El presidente mexicano, López Obrador, se convierte este 27 de marzo de 2019 en el protagonista fundamental de tribunas y editoriales de la prensa de papel, aunque también el ‘okupa’ de La Moncloa, Pedro Sánchez, también se lleva su parte alicuota por haber ocultado la misiva del mandatario norteamericano.
El editorial de ABC, amén de poner en su sitio al presidente mexicano, López Obrador, asegura que también en España damos motivos para que desde fuera pisoteen nuestra Historia:
Es cierto que López Obrador aprovecha la ocasión de que en España hay un Gobierno que silencia a Elcano y a Cortés, por miedo a lo que dirán sobre aquellos de nuestros grandes hombres que forjaron la historia de España. Pero este es otro problema, aunque, visto lo visto, y tras negarse acertadamente a que el Rey tenga que excusarse de nada, ahora sí que debiera conmemorar como se merecen aquellas gestas formidables, didácticamente, con rigor y con orgullo de la vital aportación de España a la historia del mundo.
Luis Ventoso le da un repaso histórico al mandatario Obrador:
Si la historia exige disculpas se nos agotará el papel. A Trump se le quedaría el dedo entumecido sobre la pluma si tuviese que pedir perdón por cómo Estados Unidos diezmó a los indios y luego los apartó en reservas. Salvini habrá de enviar misivas a medio orbe, pues el Imperio romano no conquistó el mundo conocido regalando vino y aceite, sino a espadazo limpio y con espantosas ejecuciones. Isabel II, de 92 años, debe apurarse si quiere excusarse por todas las tropelías del Imperio británico. ¿Y qué pasa con los indígenas a los que maltrató el propio México criollo que hoy encarna su criollísimo presidente López? ¿No hay carta? Recapacite, López, que usted es uno de los nuestros.
José María Carrascal le da un consejo al dirigente norteamericano:
Es verdad que hubo explotación e injusticias. Como en todos los procesos coloniales. Pero hubo, junto a iglesias, escuelas y centros de enseñanza, aparte del mestizaje. En cuanto al oro que trajimos de allí, fue devuelto por millones de emigrantes españoles que contribuyeron a crear el Méjico moderno, especialmente los exilados de la guerra civil, padres del Fondo de Cultura Económica y de la principal Universidad del país. Así que, señor presidente López Obrador, no haga lo que sus amigos socialistas españoles, que sólo miran al pasado, y póngase a acabar con la corrupción, inseguridad y paro, que para eso le han elegido sus compatriotas.
El editorial de El Mundo saca a colación los miedos del ministro de Cultura que ha llegado a renunciar a celebrar en este 2019 el año de Hernán Cortés:
No han pasado ni dos meses de la visita de Pedro Sánchez a México. Ya entonces la esposa del presidente mexicano exigió a Dolores Delgado que pidiera perdón; el Gobierno lo ocultó, pero ahora nos explicamos mejor la renuncia de José Guirao a celebrar el año de Cortés como merece. Pero no debería sorprendernos este intolerable desplante considerando la progresiva pérdida de peso de España en el mundo. López Obrador aspira a prorrogar el declinante indigenismo de Evo Morales y del chavismo venezolano. Por eso no extraña mucho que Podemos haya reaccionado poniéndose de su parte y en contra del buen nombre de España. Jamás pierde una oportunidad de perder una oportunidad. Ni siquiera en precampaña.
Santiago González pone a Sánchez en evidencia y el empeño en ocultar las cartas que le dan en sus visitas oficiales:
La majadería de López Obrador ha sido jaleada por lo más desasistido de nuestras glorias patrias: los podemitas en pleno, Alberto Garzón y Aitor Esteban, que aspira a la misma petición de perdón por el bombardeo de Guernica. Y Bea Talegón, claro, que no pierde comba. El Gobierno rechazó la petición con expresión reveladora, «lamentando la publicación» de la carta. Ha tardado 25 días en darse por enterado, y además Sánchez se vio con López en México a finales de enero. Es asombroso. Cada vez que Sánchez va de visita, sea a López, sea a Torra, recibe una confidencia que nos oculta celosamente: las 21 exigencias de Torra, la carta de López Obrador.
El editorial de La Razón tiene claro que Obrador trata de tapar su mala gestión retorciendo a su gusto la Historia:
Cuando un político agita la historia y tira de la muleta del agravio pretérito es porque las cosas del presente no le van bien. Es, exactamente, el caso del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, elegido para el actual sexenio al frente de una coalición de la izquierda radical, que parece dispuesto a recuperar el manido populismo indigenista sobre el que la república mexicana trató de forjar su nueva identidad, mientras, y no deja de ser una cruel ironía, sus clases dirigentes extendían una política de rapiña sobre las tierras indias, llegando a la deportación en masa de los yaquis de Sonora y de los mayas de Yucatán durante el porfiriato. México tiene, pues, suficientes problemas en el presente como para volver a escudarse, como en los tiempos trágicos de sus guerras civiles, en los supuestos malvados españoles del pasado. Pero, también, México posee la inteligencia y los medios para seguir siendo una de las grandes potencias económicas y culturales del mundo, incluso con el lastre de los viejos populistas de izquierda.
Alfonso Ussía destroza al presidente de México por sus «pendejadas»:
Lo inconcebible es que pasados cinco siglos surja un singular cantamañanas populista y se dedique a este tipo de chorradas y pendejadas. Ahí es nada. Un pequeño Reino de Europa, la primera Nación-Estado del mundo, deja la Cruz y la palabra en California, Florida, Nuevo México, Nueva Orleans, Arizona, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Bolivia, Argentina, Paraguay, Perú, Colombia, Ecuador, El Salvador, Chile, Venezuela, Uruguay, Cuba, Puerto Rico, Santo Domingo, las islas occidentales y para rizar el rizo de Rizal, Filipinas. Demasiadas disculpas y muy a destiempo. Lo que sucedió en aquellos pagos, en aquellas tierras hermanas más españolizadas por el mestizaje que por las armas, es responsabilidad de los que allí quedaron y se creyeron superiores. Entre ellos, probablemente, los antecesores de López Obrador, el tonto epistolar que hoy preside a la maravillosa nación mexicana.
El historiador Enrique Moradiellos escribe en El País que no se pueden deshacer cinco siglos de Historia al libre albedrío o capricho del presidente Obrador:
En ese proceso de conformación de la nueva América hispánica, las orillas del Atlántico se convirtieron en límites especulares de un espacio de conectividades, un laboratorio de experimentación sociocultural, una vía de circulación de personas y bienes, pero también de ideas y lenguas. Al compás de esos fenómenos, el Mediterráneo cedió el testigo al Atlántico como eje geográfico de la reordenación del mundo conocido. A la par, Europa pasaba a compartir culturas y primacías con las Américas mediante la conformación del mundo occidental de la Edad Moderna: el Occidente heredero y legatario del viejo mundo grecolatino y de su derivación cristiana medieval. No parece posible concebir América, en su pluralidad, sin esa identidad occidental y es quimera anacrónica pensar en deshacer su historia bajo la ilusión de impartir justicia retrospectiva y selectiva 500 años más tarde.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72