Pedro Sánchez no sale de una y ya se mete en otra. El presidente del Gobierno tiene que lidiar este 13 de marzo de 2019 con el bombazo que destapa el diario digital de Antonio Martín Beaumont (esDiario) y del que ese hace eco ABC. Según esa información, queda demostrado que el Gobierno nunca recurrió a los mecanismos oficiales para comprobar si su tesis doctoral había sido producto o no de un plagio manifiesto.
Según explica el Consejo de Transparencia en su respuesta, a la que ha tenido acceso ABC:
El software utilizado no se ha costeado con dinero público y las comprobaciones de la autenticidad de su tesis no habían sido realizadas por la Secretaria de Estado de Comunicación ni por órgano alguno de la Presidencia.
Es decir, Sánchez esgrimió un informe no oficial, que aún no está probado que exista, ni con qué dinero se pagó la licencia ni si realmente se pagó. La respuesta del CTBG se suma además a otra fuente oficial con la que se desmonta la coartada de Sánchez.
La vicesecretaria general de la presidencia del Gobierno, Hilda Jiménez Núñez, reconoció que La Moncloa no encargó el informe antiplagio y que nadie lo había supervisado ni visto como se difundió en la nota institucional. Este responsable esgrimió el carácter privado del asunto para excusarse:
El análisis de la tesis doctoral de D. Pedro Sánchez Pérez Castejón, fue efectuada dentro de su ámbito privado y particular, por lo que, ni la Secretaria de Estado de Comunicación, ni ningún otro órgano de la Presidencia del Gobierno han realizado análisis, ni emitido informes o documentos en relación el uso de las herramientas Turnitin y PlagScan.
El editorial de ABC sale duro contra Sánchez después de que se haya demostrado que Moncloa no comprobó con los mecanismos habilitados a tal efecto la veracidad o no de la tesis de Pedro Sánchez:
Todo era una patraña, una más de un Ejecutivo aficionado al embuste y la figuración, pues el Consejo de Transparencia revela ahora que el supuesto estudio no existe. Ahora, seis meses después, la Secretaría General de la Presidencia reconoce que «ni la Secretaría de Estado de Comunicación ni ningún otro órgano de la Presidencia del Gobierno han realizado el análisis, ni emitido informes o documentos en relación al uso de las mencionadas herramientas antiplagio».
Y remacha:
La gravedad del asunto es enorme, pues ya no se trata de que Sánchez plagiara su trabajo universitario, como ha demostrado este periódico y que ya justificaría su dimisión, pues él mismo fijó ahí el destino de un político plagiador. Se trata de que desde La Moncloa se buscó engañar a los españoles. Es imprescindible que la Diputación Permanente cite de inmediato a Sánchez para que dé cuentas ante las Cortes de todos los extremos de esta gran mentira, de un fraude de manual que supuso la utilización de medios públicos para parapetar tras ellos a quien dijo llegar al poder, a lomos de separatistas y proetarras, para llevar la decencia a la política.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72