LA TRIBUNA DEL COLUMNISTA

¡Preparen el airbag! Sánchez y compañía nos van a freír a hachazos fiscales revestidos con consignas cursis

"Iglesias sabe que Sánchez puede buscarse la vida en función de determinados acuerdos puntuales: si pudo gobernar con 84 diputados ¡cuánto destrozo no podrá hacer con 123!"

¡Preparen el airbag! Sánchez y compañía nos van a freír a hachazos fiscales revestidos con consignas cursis
Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (PODEMOS). EP

¡Cómo está de revuelto el patio político! Lío en el entorno de las derechas, que está muy bien para que algunos se entretengan y así se desvíen de lo realmente importante, el tremendo sablazo que pretende endosarle a los españoles Pedro Sánchez con o sin la compañía de un Podemos que se ha quedado petrificado ante las intenciones de un PSOE de gobernar en solitario. Así vienen este 3 de mayo de 2019 las tribunas y editoriales de la prensa de papel –Pedro Sánchez nos aplicará una subida de impuestos retroactiva para cubrir su despilfarro-:

Luis Ventoso resume en su tribuna de ABC en lo que se ha convertido nuestra política después de los resultados del 28-A –Prepárense para disfrutar: Sánchez ocultó en campaña una brutal subida de impuestos a las clases medias-:

Rivera, que ha perdido tres elecciones generales consecutivas y ha quedado de tercero, levita por la Villa y Corte y va diciendo que ahora él es el jefe de la oposición (cuando ha logrado 28 diputados menos de los que tenía Sánchez tras despeñarse en 2016). Junqueras enfría el cava en su nevera portátil del hostal del Estado, porque observa que la política española ha derivado en un gallinero y sabe que el desorden le dará alas. Cayetana y Teodoro continúan con su altivo porte olímpico, incapaces de entender que la arrogancia displicente no vende un peine en las urnas. Otegui, un terrorista convicto, es un hombre de Estado, y el PNV se apresta a pasar el cepillo perdonándonos la vida y a trincar como siempre (o más). Por lo demás, ya hay algunas conquistas claras: nos van a abrasar a impuestos, a consignas cursis y a intromisiones regulatorias en nuestra privacidad. Ha llegado la Nueva Política. ¡Preparen el airbag!

Hughes critica abiertamente el sablazo fiscal que el PSOE le va a meter a los ciudadanos de a pie –El vídeo que deja a Sánchez como un ‘sectario y un olvidadizo’ de nacimiento-:

El esfuerzo fiscal español ya era serio y el PSOE lo eleva. Pero va a ser, dicen, como la acupuntura. Una aguja en la oreja te cura el lumbago. Lo van a notar «las rentas más altas». Solo basta pararse un rato en una gasolinera para ver las caravanas de Lexus que se organizan para echar diésel «Que cada uno aporte en función de su capacidad y reciba en función de su necesidad», dice el mismo PSOE cuyo PSC pide para Cataluña que esto deje de ser así. Junto a estas falacias fiscales, arrecia una propaganda ternurista según la cual todo va a la sanidad. Todo se lo gastan en máquinas de diálisis. Cuando el PSOE gobierna el Estado se hace Estado Enfermero y nos abruman con una poética de los servicios públicos. Cada céntimo pagado alfabetiza a un niño, alivia el dolor de un anciano. ¡Hay que ser miserable para negarse! El PSOE reviste de cursilería su demagogia fiscal, llevarla al IRPF es lo que nos faltaba. Ábalos llegó a decir, incluso, que no querer pagar impuestos es «cargarse la democracia», cuando la democracia empezó más bien por lo contrario.

José María Carrascal advierte a las derechas españolas lo que puede pasarle como sigan con su táctica de enfrentarse entre sí –Pablo Casado pasa al ataque frontal contra Cs y Vox y reclama el centro derecha para el PP-:

¿Qué puede hacer la oposición ante tal desafío? De entrada, cambiar, como Sánchez, de estrategia. Olvidar los reproches e insultos a Vox y a Ciudadanos tendiendo puentes hacia ellos, que a fin de cuentas están en el mismo bando. Sólo nos faltaría que el pacto andaluz saltase por los aires y vuelva a gobernar allí el PSOE. La necesaria refundación del PP no tiene que ser de exclusión, sino de reagrupamiento. A fin de cuentas, ambos partidos son ramas desgajadas del PP, por considerar que no defendía con bastante firmeza los principios patrióticos, económicos y sociales en que se asentaba, junto a ser demasiado tibio ante el independentismo, hasta que no hubo más remedio que aplicar el 155. Luego, mostrar a esos hijos pródigos a qué conduce haber dividido por tres su voto: a un gobierno de izquierdas. Para resumir: hacer de nuevo al PP la gran casa del centro derecha español, donde cabe desde la derecha pura y dura hasta los liberales que ponen al hombre, y la mujer naturalmente, en el eje de la vida y de la política. Con la economía como gran baza. Recordando al entero electorado que ha sido el partido que sacó dos veces a España de la ruina en que la había dejado el PSOE, algo que puede volver a ocurrir.

Carlos Herrera le recuerda a Podemos que Sánchez, que gobernó con 84 diputados, ahora con casi 40 más puede hacer una auténtica sangría –Carlos Herrera cree que los ‘fontaneros’ de Ferraz estaban detrás del «¡Con Rivera no!» de la militancia socialista: «Eso estaba preparado»-:

Creo que tiene razón Iglesias: yo he venido contigo hasta aquí, yo apoyé tu moción de censura, yo firmé documentos de emprendimiento político contigo, yo pacté contigo la subida de Salario Mínimo, yo he sangrado algunos diputados a favor tuyo… ahora no me puedes dejar tirado en la cuneta y entenderte con otros. Yo no puedo quedar como el grupo subsidiario que te sugiera el nombre de un catedrático para llevar un ministerio menor. Yo tengo que formar gobierno contigo, si no quieres que sea vicepresidente me parece bien, pero un par de ministerios de los de gastar me los debes dar a mí. El planteamiento es justo, la verdad sea dicha. Si Podemos se queda ahí al lado, poco a poco Sánchez irá vampirizándolos y por ello se resisten. Pero Iglesias sabe que Sánchez puede buscarse la vida en función de determinados acuerdos puntuales: si pudo gobernar con 84 diputados ¡cuánto destrozo no podrá hacer con 123!

Bieito Rubido, director de ABC, abronca a aquellos votantes que decidieron irse a la marca blanca del PP y también a Ciudadanos –La Junta Electoral investiga el posible ‘pucherazo’ del voto nulo que aupó a la izquierda-:

Pedro Sánchez ha ganado las elecciones del domingo -con un raquítico resultado, no nos engañemos- gracias a la división del centroderecha. Muchos que votaban para castigar al PP, lograron que su papeleta aupase al líder socialista. Así de fácil. Ya pueden darle todas las vueltas que quieran. Si no quieres que te gobierne la izquierda, procura votar en clave ganadora y eficaz. Como esto no lo quiso entender una parte de los votantes, ahora tenemos al político con mayor doblez de la historia reciente al frente de los designios de España. Alguna lección deberíamos concluir tanto los ciudadanos como los dirigentes políticos. Entre esas enseñanzas está la de que el centro-derecha solo gobierna cuando va unido y modera su discurso. Esto último no quiere decir que compre la mercancía averiada de alguna minoría o de la izquierda. Así que creo que urge que Pablo Casado, el jefe de la oposición por número de escaños, se ponga al frente de una operación de cohesión de la bancada que tiene que fiscalizar al gobierno socialista. Es un error que la diversidad de matices impida reconstruir la gran fuerza del centro-derecha.

El editorial de El País, de manera taimada, apuesta por la solución dialogada al problema de Cataluña. ¿Referéndum habemos, Soledad Gallego-Díaz? –El guardia civil empapelado por criticar a Rufián va a cara descubierta contra el tibio Marlaska

Las urnas derrotaron el pasado domingo los discursos extremistas sobre la cuestión territorial que amenazaban con provocar una nueva crisis constitucional no solo en Cataluña, sino también en el País Vasco y en el resto de España. Los defensores de las tesis independentistas unilaterales, agrupados en torno a Junts per Catalunya, el partido del expresidente Carles Puigdemont, registraron una severa derrota en favor de la vía pactada por la que ahora dice apostar Esquerra Republicana. En el otro extremo, los partidarios de una recentralización amparada en una aplicación inconstitucional del artículo 155 tampoco obtuvieron los resultados deseados. Vox, PP y Ciudadanos no lograron un solo escaño en el País Vasco y en Cataluña solo obtuvieron 7 de los 48 diputados en juego. Y entre los tres no alcanzaron el apoyo requerido para articular una fórmula para el Gobierno central similar a la de Andalucía.

El editorial de La Razón le reclama a Pablo Casado no insultar a los que fueron antiguos votantes del PP –Losantos deja helados a sus oyentes confesando que votó al PP y Eduardo Inda alucina: «Pensé que usted había votado a VOX»-:

Su actual presidente, Pablo Casado, fue elegido en unas complejas elecciones primarias en dos vueltas apenas hace nueve meses. Su elección vino determinada por la necesidad de renovación del partido y entre aquellos militantes que sí se decidieron a dar un paso al frente y aceptaron la responsabilidad en un momento que se sabía muy difícil. Los resultados no han sido buenos para Casado, pero tampoco, a nuestro juicio, lo han sido para el futuro de España, que, por ello, aborda en menos de un mes unas elecciones municipales y autonómicas de enorme trascendencia. El Partido Popular está obligado a recuperar el voto perdido. No lo hará despreciando sus valores tradicionales ni, mucho menos, insultando a sus antiguos votantes.

Antonio Martín Beaumont asegura que alguien engañó de manera aviesa a Pablo Casado días antes de las elecciones generales –Manuel del Rosal: «Carta de un ciudadano muy cabreado a los señores Casado y Rivera»-:

Pablo Casado sigue con la mirara perdida. El líder el PP llegó a creerse que tenía en su mano el cambio. Él mismo -me consta- transmitió muy al final de la campaña que su partido obtendría 90 diputados, Vox 50 y Cs 40. Entre los tres 180 escaños. Según esas cuentas, tan desenfocadas, «las tres derechas» sobrepasaban en cinco escaños la mayoría absoluta. Así que, al igual que en las elecciones autonómicas de diciembre en Andalucía, el ‘efecto Casado’ se consolidaba. Y se conseguiría la machada de desalojar a Pedro Sánchez de La Moncloa. Solo así se entiende, desnortado por tales datos, que ofreciera a los de Santiago Abascal, en el último suspiro de campaña, ministerios en su Gobierno. Me imagino que desde la noche del pasado domingo el presidente del PP no se habrá podido quitar a Pedro Arriola de su pensamiento. El gurú demoscópico de José María Aznar y Mariano Rajoy, tantas veces denostado y vapuleado, era pulcro a la hora de entregar pronósticos sociológicos certeros a sus jefes para diseñar correctamente estrategias. ¿Quién ha «engañado» a Casado de esta manera? De nada le sirve ya al PP llorar por la leche derramada. No tiene tiempo. El próximo viernes empieza una decisiva batalla electoral. Se juegan su identidad tanto como poder seguir sufragando su estructura organizativa. Es decir, el alma y el pan. El 28-A ha llenado de luto la casa popular. Probablemente por bisoñez o por soberbia, no fueron capaces de dotarse siquiera de los resortes imprescindibles para afrontar con eficacia unas elecciones. Al frente de las operaciones de la nueva campaña se colocan ahora dos mujeres de talante bien moderado: Cuca Gamarra e Isabel García Tejerina. Igual lo que necesita el Partido Popular son más mujeres inteligentes y menos testosterona.

El editorial de El Mundo asegura que el gran error de Casado fue no incluir en su candidatura a gente del entorno de quienes perdieron las primarias, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría:

La debacle del Partido Popular en las últimas elecciones ha agravado una crisis interna que se inició con la inesperada parálisis de Mariano Rajoy durante la moción de censura que dio el poder a Pedro Sánchez y continuó con unas primarias que amenazaron con dividir traumáticamente en dos al partido. El error por parte de Casado al no integrar a los miembros de las candidaturas derrotadas, encabezadas por María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría, y la composición de las listas electorales, dando entrada a personas ajenas al partido y provocando la fuga de candidatos hacia Ciudadanos, crearon un malestar interno que empeoró con el giro ideológico que imprimió Casado hacia posiciones más conservadoras y que ha terminado por estallar tras el 28-A. El PP es hoy un partido en estado de efervescencia a las puertas de unas determinantes elecciones municipales, autonómicas y europeas que podrían reducirlo a la irrelevancia si no actúa con prudencia política e inteligencia electoral. Más que nunca, todos sus líderes han de hacer un esfuerzo por mantener la unidad y evitar la desaparición de un partido clave para la consolidación de la democracia en España.

Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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