LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

Las ‘sólidas convicciones’ de Sánchez: lo mismo le da Iceta que panceta mientras ERC le mantenga en La Moncloa

Cristina López Schlichting: "¿A alguien le cabe alguna de que ese tahúr, que ha engañado a su propio partido, vaya a formar gobierno apoyado en Esquerra Republicana de Cataluña?"

Las 'sólidas convicciones' de Sánchez: lo mismo le da Iceta que panceta mientras ERC le mantenga en La Moncloa
Pedro Sánchez y Miquel Iceta (PSOE - PSC). EP

Pedro Sánchez no tiene problema alguno en usar a Miquel Iceta como un kleenex al que dejar tirado cuando ya no le sirve a sus propósitos. El presidente del Gobierno en funciones ha demostrado que no le importan las personas, sino lograr sus ambiciosos propósitos personales y ahora escoge a Manuel Cruz como nuevo candidato a presidir el Senado. Como le recuerdan este 18 de mayo de 2019 muchas tribunas de opinión, el socialista aún no se da cuenta de la táctica chantajista de los separatistas –Los independentistas catalanes vetan el plan de Sánchez para que Iceta presida el Senado-.

El editorial de El Mundo le recuerda a Sánchez que no se puede pedir responsabilidad de Estado a PP y Ciudadanos mientras se acuerda lo mollar con los independentistas de ERC y los totalitarios de PodemosRufián deja con el culo al aire a Iceta revelando lo que dice de los presos-:

Resulta cínica la apelación a PP y Cs para que se abstengan en la investidura de Sánchez, para el caso de que la amenazara una nueva negativa de ERC. El mismo día en que se confirmaba el control de la Mesa del Congreso por parte PSOE y Podemos, que no solo obtiene la vicepresidencia sino que logra colocar a un soberanista de tendencias radicales como Gerardo Pisarello en el órgano de gobierno de la Cámara Baja, el PSOE emplaza a la oposición constitucionalista a que le salve de la dependencia del independentismo. La maniobra delata un desahogo propio de un régimen de partido único. Si fuera verdad que Sánchez está interesado en gobernar desde el centro y apoyándose en PP y Cs para asuntos de Estado, tomaría la iniciativa para pactar con Casado y Rivera unas líneas maestras para la legislatura en vez de pedirles apoyo gratis, mientras viene de acordar la Mesa -y veremos qué más cosas- con Pablo Iglesias. Ni siquiera el poderoso aparato de propaganda sanchista puede camuflar una trampa tan burda para desactivar a la oposición, elegida por muchos españoles precisamente para contrarrestar la labor de zapa contra el sistema del 78 que pueda desplegar desde el corazón de las instituciones alguien como Pisarello.

Luis Ventoso, en ABC, le refresca la memoria a los socialistas –Pedro Sánchez prepara otro sablazo: eliminará las deducciones a las familias en la reforma del IRPF-:

En España, hoy el PSOE puede permitirse el lujo de la incoherencia más flagrante sin que le pase factura, merced a su hábil cuasi monopolio televisivo (cortesía del mariano gobierno y su sagaz vicepresidenta). En diciembre de 2015, Rajoy ganó las elecciones con 123 diputados. La valoración mediática de entonces fue que se trataba de una victoria pelada y que sudaría para formar gobierno (como así fue). Desde el minuto uno, sin siquiera molestarse en escuchar su oferta, Sánchez le plantó ante su barba cana un inmenso «no» y abogó porque debía gobernar él, cuando había dejado al PSOE en el chasis con solo 90 diputados. La obcecación del Dr. No mantuvo a España sin gobierno medio año. Hubo que repetir los comicios. Rajoy subió a 137 y Sánchez cayó a 85. ¿Respuesta del vapuleado? «No sigue siendo no», con deje chuleta. Se resistió con saña a permitir que el ganador formase gobierno, una obcecación tan nociva para el país que fue retirado con fórceps de Ferraz en una operación que contó con el plácet de Susana, González, Rubalcaba y otros clásicos con más altura de miras. Con tales antecedentes, ayer Ábalos demandó a Ciudadanos «que se abstenga por España» y deje gobernar a Sánchez. Los que bloquearon dos veces al ganador de unos comicios venden ahora, con idéntico resultado al de Rajoy, que Sánchez ha firmado una victoria épica (de 123 diputados, ¡a 53 escaños de la mayoría absoluta!)

Ignacio Camacho considera que Sánchez ha cedido ante los caprichos del independentismo y que lo de Iceta no le produce el mayor problema –El PNV pone precio a la investidura de Sánchez y el PSOE pagará: los socialistas facilitarán un Gobierno separatista en Navarra-:

Lo que esta semana le han querido demostrar ERC y el partido de Puigdemont es que necesita algunos de sus votos o sus abstenciones para no depender de Bildu en la investidura y que ellos lo saben; ha sido una exhibición de poder, conscientes de su posición dominante. No conocen otra estrategia que la de la subversión y el chantaje. Un político de convicciones habría mantenido el pulso: Iceta o nada. Pero ése no es el presidente, que sólo se maneja bien en la superficialidad efectista y la finta táctica. Lo acepte o no, la clave de su nuevo mandato seguirá siendo la cuestión catalana, y continúa empeñado en enfocarla con una óptica equivocada. Al final del cuento, el escorpión muerde a la rana. Y Sánchez ni siquiera sabrá lamentarlo con la hondura moral y el pulso literario de Azaña.

El editorial de ABC le hace también las cuentas al presidente en funciones –¡Preparen el airbag! Sánchez y compañía nos van a freír a hachazos fiscales revestidos con consignas cursis-:

Sánchez podrá dibujar un panorama idílico, pero sabe que su régimen de mayorías es insuficiente. Su pretensión de negociar y pactar con ERC ha sufrido un primer revés relevante, probablemente porque el partido de Oriol Junqueras se encuentra más cómodo en el chantaje, el desorden institucional y la amenaza sistemática. Sánchez no dispone ni mucho menos de una mayoría aplastante, y ayer mostró nuevos síntomas de su debilidad al pedir a Ciudadanos y al PP que se abstengan en su investidura. Es un brindis al sol, pero también un indicio nítido de que PSOE y ERC no se fían mutuamente, y de que la investidura de Sánchez no va a ser un paseo militar para el PSOE.

En La Razón, Cristina López Schlichting no duda de que Sánchez tiene todo atado para servirse de aliados de todo pelaje con tal de seguir en La Moncloa –Carlos Herrera caza a Pedro Sánchez: lo pilla haciendo un uso del Estado exclusivo del Rey-:

Ya está la cosa hecha. Con la negativa de Ciudadanos a colaborar en la investidura de Pedro Sánchez y el anuncio de Ana Oramas de que Canarias no va a apoyar acuerdos con populistas ni independentistas, se acaban las dudas. ¿A alguien le cabe alguna de que ese tahúr, que ha engañado a su propio partido, vaya a formar gobierno apoyado en Esquerra Republicana de Cataluña? Los actores serán Podemos y sus confluencias (42 escaños), Compromís (1), el partido de Revilla (1) y el PNV (6). Eso hacen 173 diputados con el PSOE. Los tres restantes los pueden poner Bildu, Puigdemont o Junqueras. Pese al veto de ERC a la constitución de Iceta como senador, el portavoz de la formación, Gabriel Rufián, calificó el asunto de «chubasco que tiene que pasar rápido» y precisó que en ningún caso supondrá un freno a la investidura de Sánchez que pudiera desembocar en una repetición electoral, porque esto aumentaría el riesgo de que «el fascismo vuelva al poder».

El editorial del diario de Francisco Marhuenda deja en el aire la repetición de las elecciones generales –Pedro Sánchez pacta con los separatistas de ERC una nueva afrenta al Poder Judicial-:

La manera de actuar de Sánchez en los tanteos para la investidura es de una gran frivolidad: no se puede proponer la abstención a partidos a los que no se les ha revelado cuáles son los planes del Gobierno para Cataluña. No se les puede pedir un «servicio a España» cuando se trata de un puro tacticismo con miras a los próximos comicios. Y no puede hacer cómplice de su falta de respeto institucional cuando ha decidido nombrar a los presidentes del Congreso y el Senado sin contar con los grupos parlamentarios, que es a quien le corresponde. Si Sánchez no tiene la mayoría deseada -ser investido sin el apoyo de los independentistas- no le queda otro camino que convocar elecciones.

Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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