Un artículo publicado en ‘El País’ este 5 de marzo de 2019, del escritor y cineasta David Trueba, ha conseguido desmarcarse, sorprendentemente, del ensordecedor ruido político que vivimos en este periodo preelectoral furibundo al que asistimos como parte activa del odio al otro, al que piensa diferente:
La política actual parece empeñada en lograr que se odien los hombres con las mujeres, los de aquí con los de allá, los taurinos con los que tienen perro y los que van al gimnasio con los que escuchan a Bach. Todo eso es una puesta en escena de los odios más rentables. La locomotora electoral está alimentada por un combustible obsceno que se derrama por las calles, por los salones, a través de tertulias sostenidas con aspavientos y no con argumentos, por dicotomías imposibles donde has de decidir si prefieres matar a papá o a mamá. Muy ciegos hemos de estar para no escapar de ese bochornoso juego. Pero se estimula la ceguera. Nos lanzan ácido a los ojos. Nos sacuden donde más duele. […] Déjennos convivir.
Bajo título ‘Dejarte ciego’, Trueba carga duramente contra los responsables políticos que viven como peces en el agua en este fango de insultos y descalificaciones, generando una brecha entre la ciudadanía para, después, vagamente, unirse con torpes acuerdos y proseguir gobernando siempre en pro del electoralismo.
La forma en la que en este artículo de Trueba -que se ha convertido en tendencia en la red Twitter- define la legislatura que ya agoniza es majestuosa. En apenas un párrafo, «la legislatura que nunca debió existir».
Esa anomalía que contuvo una repetición de elecciones, además de un año sin formar Gobierno, y finalmente la reelección de Mariano Rajoy como presidente a costa del sacrificio del líder de la oposición a manos de su propio partido. Ese mismo líder que regresó para precipitar una moción de censura y un Gobierno de nueve meses que cierra el capítulo. La palabra incapacidad define las carencias para alcanzar pactos, entendimientos que no sean traiciones ni sumisiones.
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