El desenlace del proceso de venta del Grupo Zeta, el grupo mediático de publicaciones catalanas que encabezan El Periódico de Catalunya y Sport era conocido desde hacía semanas, prácticamente todos los confidenciales y digitales de medios habían dado informaciones al respecto, pero el Grupo Prensa Ibérica esperó hasta el jueves santo para informar a través de sus periódicos que su presidente, Javier Moll de Miguel era el nuevo propietario de todos los periódicos regionales y revistas especializadas del Grupo Zeta.
Mucho se ha hablado de toda la aportación de Antonio Asensio Pizarro al sector de los medios. Ni sus enemigos – e hizo méritos para ganarse unos cuantos – le negarán su condición de emprendedor.
Pero de quien toca ahora hacer balance es de Antonio Asensio Mosbah, que ha controlado el grupo desde la muerte de su padre, durante los últimos 10 años como presidente del Consejo de Administración sin demasiadas iniciativas que se pueda destacar, viendo morir a la primera gran publicación de su padre, la revista Interviú y con un proceso de venta que se ha hecho eterno, dado que fue en 2008 la primera vez que el Grupo Zeta informó que estaba en venta.
BALANCE
«Yo que tengo 70 años, me puedo equivocar, pero tú que tienes 20, no te puedes equivocar, sal fuera y fórmate». Quien pronunciaba esas palabras era Jesús Polanco Gutiérrez, el magnate de PRISA en su primera entrevista con el joven Asensio Mosbah, el heredero del imperio Grupo Zeta ante el resto de directivos del grupo catalán.
«Tú padre es la persona que más dinero me hizo perder», comentaba Polanco como un elogio al difunto en una comida en la que buscaba que se acercaran posturas. «Deja que tus directivos sean quienes lleven el grupo y si lo hacen mal los echas».
Desde el mismo momento en que falleció el fundador de Zeta comenzaron los rumores de una inminente venta del grupo. Si la idea de Polanco era trasmitir tranquilidad a su competidor el efecto que consiguió fue justo el contrario:
¿Qué te ha parecido?, preguntó uno de los directivos de Zeta a su joven jefe.
«Que quiere echarme para hacerse con el grupo. Y no me voy a ir».
Asensio optó por hacer lo contrario a lo que le recomendaron: se quedó, cogió el timón y apartó a los principales directivos de la gestión de la era de su padre a excepción del abogado Francisco Matosas, que llevaba los temas jurídicos, pero no estaba especializado en la gestión de periódicos regionales.
En 2005 el Grupo Zeta tuvo la posibilidad real de aspirar a ser titular de operador de televisión analógica con el favor del Gobierno Zapatero incluso el grupo de socios de La Sexta con José Miguel Contreras a la cabeza tuvieron muy avanzada la integración de Toni Asensio en su capital, pero nuevamente el nuevo gestor de Zeta dio un paso atrás y se quedó al margen del sector de la televisión que tanto había cautivado a su padre (y a su hermana).
«NO LE INTERESA EL NEGOCIO»
Socios y competidores del ya será «ex presidente» del Grupo Zeta coinciden en su diagnóstico: «A Toni Asensio nunca le ha interesado este negocio, él no es de la generación del papel, ni tan siquiera de los digitales y la información, él tiene otros intereses como el cine».
El papel por tanto de Asensio Mosbah era liderar la ‘transición’ hacia un nuevo propietario que tuviera ganas de poner en marcha los proyectos para mantener la vitalidad que fue característica en los primeras décadas de existencia del grupo, con tantos fracasos como aciertos, pero sin pasar desapercibido.
La gran oportunidad llegó en 2006 cuando se anunció que el Grupo Zeta estaba en venta. Tuvo varias novias. Tanto la productora Mediapro, como la constructora Gallardo (que jugó durante unos años a grupo mediático comprando los periódicos andaluces de PRISA), como el Grupo Planeta, presentaron solventes ofertas para quedarse con Zeta. José Manuel Lara Bosh tenía un especial interés en El Periódico de Catalunya (periódico en cuyo consejo de administración se sienta actualmente su hija).
El Grupo Planeta puso sobre la mesa 400 millones de euros a Toni Asensio para hacerse con Zeta, una oferta que en aquel momento quizá hubiera podido salvar a las difuntas Interviú o Tiempo. Extrañamente Asensio Mosbah, a pesar de su desinterés del negocio, optó por ponerse gallito y pedir o 1.000 millones de euros o nada. Ni Planeta, ni Gallardo, ni Mediapro aceptaron entonces una petición tan desorbitada.–‘Tiempo’ e ‘Interviú’ ya son historia del periodismo español: Zeta anuncia el cierre de ambas cabeceras–
Asensio Mosbah rechazó 400 millones de euros entonces y ahora ha tenido que vender por 10 millones y sabiendo que, de no hacerlo, El Periódico iba a morir en seis meses. No parece el mejor balance de un pequeño magnate de medios que vuelve a demostrar lo difícil que es para los editores mantener el hueco de su padre.
GANA MOLL
El total de la deuda de Zeta ascendía a 99 millones de euros. Entre el pool de bancos acreedores, los más expuestos a la deuda eran el Santander, con unos 30 millones (Santander más Popular), CaixaBank, con cerca de 23 millones, y Banc Sabadell, con 14,5 millones. La voz cantante en las negociaciones con Zeta y Prensa Ibérica la llevaba CaixaBank.
Al contrario que Planeta y Gallardo (que se ofrecieron a comprar todo el grupo) o Vocento (que se ofreció a comprar El Periódico), que se fueron retirando, Mediapro nunca renunció a quedarse con Zeta y, con especial interés, el deportivo Sport.
Hubo reuniones del más alto nivel para frenar a Jaume Roures. «Javier Moll, presidente de Prensa Ibérica, se reunió en Moncloa con varios dirigentes del más alto nivel, que se interesaron por la negociación. Pese a la preocupación que mostraron varios miembros del Gobierno porque uno de los principales grupos de medios en Cataluña pudiera pasar a manos de empresarios del ámbito independentista, Moll rechazó la posibilidad de subir su oferta por Zeta —unos 35 millones de euros— ante la entrada en la puja de Mediapro», informó eldiario.es.–Caixabank se reúne con Henneo para la venta de Zeta tras la operación fallida con Prensa Ibérica—
Roures no ha ocultado su desagrado por ver rechazada su oferta, –que ofrecía 40 millones de euros, es decir, rebajar las pérdidas de los bancos acreedores en un 10% respecto a la oferta rival.– después de tener cerrados todos los avales bancarios, la que él consideraba que era ‘la mejor oferta’.–El millonario rojo Jaume Roures intenta de nuevo quedarse con el Grupo ZETA–
«Mediapro (Imagina Medía), con una plantilla de 6.695 trabajadores, es el segundo grupo español de comunicación por ingresos. En 2018 facturó 1.967 millones de euros y obtuvo unos beneficios brutos de 222 millones. EPI, por contraste, facturó 174,84 millones de euros con un beneficio de explotación de 2,28 millones, según la última información disponible en el registro mercantil», informaba ElNacional.cat.
Moll se hace con el grupo mediático de prensa más importante en Cataluña, que suma ingresos anuales por 311 millones de euros y pérdidas de 20,7 millones, frente a los 176 millones del Grupo Godó, editor de La Vanguardia y Mundo Deportivo, que hasta ahora ocupaba esa posición de liderazgo.
Se le ha colado Javier Moll de Miguel, fundador de la cadena de periódicos con el sello de La Opinión, comprador de otros tantos y experto en colarse por sorpresa en pugnas mediáticas y en un año en el que ya había cerrado otra operación de relieve en la Canarias donde inició su carrera mediática en 1978, su compra de El Día, sumada a La Provincia, le convierte en dueño y señor de la información canaria.
Ahora con la compra del imperio regional de Zeta, desde El Periódico de Aragón a Mediterráneo le ofrece la posibilidad de medirse con los vascos. Moll de Miguel puede presumir de que, con todos los años, que lleva en el sector, es uno de los editores que menos campañas en su contra ha padecido en su contra. Acaso porque cometió la precaución de no hacer, lo que sí hicieron (y pagaron caro) Roures, Lara o los vascos: no comprar un periódico en Madrid.