Miscaelánea de temas a tratar este 7 de marzo de 2019 en las tribunas de la prensa de papel. Desde la vuelta de Pablo Iglesias a la política activa a la huelga feminista o la renuncia, cuando menos sorprendente, de la socialista Soraya Rodríguez, esa política a la que ahora el partido acaparalotodo, es decir Ciudadanos, quiere llevar en sus filas.
Álvaro Martínez escribe en ABC sobre el regreso del líder de Podemos a la primera línea política y lo hace con bastante ironía y acidez:
Vuelve él, parece… Pero entre purgas y fugas los que no van a regresar nunca son Monedero, Bescansa, Alegre, Errejón, Espinar… y paremos porque la lista va tomando la dimensión del parte de bajas de las Termópilas. Al éxodo del grupo fundacional hay que añadir la rebelión de las confluencias regionales, donde hoy el presunto mesías no pinta ni manda nada. De los del mitin de Sol ya solo aparece él con «la gente». Nadie más en la foto. Ni Irene. Dentro todo suena a improvisación, a desconcierto, a «qué c… nos está pasando», a un barullo aturdidor que lleva, por ejemplo, a Echenique a animar a «todos y todas» a secundar la huelga feminista de mañana, para aclarar luego que él no parará «porque tiene mucho trabajo». Y tanto, Echenique, y tanto.
Luis Ventoso no se traga la renuncia de Soraya Rodríguez y asegura que el patriotismo le ha venido ahora que la han purgado a base de bien:
Cabe hacerse unas preguntillas: ¿Dónde estaba el patriotismo de Soraya cuando Zapatero proclamaba que España «es un concepto discutido y discutible» y abría la caja de pandora de las reformas estatutarias que provocó el carajal que hoy padecemos? ¿Dónde estaba el españolismo de Soraya cuando el PSOE de Rubalcaba, y ella misma, proclamaban que el problema del separatismo era culpa de la lamentable intransigencia de Rajoy, que no dialogaba? ¿dónde estaban las protestas de Soraya el día en que Sánchez firmó su infame pacto con los separatistas? ¿Por qué ha esperado nueve meses para reaccionar y solo lo hace cuando le llega la purga? En el PSOE todavía quedan muchos patriotas. Pero a cambio de conservar sus carguillos tragan con todos los desmanes de Sánchez. Así que patriotas, sí, pero más bien de su propio ombligo.
Emilia Landaluce, en El Mundo, asegura que la manifestación del 8-M es en respuesta a la concentración constitucionalista del 10 de febrero de 2019 en la madrileña plaza de Colón:
A nadie se le escapa que una parte importante de la izquierda se toma la huelga del 8-M como una respuesta a la manifestación constitucionalista que se celebró en Colón el 10 de mayo. En cualquier caso, el PSOE y Podemos sacarán pecho por la movilización y harán comparaciones odiosas sin tener en cuenta que sólo hubo unos días para organizar la concentración de Colón y los casi inagotables recursos económicos y mediáticos de los que dispone el feminismo militante.
En La Razón, López Schlichting asegura que Pilar Baeza, la candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila, no está capacitada por razones obvias para ocupar ese puesto:
Que Pilar Baeza fuera erigida munícipe sería como si a mí me nombran abadesa de un convento de cartujos sometidos al silencio o entrenadora de la selección nacional de pértiga. Uno no puede ser aquello para lo que no está facultado. No se puede ser una cosa y su contraria. Facundo y silencioso. Torpe y deportista de élite. Honrado y ladrón. Asesino y protector de la vida de los demás. No puede estar la seguridad de una ciudad, su prestigio y su vida civil al cuidado de una persona que le ha quitado la vida a otra. Ojo, no digo que Pilar Baeza no sea hoy una bellísima persona, no entro en eso. Lo que digo es que una vida no basta para redimir la herida de un asesinato. Y que la alcaldable ha demostrado, cuanto menos, poca humildad con este gesto de presentarse a tan magno cargo.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72
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