Mientras en en Colón 200.000 almas se desgañitaban a favor de la ‘dimisión’ de Pedro Sánchez, en 13TV daban la misa del domingo (Cuando son ‘rojos’, en la plaza caben dos millones; si los manifestantes llevan banderas de España, solo caben 45.000).
En TVE no se vieron tomas aéreas por miedo para apoyar la teoría del #Pinchazo y PRISA ni siquiera se molesta en editorializar. Y Carlos Herrera se dedicará hoy a masajear ministros en COPE, [Grande-Marlaska] algo que se le daba muy bien con Rajoy y se le sigue dando de cine con ‘El Felón’ socialista (España es un clamor contra el ‘okupa’ Sánchez y las claudicaciones ante los golpistas y sus compinches).
«Fue una manifestación inmensa. A la que la televisión pública española dedicó una cobertura desganada, de rutina, que contrasta con sus alardes y despliegues en las Diadas separatistas (El Telediario de la TVE de Pedro y Pablo censuró la panorámica de la manifestación para que no se viera cuánta gente había).
«En la TVE de Rosa María no hubo imágenes aéreas para ver cómo se extendía la concentración por todas las calles adyacentes, atestadas. Tampoco organizaron telediarios en directo desde la plaza, como hacen presto cuando desfila el separatismo catalán», señala Luis Ventoso en ABC.
El vídeo que prueba la gran dimensión de la ‘Marcha por España’
Cuando la derecha sale a la calle, PRISA saca a pasear su palabra comodín: ‘crispación’. «Pero si la izquierda cree realmente que la derecha no llena la calle, –dice Federico Jiménez Losantos en El Mundo– el PSOE, Podemos y sus flatulencias, confluencias, mareas y mareos, con el apoyo del gorilato de la Sexta, el imperio Prisa, el duopolio televisivo y el triopolio radiofónico, deben animarse a convocar otra manifestación en defensa del pacto de Sánchez con los golpistas, Otegi y sus mediadores internacionales. No sale a la calle ni el servicio doméstico de Villa Tinaja».
La multitudinaria y pacífica protesta para El Mundo estuvo empañada «por cierta tendencia al tremendismo retórico y la hipérbole opinativa en el texto del manifiesto -no hace falta exagerar el daño que ya produce el sanchismo».
A sus columnistas (Santi González, Emilia Landaluce…) no les ha gustado el manifiesto.
A Santi González le da un ataque de fineza con María Claver:
«Lo de Colón fue un clamor, aunque también en el manifiesto compartido por tres portavoces hubo insistencia, especialmente por María Claver, que le acusó de haber cedido en los 21 puntos de Torra, lo que no era cierto: sólo le dejó creer a Torra que los negociarían».
Hay pieles demasiados finas.
Una manifestación de la ultraderecha y ni un solo detenido, ni un contenedor quemado, ni un policía herido… Cuando salen los socios catalanes de Sánchez las cosas transcurren de otra manera; pero igual es porque en Madrid eran cuatro gatos, como se ve en la foto… pic.twitter.com/9XwxidnARr
— Rosa Díez (@rosadiezglez) 10 de febrero de 2019
«Más raro que un fascismo que pide elecciones es aquel que no sabe ni manifestarse, ni qué hacer con las masas una vez las ha sacado a la calle. Veinte minutos y a casa», escribe Rafa Latorre para desmontar la teoría del #NoVoyConElFascismo.
«La lectura del manifiesto fue desabrida. Por culpa de ello, la concentración quedó a medio cuajar en cuanto a emoción y la gente se dispersó sin saber si había triunfado o fracasado», dice David Gistau y no le falta razón. La escenografía tuvo graves de organización pero eso no impidió que la gente se lo pasara bien. Pese al viento.
Y sin quemar contenedores. Ignacio Camacho se burla de los que esperaban que «el ejército de las sombras» fascista destrozara todo a su paso: «Se retiró a tomar el aperitivo sin provocar incidentes, sin quemar contenedores ni agredir a nadie. Cualquiera habría pensado que sólo querían que los escuchasen. Pero en estos tiempos tan confusos no conviene confiarse; seguro que al llegar a sus casas a media tarde, las bestias se quitaron los disfraces y dieron rienda suelta a sus instintos salvajes».