 11 de junio, de su despido y mostraba su estupor por la sucesión de hechos acaecidos en el seno del diario desde que Gallego-Díaz fuese ratificada en votación por la redacción de manera aplastante y se lanzase a la tarea de hacer virar el periódico hacia posiciones progresistas, lo que algunos han visto como un acercamiento descarado al ‘sanchismo’–Soledad Gallego-Díaz, la elegida por PRISA para recuperar a los lectores de izquierdas perdidos por El País–.
Nieto se había incorporado al staff del diario tras el cierre de la revista ‘Tiempo’. Su adiós, a pesar del contexto en el que se ha producido, no estaba exento de elegancia y saber estar: «Pido disculpas si algo que lo que yo haya dicho o hecho os ha molestado».
No es el único. Soledad Gallego-Díaz ha remodelado el periódico a su medida. Y tendrá la ayuda de dos ex directores de El País que en esta nueva etapa post-Cebrián y post-Caño no han dudado en ponerse a sus órdenes: Ceberio desde el órgano consultivo del Comité y Joaquín Estefanía como mano derecha de la directora–PRISA construye su futuro mirando al pasado: el grupo inicia la era pos-Cebrián colocando en la dirección a sus ‘viejas glorias’–.
La misma que ha nombrado a la hija de Ceberio, Mónica, adjunta del rotativo, junto a Borja Echevarría y Jan Martínez Ahrens—El País nombra a Joaquín Estefanía adjunto a la dirección y limpia su staff de críticos con Pedro Sánchez–.
El hasta ahora adjunto a la dirección, David Alandete, que llevaba cuatro años en el puesto, y el jefe de opinión, José Ignacio Torreblanca, a los que se les acusa de cercanía a Ciudadanos y por tanto, incompatibles con las ansias de volver a ser un diario relevante del centro-izquierda, encabezan la ilustre nómina de purgados–Gallego-Díaz y Ceberio retiraron una encuesta de Metroscopia favorable a Ciudadanos de la edición dominical de El País–.
Sin ir más lejos, Torreblanca sacudía sin piedad en Twitter a Pedro Sánchez en las últimas horas por su decisión de acoger al barco ‘Aquarius’ en Valencia. En su bio de su perfil personal aún figura como jefe de opinión del diario de PRISA:
El gesto con el Aquarius es arriesgado y puede volverse en contra si no desencadena una respuesta europea. Italia puede usarnos de aliviadero. Y tenemos una frontera terrestre con Marruecos con una valla en Ceuta y Melilla que muchos podrían pedir derribar por coherencia.
— Nacho Torreblanca (@jitorreblanca) 11 de junio de 2018
La sustituta de Torreblanca será Mariam Martínez-Bascuñan:
Contenta de iniciar un nuevo reto profesional como Jefa de Opinión de @el_pais . Será un placer trabajar con Soledad Gallego en un periódico de referencia para el debate, la reflexión y la opinión pública. ¡Y un honor tomar el relevo de @jitorreblanca en esta tarea!
— Máriam M.Bascuñán (@MariamMartinezB) 11 de junio de 2018
Son despidos en grupo que nadie duda en la redacción que se produce por cuestiones ideológicas tras la destitución como director de Antonio Caño.
Pero hay más. A ellos hay que sumar los nombres de Javier Ayuso, Maite Rico, Rafa de Miguel, José Manuel Calvo…que no cuentan con la confianza de la nueva directora. A algunos se les intentará buscar acomodo en otros destinos dentro del grupo PRISA, aseguran a PD fuentes internas. Pero otros no lo conseguirán y saldrán por la puerta de atrás.