Los ‘morados' llevaban tiempo deseando que el caso Villarejo alcanzara a un periodista en la órbita del centro-derecha y resulta que el primer salpicado a resultado ser uno de la cuerda progre
Que ganas tenían los dirigentes políticos de Podemos de que las investigaciones por el caso Villarejo, en especial la parte relativa a las informaciones robadas a la ex asesora de Pablo Iglesias, Dina Bousselham, alcanzaran a un periodista español.
Esa imputación sería el dato que necesitaban para que su trayectoria victimista para presentarse ante la opinión pública como ‘pobres mártires desamparados víctimas de una malvada horda de medios de comunicación privados» fuera perfecta.–Pozas, ex Nº2 de Moncloa, compró el móvil robado para meter fotos íntimas de la asistente de Iglesias en ‘Interviú’–
Los podemitas tenían claro quien querían que fuera el primer periodista empapelado: Eduardo Inda. De hecho ellos y sus corifeos iban lanzando la idea una y otra vez de que era inconcebible que Inda siguiera participando en tertulias y hasta algunos de sus adláteres mediáticos, los Antonios Maestres de turno, se apuntaron a esa teoría.
Querían a Inda, pero seguramente tampoco les hubiera importado si el imputado hubiera sido Alfonso Rojo, Esteban Urreiztieta, Casimiro Abadillo o cualquiera de los periodistas que cuentan con la cruz por parte de los morados, alguno de ellos también habían sido señalados por los morados. Pero resulta que no ha sido ninguno de ellos.
Los ‘morados’ llevaban tiempo deseando que el caso Villarejo alcanzara a un periodista en la órbita del centro-derecha y resulta que el primer salpicado a resultado ser uno de la cuerda progre.
El imputado ha sido Alberto Pozas, ex director de Interviú y tertuliano del sector ‘progre’ habitual en distintos programas en la última década, a destacar ‘Hora 25′ en la Cadena SER y ‘Los Desayunos’, en la TVE de Zapatero con Ana Pastor y Pepa Bueno, desde posiciones siempre muy críticas hacia el Partido Popular o la Iglesia.–El ex ‘número dos’ de Comunicación del Gobierno reconoce al juez que facilitó información personal de Iglesias a Villarejo—
Tras el cierre de Interviú pasó a trabajar para Pedro Sánchez en su equipo de comunicación.
Pozas ya había trabajado para el gobierno durante la etapa socialista y ya en 2000 fue señalado por la prensa filoetarra como un supuesto agente de los servicios de información del Estado (acusación que entonces difícilmente se podía tomar en serio, dado que para los filoetarras todo periodista que se enfrentaba a ETA, y Pozas estaba entre ellos, era un ‘esbirro’ de las cloacas).
También es reseñable que, según avanza la investigación, se van conociendo más datos. Frente a la idea morada de que malvados espías de Villarejo habían seguido y robado el móvil a Bousselham y luego este lo había filtrado a periodistas, ahora ya sabemos que el orden de los factores fue diferente, y que resulta que el pendrive con la información robada estaba en manos del Grupo Zeta bastante antes de que esta llegara a manos de Villarejo, y que fueron ellos los que se la dieron.
Es decir que el ladrón del móvil (del círculo personal de la robada) se lo pasó a periodistas y fueron los periodistas los que después se lo pasaron a los agentes, algo diferente del relato inicial.
Dos preguntas al respecto:
Pregunta número 1: ¿Por qué Alberto Pozas, en su calidad de director de Interviú no consideró aquella información suficientemente relevante como para publicarla en su revista, pero si consideró que era relevante pasársela a un oscuro comisario como Villarejo?
Pregunta número 2: ¿Por qué todos los podemitas y «maestres» que tanto interés tenían en empapelar a Inda y a OkDiario hace una semana no han dicho ni pamplona sobre Pozas? ¿Qué pasó con esas intervenciones rabiosas en tertulias como ‘Más Vale Tarde’ pidiendo que empapelaran? ¿O sólo se activa la ira según la ideología del periodista salpicado?