Diversidad de temas este 30 de mayo de 2019 en los editoriales y tribunas de papel. Lo más gordo es que, en plenas reuniones y conversaciones por el Gobierno de Navarra, salen a la luz la actas de aquellas negociaciones del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero con la banda terrorista ETA. Pero también se fijan las tribunas en los motivos que llevaron a perder a Manuela Carmena y a otros podemitas sus poltronas –«De Juana Chaos ha elegido matarse de hambre; el hombre de la foto no pudo elegir su destino»-.
El editorial de El Mundo critica la estrategia del Gobierno de Zapatero para derrotar a ETA por medio de una serie de dádivas –La Guardia Civil atrapa por fin al asesino etarra Josu Ternera-:
Los españoles tienen derecho a saber lo que sus representantes hicieron durante la etapa en que el Gobierno de España trató de apresurar la derrota de ETA no por medios exclusivamente policiales sino sirviéndose de atajos políticos y judiciales. A esa necesaria transparencia contribuye la decisión de la Audiencia Nacional de levantar el secreto de sumario de las actas que recogen la negociación entre la banda terrorista y el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Y lo que hemos conocido resulta preocupante. Hoy damos a conocer otras exigencias de ETA: la legalización de Batasuna, el cese de las detenciones o la libertad de De Juana Chaos. Según las actas, el Gobierno prometió a la banda que trabajarían para que se declarase inconstitucional la doctrina Parot, finalmente tumbada en Estrasburgo gracias en buena medida a la oscura labor del juez Luis López Guerra, uno de los ponentes de la resolución de 2012 que acabaría abriendo las cárceles a numerosos etarras afectados por dicha doctrina. También fue legalizada la izquierda abertzale. Y se excarceló a De Juana.
El editorial de ABC teme que Pedro Sánchez pueda entregar Navarra a los herederos de ETA con tal de que el PNV le apoye en la investidura como presidente de Gobierno –El etarra Iñaki de Juana, localizado por Antena 3 en la Venezuela bolivariana-:
Sánchez no debería claudicar ante los herederos de Batasuna y ante un Podemos tan radicalizado, que además han realizado una pésima gestión del día a día de los ciudadanos. Entregar esta Comunidad a Bildu y sus socios dejaría al PSOE definitivamente fuera del bloque de partidos garantes de la Constitución. Pero Sánchez ha demostrado tener más compromiso con el oportunismo político y con su ambición de poder que con la defensa de los valores constitucionales que a todos nos vinculan. De momento, nadie en el PSOE ha rechazado la opción de entregar el Gobierno Foral a Geroa Bai, Bildu y Podemos. Por pasiva, es toda una declaración de intenciones.
Isabel San Sebastián plantea una negociación a varias bandas para evitar que Navarra caiga en manos de los bilduetarras y, de paso, conformar gobierno en el resto de instituciones del país que están aún en el aire, empezando por el propio Ejecutivo nacional –El PSOE decidirá en Navarra si gobierna el centroderecha o vuelve a entregar el poder a los proetarras-:
La respuesta a ese chantaje por parte de populares y ciudadanos bien pudiera ser una abstención que dejara vía libre a Sánchez, no solo porque Navarra es determinante para la defensa de España, sino porque todos sabemos que no existe alternativa alguna al candidato del PSOE y nada ganamos los españoles echándolo en brazos de los golpistas. Resuelta La Moncloa, quedaría por dilucidar el resto del mapa autonómico. ¿Deberían conformarse los de Rivera con servir de escuderos por doquiera a los del PP? No, si aspiran a tener futuro. Cs necesita fajarse en la gobernación y demostrar capacidad de liderazgo, so pena de seguir los pasos Podemos, y Casado necesita feudos territoriales donde resistir su personal travesía del desierto y la de unas siglas vapuleadas en las generales. Madrid comunidad sería un precio muy razonable a cambio de la capital, Castilla y León y Aragón, con el permiso de Vox… O no.
Ignacio Camacho le recuerda al PSOE, que ahora lamenta que los pactos le puedan quitar alcaldías y Comunidades Autónomas, que tuvo en sus manos poder modificar el sistema electoral para ir a una doble vuelta y así evitar la entrada de partidos extremistas –Navarra Suma consigue el parlamentario 20 y los proetarras de Bildu pierden uno y se quedan en 7 escaños-:
Quien a pactos mata, a pactos muere. Ahora que le va a tocar a la izquierda sufrir la política de acuerdos que durante décadas ha aplicado contra el PP sin miramientos, los socialistas podrían reflexionar sobre la conveniencia de sustituir ese método de elección por otro más directo. El cambio de procedimiento, que desdeñaron cuando los populares les pedían su consenso, sería mucho más eficaz que esa impostura hipócrita de satanizar a Vox mientras blanquean sin reparo a los separatistas y a Podemos. Estéril queja: si quiere de veras cerrar el paso a los extremismos de cualquier naturaleza, el PSOE tiene desde el Gobierno la iniciativa para promover una reforma del sistema. Y aun siendo perfectamente legítimas las actuales reglas, no hay ninguna fórmula más democrática ni más estable que la de la doble vuelta.
David Gistau, en El Mundo, resalta que Carmena perdió la alcaldía de Madrid porque los obreros han visto como los políticos del cambio lo único que cambiaban era de casa para irse a un casoplón –Luca Costantini (VozPopuli): «Carmena fue una alcaldesa que solo gobernó para los hipsters de Malasaña»-:
Carmena perdió la alcaldía, escisiones aparte, por la abstención de sus barrios ideológicos. Rechazada en lugares tan del mito asambleario de Podemos como Puente de Vallecas. No perdió contra esos fachas del Barrio de Salamanca contra los cuales rescataron el No pasarán, sino contra obreros que se sintieron abandonados, que vieron a sus salvadores mudarse al chalet, que comprendieron que sólo servían de coartada para conceder a dedo subvenciones en el cotarro podemita y que no se sintieron aludidos por un proyecto pijo, gauchista en la acepción del marxismo rococó, compuesto por impostura hipster, muffins y motores eléctricos.
Emilia Landaluce apunta que Carmena y los polemistas perdieron poder por aislarse de quienes en verdad confiaron en ellos –VOX se cachondea de Carmena y los de Podemos tirando de un chotis de Celia Gámez: «¡Ya hemos pasao!»-:
Carmena, Errejón, Maestre, Clara Serra… son el ejemplo más evidente de lo que son esas élites herederas de la izquierda exquisita, el radical chic, la gauche caviar. Errejón y Manuela con los Javis. Con Almodóvar. Con Fernando Tejero y Dani Rovira. Sin restarles méritos ni talento… ¿qué tienen que ver sus intereses con los de otros vecinos?
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72