Pilar Baeza Maeso, la candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila, es la protagonista de las tribunas de opinión de la prensa de papel de este 6 de marzo de 2019. Como muchos señalan, claro que la podemita tiene todo el derecho del mundo a presentarse a las elecciones. La cuestión verdadera es de si moralmente es legítimo que lo haga después de conocerse su criminal historial que hay a sus espaldas.
Martín Prieto, en La Razón, cree que la candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila tiene toda la legalidad del mundo para presentarse a luchar por la poltrona, pero se pregunta si es legítimo que lo haga:
No se rehabilita quien quiere sino quien puede y más de los deseables ni pueden ni quieren. La genética, la fisiología y los impredecibles caminos de las interconexiones neuronales, pesan más que la bonhomía y lo políticamente correcto. Que la cómplice de una conspiración para asesinar, cumplidos siete años de treinta, pueda ser alcaldesa por Podemos de Ávila es legal. Debería pensar la candidata si es legítimo para ella misma y sus vecinos.
Luis Ventoso, en ABC, tampoco está por la labor de darle una oportunidad política a Pilar Baeza, la autora intelectual del asesinato de su presunto violador:
Hay dos cuestiones que invitan a pensar que Pilar Baeza dista de ser una persona ejemplar, merecedora de un cargo. En primer lugar, se tomó la justicia por su mano, negando a la víctima la presunción de inocencia. Nunca se ha probado la violación, solo tenemos su versión. Si la pauta universal de conducta fuese la de Pilar, imperarían la Ley del Talión y la de la selva. Otro punto oscuro es que el hermano del asesinado ha revelado que en los días de búsqueda, Pilar se presentaba en casa de los padres de la víctima y sabiendo que estaba muerto, pues ella lo había organizado, se interesaba cínicamente por el caso. Eso destapa una entraña terrible, y no es eximente que tuviese 23 años, pues a esa edad la conciencia ya está formada. «Hace muchísimo tiempo que cumplí con la Justicia», alega Pilar. Y es cierto (aunque solo pagó un cuarto de la pena). Estoy viviendo un linchamiento moral por ser mujer», añade. Y es falso. Pilar ha rehecho su vida, y está bien que así sea. Pero privó a Manuel de la oportunidad de hacer lo propio (si es que realmente cometió un crimen). Por eso yo no la votaría como alcaldesa ni ahora, ni en dos vidas.
Álvaro Martínez tampoco cree que Pilar Baeza (Podemos) sea la alcaldesa que se merece cualquier vecino:
Pilar Baeza se llama la candidata y ayer compareció para inscribir el conocimiento público de sus antecedentes criminales, tantos años después, en una «campaña de linchamiento» contra su persona, «posiblemente por ser mujer» por lo que, en la semana del 8-M, pidió ayuda a «los colectivos feministas» contra «esta trama que forma parte de la mafia que hay en la política», así en general. En este caso, la única trama mafiosa es aquella que entonces hizo uso de armas de fuego y un pozo abandonado como cadalso. Parece razonable que los electores sepan el perfil, historial y probidad (o no) de quien le pide el voto pues esa información es relevante casi siempre para depositar o no la confianza en una persona que les va a representar. Allá Podemos con el listón moral y currículum penal que exige a sus candidatos. Pero lo mejor es que no se haga trampas en el solitario ni fabule con fantasmagóricas tramas y conjuras machistas inexistentes, porque no las hay en este caso. Sí resulta curioso que robar un par de cremas en el súper acabe con la carrera política si se es de centro-derecha, mientras que en esa beatífica extrema izquierda que nos iba a redimir haber participado en un asesinato no sea óbice para intentar ser alcaldesa. Porque linchado solo fue el que terminó en el pozo.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72