Andreu Buenafuente, un cómico con el olfato muy fino para elegir sus causas, no tuvo mejor ocurrencia el 20 de junio de 2018 que en su monólogo de ‘Late Motiv‘ (Movistar) darle cera al diario ABC.
El monologuista catalán, que ese día estaba especialmente ‘ocurrente’ con las fotos y vídeos de Mariano Rajoy en su reincorporación a su puesto como registrador de la propiedad en la localidad alicantina de Santa Pola, empezó a ir elevando el tono chusco que suele utilizar cuando habla de la derecha.
Y claro, ya que se hablaba del PP, rápidamente relacionó al partido de Génova 13 con el ABC y la portada que sacaba el 21 de junio de 2018, con las fotos de Soraya Sáenz de Santamaría, Pablo Casado y María Dolores de Cospedal, para hacer mofa y befa y tildar al rotativo de, con perdón, «mierda»:
Esta mañana el ABC, que tiene la forma de un periódico, el tacto de un periódico, pero en realidad es una mierda (risas a cascoporro)… me he calentado la boca y tú igual dices yo soy una mierda, no me compares, Andreu. Perdona, mierda, mierda pura.
Y a continuación se mofaba de la portada del ABC del 21 de junio de 2018 sacando en primer lugar una foto de Cospedal con Jorge Sanz y Norma Duval para chotearse de la portada original y luego ofrecer una manipulada en la que se veía a la exvicepresidenta en un taburete, a Pablo Casado con las vergüenzas al aire y a Cospedal metiendo una zancadilla a ambos.
El editorial de ABC sacudía al cómico con dureza:
Si hace unos días fue Irene Montero, portavoz de Podemos, la que mostró sin pudor su actitud censora al denunciar la carga editorial de una portada de ABC, el pasado miércoles fue Andreu Buenafuente el que desde el programa que presenta en el canal televisivo de Telefónica, refugio de un profesional que ha fracasado en las emisoras comerciales, el que descalificó la labor de nuestra Redacción con calificativos que lo retratan como brazo cómico de la izquierda que articula su discurso. Queremos pensar que el silencio de la Asociación de la Prensa de Madrid, tan sensible en otros casos y con otros medios, no es cuestión de cobardía. Un simple descuido, otro más.
Añade que:
Buenafuente no ofende a ABC. Al contrario, sus palabras subrayan nuestra independencia editorial, seña de identidad de un grupo de comunicación que ha logrado mantenerse al margen de las operaciones que han puesto a buena parte de los medios españoles en manos de corporaciones empresariales y financieras. Buenafuente solo ofende a los accionistas y clientes de Telefónica que, por miles, comparten con ABC valores como la responsabilidad social y la libertad de expresión y que no entienden que una empresa como la suya programe unos contenidos que atentan contra sus principios.
FRACASO TRAS FRACASO
ABC, por supuesto, no se dejó un dato en el tintero a la hora de humillar al lenguaraz cómico catalán y empezó a detallar su trayectoria profesional:
Buenafuente arrastra los pies después de su expulsión de las cadenas comerciales y ha encontrado refugio en la plataforma de Telefónica, que puede permitirse el lujo de subvencionar espacios sin público, incluso en horario de ‘prime time’. En alguna de sus reemisiones, de hecho, la audiencia oficial ha coincidido con el nombre de la cadena: cero espectadores.
En mayo de 2012, Antena 3 canceló ‘Buenas noches y Buenafuente‘, que había perdido la mitad de su público en las cinco semanas que duró en pantalla. Su media era del 7,7% (1,4 millones) en una cadena que promediaba ese mes el 12,2% de cuota. Después de eso, y sin cambiar de grupo audiovisual, presentó en laSexta ‘En el aire‘, hasta que Atresmedia canceló definitivamente su contrato al pasar del 7,9% de la primera temporada al 7% en la segunda.
Fue entonces cuando firmó con #0, canal nacido el 1 febrero de 2016 y con el que Movistar sustituía a Canal+, heredado de la absorbida plataforma de Prisa. La nueva cadena llegaba con el objetivo de llenar su parrilla de producción propia y distinta, aunque posiblemente no se referían a esto.
Y le remata con los datos del programa del miércoles 20 de junio de 2018:
El programa, por cierto, fue visto por 44.000 personas y tuvo un 0,3% de cuota de pantalla. No fue la mejor noche del cómico catalán, que arrastra una media esta temporada del 0,6% (69.000 espectadores, según informa Barlovento Comunicación). La cifra de ‘Late motiv’, nombre del espacio, contrasta con su coste, superior a los 60.000 euros por emisión (cerca de mil por espectador, uno de los peores ratios de la televisión).