La detención del etarra Josu Ternera y las declaraciones repugnantes del socialista Jesús Eguiguren calificando de «héroe» al sanguinario terrorista, con centenares de muertos a sus espaldas entre los ejecutados directamente y los ordenados, copan este 17 de mayo de 2019 las tribunas de opinión de la prensa de papel –Vomitona de Jesús Eguiguren: el socialista se quita la careta y llama «héroe» al etarra Josu Ternera-.
Ignacio Camacho, en ABC, destaca que Ternera ha podido estar fugado 17 años porque el Estado lo necesitaba ‘libre’ para que fueran cayendo otras piezas de ETA –La impactante foto del senador de VOX con sus tres niños asesinados por Josu Ternera–:
Ternera fue el gran negociador, la pieza clave de la lenta consunción del terrorismo vasco, el comisionado intermitente que desde la época de Zapatero mantenía, ora abierta, ora cerrada, la línea del diálogo, y suya fue en última instancia la voz que anunció la disolución de la banda en un comunicado. Ésa es la explicación de que su fuga haya podido durar diecisiete años en los que fueron cayendo, uno tras otro, todos los cabecillas de los comandos mientras él escapaba con ayuda de misteriosos chivatazos. Su vida, sus coches, sus contactos, sus parejas, sus viajes, han estado a menudo monitorizados. Él seguía indemne porque era el decano. Y su aventura ha concluido cuando ya no resultaba necesario.
Carlos Herrera va en la misma línea que su colega Camacho –Gobierno ZP: la juez francesa atribuyó al CNI el chivatazo a Ternera desde Kenia que permitió su fuga en 2011-:
Probablemente han sido tres las ocasiones en las que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han tenido a Josu Ternera a tiro. Bueno, digamos a mano para no herir sensibilidades. Cuando no era por una cosa era por otra, pero jamás se le detuvo. Incluso una de esas veces hubo de ser advertido para que se quitara de en medio: la técnica consistió en que tres paisanos se acercaran a sus proximidades y pusieran cara de estar buscando. Él, que estaba avezado en muchas cosas, casi todas siniestras, puso pies en polvorosa. ¿Cómo es posible que en la sociedad del siglo XXI, donde tan difícil es esconderse, pudiera un tipo como ese pasar inadvertido durante más de quince años?: porque había que negociar, que era palabra maldita, pero fue una realidad constante. No estamos hablando de pactar las condiciones de una rendición, cosa que se estableció muy al final, estamos hablando de negociar, tú que me das, yo que te doy. Tu podías detener a Thierry, pero no podías tocar a Josu Ternera, un criminal de un currículo apabullante.
El editorial de ABC plantea la interrogante de si Jesús Eguiguren ha podido rozar el enaltecimiento del terrorismo después de sus loas a Ternera –Un miembro de la Asociación España Responde avisó a la Guardia Civil del avistamiento de Ternera en Zurich-:
El historial sangriento de Ternera merece que se le apliquen todas las posibilidades legales para ser juzgado en nuestro país, aunque desde el PSOE se sigan oyendo voces que, como cuando Zapatero llamó «hombre de paz» a Otegui, quieren blanquear el pasado sanguinario de algunos dirigentes terroristas. El inefable Jesús Eguiguren no dudó ayer en calificar a Ternera como «héroe de la retirada», tras recibir con ‘sorpresa’ la noticia de la detención. La dispersión moral de Eguiguren -interlocutor de Ternera cuando Zapatero negoció políticamente con los terroristas- no es nueva, pero sus palabras sobre el terrorista detenido rozan el enaltecimiento del terrorismo.
Álvaro Martínez no se corta, y nunca mejor dicho, a la hora de poner a escurrir al tibio Eguiguren –El titular de la BBC sobre ‘Josu Ternera’ es para cagarse en la madre que los parió-:
Un amargo resquemor, de los que escuecen el alma, parece que le ha quedado a Jesús Eguiguren -‘Txutxi’, para los amigos de las comilonas en el ‘txoko’- por la detención de Josu Ternera. Eso indica al menos que quien fuera máximo dirigente de los socialistas vascos calificara ayer de «héroe» a un canalla del porte y trayectoria criminal del etarra vizcaíno. Desde aquel «hombre de paz» que Zapatero le regaló a Otegui, no se escuchaba una infamia mayor que la de Eguiguren -‘Mano larga’, para los tribunales de violencia de género- al conocer la captura de ese sujeto, motejado Ternera, con el que compartió afeitado matinal, y quizá canturreos mientras se pasaban la maquinilla, en aquella casita de Oslo que habitaron ambos, protagonistas de la negociación política abierta por el ‘estadista’ leonés con la banda criminal a mediados de la década de 2000. Su sintonía con Ternera en esos ‘entrañables’ días de Oslo la ha descrito hace tiempo el propio Eguiguren, conocido también como ‘el Philipshave‘, en el argot de la servicios de Inteligencia, de tanto compartir afeitados con el etarra: «Me entendía bien porque sabía exactamente cómo era. Comimos bastantes veces juntos, eso da pie a hablar de muchas cosas (…) somos de la misma edad, tiene hijos, enseguida conectas con ciertas reflexiones».
Alfonso Ussía, en La Razón, se teme una reedición con Ternera del caso de Bolinaga –Muere por fin el etarra Bolinaga, dos años y medio después de ser puesto en libertad porque estaba ‘terminal’-:
Podemos hallarnos ante un segundo caso Bolinaga. Juzgado y condenado, un certificado médico puede abrirle las puertas de la cárcel por su condición terminal. La enfermedad en fase terminal de Bolinaga se prolongó más de cuatro años, de los que pasó un alto porcentaje de sus horas en los bares de chiquiteo de Mondragón y las ‘Herriko Tabernas‘. Una situación terminal muy alejada del término. Pero en fin. Poco más que decir. Uno de los mayores hijoputas de la España de entresiglos, entre el XX y el XXI ha sido detenido. Su futuro no me preocupa. Pero me siento feliz sabiendo que los familiares de sus víctimas han celebrado la detención. Su alegría es la mía.
El editorial de La Razón reclama que Ternera sea extraditado a España y juzgado aquí –AEGC espera que la detención del asesino Josu Ternera ayude a esclarecer los 300 atentados que aún están sin respuesta judicial-:
Si bien no hay motivos para desconfiar de la Justicia francesa, que ayer ordenó su ingreso en prisión, es necesario que el Gobierno en funciones de Pedro Sánchez ponga en marcha los mecanismos de colaboración judicial establecidos con Francia que prevén, entre otras cuestiones, la entrega temporal del terrorista para que sea juzgado en España, aunque, tras la vista de la causa regrese a una cárcel gala para cumplir el resto de la condena. Incluso, Ternera podría ser encarcelado en un centro español, posibilidad que también recogen los acuerdos. En cualquier caso, es imprescindible que este terrorista comparezca ante los jueces españoles para responder de los crímenes más atroces de la banda, que se llevaron a cabo cuando era uno de sus principales jefes. Porque la disolución de ETA no fue fruto de acuerdo ni negociación alguna, sino de la larga y tenaz lucha de las Fuerzas de Seguridad del Estado, de la labor de nuestro sistema judicial y, también, del esfuerzo político de los sucesivos gobiernos. Nada debe la sociedad española a la banda etarra ni, por supuesto, le deberá nunca.
El editorial de El Mundo le recuerda a Eguiguren quién es Josu Ternera, para que se vaya informando un poquito –Eguiguren divaga más de cinco minutos para responder si las víctimas son equiparable a los miembros de ETA-:
Ninguno de los etarras prófugos, menos aún este carnicero sin escrúpulos, son héroes, como ha afirmado Jesús Eguiguren. En unas declaraciones que delatan su baja catadura moral, el ex presidente de los socialistas vascos, que mantuvo conversaciones secretas con el terrorista en Suiza entre 2005 y 2006 bajo la supervisión del recientemente fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba -antes de que éste accediera al Ministerio del Interior-, afirmó ayer que Ternera es un «héroe de la retirada» por su papel ‘clave’ en el pacto que puso fin a la actividad armada de la banda terrorista. Habría que recordar a Eguiguren -o al lehendakari Urkullu, que dijo preferir mirar al futuro- que, entre otras barbaridades, Urrutikoetxea es responsable de las masacres de Hipercor en Barcelona, que provocó la muerte de 21 personas e hirió a otras 45, y del atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en el que murieron 11 personas (entre ellas cinco niños) y 88 fueron heridas.
Santiago González subraya como Eguiguren fue la pareja de baile de Ternera durante las negociaciones de 2006 –El demoledor mensaje de una víctima de ETA que dispara aún más las vergüenzas del PSOE-:
Jesús Eguiguren, que fue su pareja de baile en las negociaciones de Zapatero, ha salido en su defensa, que estas cosas unen mucho y ha calificado a Ternera de «héroe de la retirada». Euskal Herritarrok propuso a Josu Ternera como miembro de la Comisión de Derechos Humanos el Parlamento Vasco, una broma sarcástica, que el actual lehendakari, entonces presidente del BBB se tomó muy en serio: «es un dato esperanzador que quien en el pasado se ha relacionado con los derechos humanos en negativo pueda participar y aceptar el juego de las mayorías». Y sin la ayuda de Jonan Fernández ni nada.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72