PERIODISMO, POLÍTICA Y VERDAD

Cuando son ‘rojos’, en la plaza caben dos millones; si los manifestantes llevan banderas de España, solo caben 45.000

La Marcha por España ha vuelto a ofrecer un baile de cifras relativas a los manifestantes en el que las cuestiones políticas han vuelto a ser el único instrumento de medición (El gorilato de laSexta, la golpista PRISA y el liberticida duopolio televisivo salen a salvar a Sánchez tras el éxito de Colón).

Los 45.000 manifestantes para la Delegación del Gobierno, recogidos en la crónica de El País o en la portada digital de ‘El Periódico de Catalunya’ -que titula con desvergüenza ‘La triple derecha pincha‘- contrastan con los 200.000 de los que tímidamente hablan PP o Cs y con el enfoque que hace ‘ABC‘, diario que aporta un vídeo para dejar patente que la asistencia fue apabullante (El Telediario de la TVE de Pedro y Pablo censuró la panorámica de la manifestación para que no se viera cuánta gente había).

«Madrid estalla en un clamor contra las cesiones del Gobierno al independentismo: ¡Elecciones ya!», titula El Mundo en su edición digital, hablando de ‘decenas de miles’ de personas este 10 de febrero de 2019, en la madrileña Plaza de Colón.

Hasta las fotos, en bastantes casos, están ‘manipuladas‘. No tecnicamente y con photoshop, sino por el instante, el ángulo y la intención con que fueron hechas. Las que dan en plano general El País, El Periódico de Catalunya y algunos online de clara proclividad podemita, muestran claros junto a las Torres de Colón y en otros espacios de la plaza (España es un clamor contra el ‘okupa’ Sánchez y las claudicaciones ante los golpistas y sus compinches).

Hay quien sugiere sarcástico que debe ser el efecto ‘Masterchef Tezanos’ y dado que el CIS porfía en la tesis de que Pedro Sánchez y el PSOE doblan al resto de partidos en votos y simpatías populares, a nadie debe extrañar que los empleados gubernamentales no vieran apenas público en Colón.

Yo llegué en Metro a las 11.45 a la Glorieta de Alonso Martínez, tras lograr encajarme en un convoy atestado hasta la asfixia en la estación de Arguelles, donde más de la mitad de los que esperaban con banderas rojigualdas tuvieron que quedarse en el andén por falta de espacio.

Intenté infructuosamente avanzar hacia el escenario caminando por la calle Génova, tuve que hacer un rodeo porque era imposible meterse entre el compacto gentío y al final -sobre las 12.45 logré acercarme al fondo de la plaza. En otras palabras, tardé la friolera de una hora en recorrer 400 metros, porque allí no cabía un alfiler. Alguien miente en los medios de comunicación y sin sonrojarse.

El dato de los manifestantes que asisten a una movilización es siempre un arma más de propaganda. Tanto de los organizadores como del Gobierno de turno que sufre la protesta.

Es por ello que los datos facilitados por las fuentes gubernamentales y sus terminales mediáticas sobre la Marcha por España sólo deberían haber sido un apartado más en la crónica de esta enorme y emocionada manifestación.

En el libro de estilo de El País -el mismo diario que lleva fotos con banderas de España con el aguila cuando en Colón no vimos ni una-, dice en su artículo 2.51  lo siguiente:

“En las manifestaciones de asistencia fácil de calcular (centenares, algunos millares) hay que incluir directamente el número de participantes, al margen de dar también las cifras facilitadas por la policía o los organizadores. En las grandes manifestaciones, el periódico ofrecerá un cálculo propio, pero siempre explicando el mecanismo utilizado (preferentemente, el espacio ocupado por los manifestantes, multiplicado por una media de personas por metro cuadrado)”

Ni en la portada, ni en la crónica, el diario del Grupo PRISA ofrece  un calculo propio. Tan sólo se limita El País a ofrecer los datos facilitados por las fuentes de parte, destacando el dato facilitado por la Delegación del Gobierno Sánchez. 

Esta feo recordar algunas cosas, pero el defensor del lector de El País, en un artículo escrito en referencia a los datos publicados de los asistentes la manifestación de La Diada en el año 2005, dijo lo siguiente:

“Efectuar un cálculo propio de asistentes es una tarea arriesgada y difícil, cuyos métodos hay que seguir perfeccionando. Pero la acreditada desmesura de los organizadores a la hora de contar manifestantes la convierte en necesaria. No se puede olvidar que en la mayoría de manifestaciones es el dato más importante”.

De TV3, la SER, La Vanguardia, El Periódico, la Sexta, la Cuatro, TVE y Telemadrid, que llevaban cuatro días aullando literalmente contra la convocatoria a los españoles hecha por Rivera, Casado y Abascal, no vamos a comentar nada, porque sus contorsiones para minimizar la manifestación de Colón son ridículas.

Tampoco, por falta de tiempo y de recursos, vamos aquí a echar mano d ela hemeroteca y comparar como calibran espacio y asistentes estos mediosw cuando los que se manifiestan son del 11M, ‘indepes’ catalanes o proetarras vascos.

Basta subrayar que los mismos medios que este domingo desvirtuan el dato de asistentes a la Marcha por España, ensalzan sistematicamente de manera exagerada ese mismo dato, cuando las manifestaciones son afines a la línea editorial del periódico o simplemente contrarias a España.

Los datos de los manifestantes no son un tema menor cuando se trata de medir el apoyo popular que tiene una herramienta ciudadana de presión al poder, la más poderosa.

Por ello, el hecho de mermar o ampliar los datos es un tema primordial a la hora de valorar estas legítimas y democráticas actuaciones ciudadanas. Los medios de comunicación que trasladan los datos interesados de una parte, sea la que sea, faltan a la más mínima deontología periodística, ignorando incluso su manual de estilo.

Además de privar a la sociedad una información veraz y de calidad.

Dicho esto y como conclusión, sólo se me ocurre que muy ‘cagados’ deben estar, tanto ellos como sus socios políticos para ponerse tan nerviosos.

Si en Andalucía pasó lo que paso, contra todo pronóstico, no es aventurado pronosticar que en las municipales y autonómicas de mayo y en las generales que caerán a continuación, Pedro Sánchez y sus colegas se van a llevar una ‘leche’ de espanto.

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