Alfonso Ussía se despacha a gusto contra el Gobierno de Pedro Sánchez y sus ministros gallinas como lo son Borrell, Celáa y Robles este 16 de mayo de 2019 en su tribuna de La Razónn (El socialista Sánchez vuelve a meter a España en el rincón de la Historia ).
El escritor, fiel defensor de las tropas españolas, asegura que en modo alguno los tripulantes de la fragata ‘Méndez Núñez‘ no se retiran del Golfo, sino que son obligados a irse por la cobardía de un Ejecutivo socialista que además se ha parapetado en argumentos que son una absoluta «majadería» –El PSOE de Sánchez sigue el legado de Zapatero y humilla a nuestra Armada: ¿Se imaginan la cara que se le quedó al teniente de navío español?-.
Apunta Ussía que (Carlos Herrera se cachondea del ‘calentón’ de la ministra Robles por la retirada de la fragata ‘Méndez Núñez’):
España es el amigo cobarde de los Estados Unidos. Su cobardía y su falsedad en la amistad la inició Zapatero, cuando ordenó la retirada del contingente militar español de Irak. Ahora, el Gobierno, un Gobierno en funciones, ha ordenado la «retirada temporal» de la fragata ‘Méndez Núñez’ del Grupo de Combate del portaaviones ‘Abraham Lincoln‘. Los socialistas se creen que las Fuerzas Armadas son parte de una ONG, que los acuerdos militares internacionales, papel mojado, que nuestros marinos títeres de sus caprichos y que nuestra industria naval, tan fuerte y tan poderosa, puede prescindir de la construcción de veinte fragatas F-100, la joya de Navantia. Dice la Celáa que «Trump es imprevisible». Los que son imprevisibles son Sánchez, Margarita Robles, Borrell y la Celáa.
Señala el articulista de La Razón que los tripulantes de esa nave sienten auténtica vergüenza ante la decisión de quienes gobiernan caprichosamente los designios de nuestros país ( Sánchez pega una espantada a lo ZP y avergüenza a los militares españoles retirando la fragata Méndez Núñez del Golfo):
Nuestros marinos se sienten avergonzados, pero la disciplina está por encima de su vergüenza y su tristeza. Resulta sospechosa la orden cuando la navegación del Grupo de Combate se aproximaba a las costas de Irán, la teocracia que financia a Pablo Iglesias, a Podemos, a sus medios de comunicación, a sus chalés en la sierra y a sus caprichos personales. El otro financiador, Venezuela, está esquilmado y su tirano asesino camino de su perdición.
Se ríe a mandíbula batiente de la excusa esgrimida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez para justificar la retirada –Sánchez pega una espantada a lo ZP y avergüenza a los militares españoles retirando la fragata Méndez Núñez del Golfo-:
Ha dicho Margarita Robles que ha ordenado al comandante de la ‘Méndez Núñez’ que abandone el Grupo Naval y ponga rumbo a Bombay para que la dotación de la fragata española pueda ejercer su derecho al voto el 26 de marzo. A pesar del enfado de la Marina de los Estados Unidos, se han oído grandes carcajadas en el Pentágono al analizar semejante majadería. -Nos vamos porque se nos había olvidado que los marinos también votan y les hemos preparado un colegio electoral en Bombay-. Como si no estuviera previsto el ejercicio de ese derecho con anterioridad a la partida de la ‘Méndez Núñez’ de su base en España. «El problema de los Gobiernos socialistas españoles es que son militarmente gallinas», dijo con injusticia un alto militar americano cuando la chapuza maricona de Zapatero. Olvidó decir que un ministro socialista de los Gobiernos de Felipe González, García Vargas, fue el gran impulsor de la presencia militar de España en operaciones de guerra y de paz internacionales, en las que España alcanzó un enorme prestigio de efectividad, heroísmo y seriedad que hoy, un Gobierno socialista en funciones, ha decidido poner en entredicho.
Se hace una pregunta esencial que además puede afectar severamente al sector naval de España:
Me gustaría saber cuántos trabajadores de Navantia se disponen a votar al PSOE y a Podemos. Años de trabajo asegurado se pueden disolver en diez minutos. Pero volviendo al honor de nuestros marinos me dispongo a intentar una matización. Los marinos de nuestra Armada no se retiran, simplemente han acatado con estupor una orden irresponsable, porque su honor y dignidad se afirman en la obediencia debida. Se han ido, pero no se han retirado. Los que se han retirado con deshonor, indignidad, vileza y cobardía son los responsables de emitir la orden.
Considera que esta cobardía afecta directamente al prestigio y a la imagen que van a tener los aliados respecto a los militares españoles –Carlos Herrera se cachondea del ‘calentón’ de la ministra Robles por la retirada de la fragata ‘Méndez Núñez’-:
El comandante de la ‘Méndez Núñez’, capitán de fragata don Antonio González del Tánago, explicó en el pasado mes de abril el contenido de su misión, que no era otro que «proporcionar capacidad de defensa al portaaviones ‘Abraham Lincoln’, llevar a cabo distintos objetivos de seguridad marítima y garantizar la libertad de navegación y comercio». Lo de votar en Bombay ha sido, pues, una ocurrencia nueva, una disculpa para disfrazar la falta de seriedad y de criterio de las gallinas en funciones.
Sucede que el desprestigio afecta a España como nación y a España como aliada leal de Occidente. Y perjudica, no sólo a Nuestra Armada, sino al resto de los Ejércitos, los de Tierra y de Aire. Somos unos aliados discrecionales, sometidos al capricho de nuestros gobernantes. Nuestra palabra , que vale más que un acuerdo, se pondrá en duda de ahora en adelante. Y son los mejores españoles, los militares y guardias civiles -también presentes en operaciones en el exterior-, los que más podrían padecer la desconfianza de nuestros aliados.
Y recuerda algo esencial, que las Fuerzas Armadas no tienen color político, sino obediencia ciega a España –La cruda foto que quiere ocultar Moncloa de la bronca del Rey Felipe a Pedro Sánchez-:
Felipe González, presidente del Gobierno, socialista, y administrador de 202 escaños en 1982, de los primeros actos institucionales que presidió fue con motivo de su visita a la todavía División Acorazada Brunete, que formó completa en su honor. Las Fuerzas Armadas no tienen partido al que obedecer, sino a España para servirla. Algo de eso tendría que saberlo o intuírlo quienes hoy representan al pueblo español mandando sobre la decencia militar. Pero no. Lo contrario. Palabra falsa y deslealtad cumplida. Las gallinas ponen huevos, pero el honor se escapa a sus cacareos.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72