Podemos presume de ser un partido feminista, pero al final, salvo excepciones muy contadas, el líder supremo, Pablo Iglesias, prefiere poner a hombres a liderar las diferentes candidaturas. Por eso este 1 de febrero de 2019, Emilia Landaluce, en una soberbia tribuna en El Mundo, desmonta ese feminismo tramposo de la formación morada.
Arranca con mucho sentido del humor.
El otro día los carcas contaban un chiste muy jaleado. «‘Buenas tardes, ¿es la asociación feminista radical?’ ‘Sí’. ‘Anda guapa pues dile al gerente que se ponga'».
Es difícil practicar en casa lo que se dice en la calle. El herrero usa cuchillo de palo. Los que operan los ojos suelen llevar gafas. Tampoco hay casa de taurinos sin niña ecologista ni padre facha sin hijo progre. Y viceversa. Y en Podemos y Podemás Madrid…
Apunta Landaluce que:
Es una pena que ninguna de las muchas mujeres de las que se ha rodeado Íñigo Errejón para su coup (se pronuncia cu, no cup) haya decidido dar un paso adelante. Puede que hagan bien pues nadie sabe cuál -si narciso o ego- es el más cipotudo. [Las que saben del tema deslizan la leyenda errejonuda].
Nada nuevo hay en esta lucha entre el viejo comunismo y el pragmatismo de veganos de plantas carnívoras. Más Madrid es más de lo mismo. En cualquier caso, al final, parece que todo se reduce al enfrentamiento de dos machotes para oh, ah, uh de sus damiselas.
Se sorprende ante una evidente paradoja:
Lo que es curioso es que en la pugna de un partido que se define feminista a ultranza (enésima ola superada) no haya una sola mujer candidata a liderar la formación. [Porque Carmena dice además que si no gana en Madrid tampoco se queda a jugar].
No puede decirse lo mismo de los dos partidos del 78. Tan rancios, casposos, machistas. El PSOE tenía a Susana Díaz. Y en el PP, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría disputaron las primarias a Casado. Hasta algunas políticas del partido hicieron un vídeo en el que expresaban así su apoyo por la ex vicepresidenta: «Ahora, una mujer». Vaya, si hasta hubiera pegado con el Ahora Madrid de Errejón. En ese vídeo también estaba Isabel Tocino a quien el ¡franquista! Manuel Fraga llegó a proponer como su sucesora al frente del PP. Y era rubia. ¡La Margaret Thatcher española!, decían entonces.
Y concluye con una observación más que pertinente:
Hay otro matiz machista interesante en el asalto a Iglesias. La baja paternal del líder. La pregunta es evidente. ¿Esperó Errejón a que su antiguo amigo se cogiera los tres meses para perpetrar la operación? El escenario es evidente. Y si así fue, ¿es porque consideraba a Irene Montero una rival más débil? O bien es una prueba de lo difícil que es compaginar una baja tan larga con dirigir una empresa que es lo que también es un partido. Flaco favor a las mujeres con carrera que quieren ser madres. ¿El gerente de Podemos?
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72