En la sección feminista de ‘El Intermedio’ de este 26 de junio de 2018 apareció la directora del diario El País, Soledad Gallego-Díaz. Su presencia podría parecer una contradicción en sí misma para lo que se pretendía.
Gallego-Díaz lleva toda su vida dedicada al periodismo, con más fuentes de información y experiencia en una redacción que nadie. Pero el único motivo por el que estaba siendo entrevistada en La Sexta era «por ser mujer», lo cual no deja de ser triste para alguien con tanta trayectoria y tantos temas de los que pudiera habido hablar.–El ex jefe de opinión de El País purgado por Gallego-Díaz se venga masacrando a Pedro Sánchez en un esclarecedor hilo–
Fin de años de enfrentamiento
En el programa ‘El Intermedio’ habían participado en el pasado periodistas de El País y colaboradores como Joaquín Estefanía, pero no era lo mismo que llevar al principal representante editorial de El País y del Grupo PRISA a nivel institucional que es su director.–Estupor y sorpresa en la redacción de El País con las purgas ideológicas de Gallego-Díaz: «Son como tiros en la nuca»–
Desde que nació ‘El Intermedio’ siempre tuvo a El País como uno de sus principales enemigos y blancos de burlas: Sólo en sus primeras temporadas (2007-2009) les colaron anuncios falsos como los de boxeo, se burlaron de su libro de estilo y sus anuncios eróticos.
Acusaron a El País de manipular en los temas que afectaban a sus intereses económicos, de mentir con la audiencia, caracterizaron al director de El País, Javier Moreno con nariz de pinocho o a Juan Luis Cebrián con labios de Carmen de Mairena.
En las últimas temporadas la guerra se había reactivado y ‘El Intermedio’ como el resto de programas de La Sexta, ahora de Atresmedia, zurró como nadie al entonces presidente de El País, Juan Luis Cebrián por el tema de los papeles de Panamá, por su libro, por la salida de Ignacio Escolar de la SER.–Soledad Gallego-Díaz, la elegida por PRISA para recuperar a los lectores de izquierdas perdidos por El País–
No lo hizo solo ‘Al Rojo Vivo’ se sumó a todo ello con un ‘plus’ en el programa de García Ferreras acusaron directamente a El País de ser encubridor de la corrupción de Ignacio González. ¡Casi nada!–Primer incendio para Soledad Gallego-Díaz: Margarita Robles acusa a El País de contar falsedades y de falta de rigor–
Pero ahora todo queda olvidado. Soledad Gallego-Díaz sabe que si quiere que El País vuelva a ser referente progresista debe limitarse a cabrear a la derecha y evitar cualquier jaleo con sus colegas de trinchera, en especial con Atresmedia.
Una periodista veterana y coherente
Gallego Díaz ha pasado de pontificar que los periodistas «no debían responder preguntas sino hacerlas» a conceder una interviú en prime time a la televisión.
La entrevista, naturalmente, fue totalmente amable y elogiosa. Sandra Sabatés no perdió la sonrisa y evitó sacar ninguno de los temas con los que el propio ‘El Intermedio’ y sus amigos, como Jordi Évole, habían zaherido a El País hasta ahora: nada de hablar de temas molestos ni de despidos, ni de EREs, ni de accionistas de PRISA, ni telefónicas, ni bancas, nada negativo.(¿Feminismo es sinónimo de entrevista de cámara? Escuchando las preguntas de Sandra Sabatés se echaba de menos a Gonzo.
Sobre su condición de veterana aludió a que la redacción de El País era ‘bastante joven’ (no es muy original, desde 1981 en que Antonio Izquierdo decía eso asegurando lo joven que era El Alcázar, prácticamente todos los medios de comunicación, prensa y radio, aseguran que sus redacciones son muy jóvenes, lo cual estaría muy bien si no fuera porque la mitad de las veces son becarios y redactores en prácticas que los másteres que son usados para cubrir huecos ahorrándose sueldos).
Soledad Gallego-Díaz defendió las cuotas como única forma de que la mujer pueda integrarse en puestos directivos en los medios. Aseguró que durante muchos años «Ha sido muy difícil colocar a mujeres en puestos directivos» o «en los sitios de opinión».
Sin duda. Ahora bien tampoco se debería negar que hubo unas cuantas mujeres, que incluso en los años setenta tenían ya gran influencia en el sector de la opinión: como Josefina Carabias, columnista del Ya, Pilar Narvión columnista de Pueblo o María Consuelo Reyna columnista de Las Provincias. Y de ellas nunca se habla. ¿Por qué eran mujeres? ¿O porque eran de derechas? Que igual que nefasto es el machismo lo es el sectarismo que parece que sólo reivindica a las mujeres si son progresistas.
De todos modos era especialmente llamativo que Soledad Gallego-Díaz hable de la dificultad de las mujeres para ocupar un puesto directivo cuando el diario El País le ofreció ser la primera mujer directora de un periódico de Madrid – con todo lo que eso hubiera supuesto como paso para las mujeres periodistas – como sustituta de Cebrián en 1988 y ella declinó. Quizá porque no quería asumir una de las funciones más negras de un director: despedir a la gente. Ni lo menciono ni la entrevistadora sacó el tema. Una pena.
En cambio sí hubo tiempo para recordar que su despido injusto de Pyresa. Soledad Gallego-Díaz por una ‘huelga de silencio’ por el caso Huertas. Gallego responsabilizó de su despido a «un director nuevo que acababa de llegar». Sabatés ni preguntó por su nombre (igual ni le importaba). Le ponemos nombre desde aquí: Gallego Díaz hablaba de Julio Merino, cuya firma aún se puede ver cada tanto al pie de la sección de efemérides del diario La Razón y mano derecha del entonces jefe de la Prensa del Movimiento, Emilio Romero y, ya puestos, ambos dependientes a su vez de la Secretaria General del Movimiento donde en aquellos días mandaba – y no poco – Adolfo Suárez en calidad de vicesecretario en el momento de producirse aquellos despidos.
Sandra Sabatés sólo se atrevió a deslizar si podía haber habido «cierto distanciamiento» de algún lector por motivos ideológicos. Era sorprendente el eufemismo de Sabatés.
Con lo fácil que era preguntar «¿El País sigue siendo un diario progresistas? ¿Se volvió de derechas o pro-naranja?» «¿La afectó la brutal campaña de Podemos contra El País, con buses incluidos?» «¿Ahora vuelve a ser de izquierdas?». Pero eso hubiera cortado el rollo de entrevista-pelota, que al parecer tiene esa sección feminista de ‘El Intermedio’.
«Fraternidad entre hermanas, cero preguntas incómodas». Gallego se limitó a decir que querían que esos lectores (se refería a los de izquierdas, aunque no se atrevió a decirlo): «Queremos que ese lector se sienta cómodo y se sienta en tu periódico».
En todo caso, para los aficionados es enriquecedor ver a una periodista de la talla de Soledad Gallego-Díaz hablar de su larga trayectoria.
Si El País ha evolucionado, ella también, ha pasado de reñir a los periodistas que le pedían entrevistas sobre su trayectoria asegurando que los verdaderos periodistas «no debían conceder entrevistas ni responder preguntas, sólo realizarlas», a conceder una Prime Time. Bienvenida pues la evolución, ojalá se abra a otras en las que se pueda hablar de muchas más temas cómodos y, al menos de algún que otro tema incómodo, por aquello del periodismo crítico, que dicen.