El Partido Popular anda vendiendo desde el año pasado que se acabaron los complejos y que van a defender sin tapujos sus valores. No obstante Juan Manuel Moreno Bonilla en su entrevista en ‘El Objetivo’ de Ana Pastor este 27 de enero de 2019 parecía la personificación de todos esos complejos.
Ana Pastor fue repasando todos los planteamientos de la políticamente incorrecto de acuerdo al manual del buen progre que deben tener todos los periodistas de Atresmedia de lectura en la mesita de noche. Algo similar intento Mamen Mendizabal hace un mes con Isabel Díaz Ayuso, que dejó claro, para satisfacción de los espectadores de centro derecha que la estuvieran viendo – si es que había alguno – que no iba a dejar que desde el progresismo le marcaran las líneas rojas.
No pareció ese el caso de Moreno Bonilla que cuando Ana Pastor fue sacando todos puntos que tenía que tener claro que le iban a sacar, se mostró incómodo y dispuesto a repetir los discursos de lo políticamente incorrecto «¡Ni un paso atrás en la lucha contra la violencia de género!», aseguró cuando Pastor parecía deslizar una vez más la idea de que Vox estuviera a favor de la violencia, cuando la discusión debería centrarse en la forma de combatirla.
Cuando le sacó el cambio de opinión del PP con respecto al partido más votado, que Moreno Bonilla tenía a huevo echar en cara a tanto tertuliano progre que sólo defiende que gobierne la lista más votada cuando es para impedir que gobierne el PP y lo ‘olvida’ cuando es para que gobiernen los suyos, de nuevo Moreno Bonilla titubeo con su sonrisita y vino a decir que en el fondo sigue pensando lo mismo pero hará lo contrario (¿?).
Moreno Bonilla se incomodó aún más cuando le preguntaron si era feminista. Acabó repitiendo que defendía la igualdad de oportunidades y que, por tanto, sí, se declaraba presidente feminista de Andalucía. No sin antes ofrecer una poco edificante escenificación de titubeo con sonrisa… «según lo que se interprete por feminismo…».
El argumentario de Moreno Bonilla es muy limitado y eso le impide criticar ni al feminismo radical ni a lobbys subvencionados, seguía el manual sorayo en el que sólo se puede criticar al PSOE y, al parecer ha habido una actualización a Vox.
Sí, Moreno Bonilla no tuvo problemas en descalificar a sus propios aliados parlamentarios. Ana Pastor, con la habilidad nada inocente que la caracteriza puso sobre la mesa que «nada menos que Rafael Hernando» había calificado de ultraderecha.
Ese ‘nada menos’ es porque hasta anteayer la misma Sexta que hoy llama ultra a Vox, se lo llamaba a Rafael Hernando, porque ellos van quitando y poniendo esa etiqueta a conveniencia. —Rafael Hernando, en Los Desayunos: «Vox es extrema derecha—
«No me gustan las etiquetas» empezó diciendo Moreno Bonilla, lo cuál hizo que alguno se ilusionara pensando que iba a desacomplejarse al menos en ese punto, pero basto que Pastor insistiera un poquito y Bonilla sacó a su sorayo interior nuevamente: «VOX es un partido ultraconservador, es un partid ultra-conservador que está a nuestra derecha».
Pues nada. Dado que no se ha oído llamar a Moreno Bonilla llamar ‘ultra izquierda’ ni a IU, con el PCE dentro, sólo queda esperar que no olvide que acaba de calificar de ‘ultras’ cuál hooligans a los 400.000 votantes sobre los que se apoya para gobernar.