Lo acongojante es que el socialista Ximo Puig, fiel al estilo del progre cuando lo pillan en una pifia, se calla como una puerta.
El presidente valenciano, Ximo Puig, sufre desde hace unos días la mayor crisis personal y política de su mandato a causa de una decisión del Gobierno de esta comunidad que benefició directamente a un medio de comunicación, el diario Mediterráneo, del que es accionista el dirigente socialista.
En concreto, el Instituto Valenciano de Finanzas, IVF, el banco público valenciano, condonó el 70% de los 1,9 millones de euros al Grupo Zeta, que controlaba el 84% de la editora del rotativo de Castellón, Promociones y Ediciones Culturales, Pecsa.
Días antes, el 15 de marzo, según adelantó el Diario.es, el pleno del Ejecutivo valenciano aprobó, con la presencia de Ximo Puig, el decreto que permitía al IVF poder ejecutar este tipo de operaciones.
Lo que directamente beneficiaba al presidente, poseedor del 1,2% de las acciones de Pecsa, unas 200 acciones, por valor de 177.886 euros, según la declaración de bienes que el presidente siempre ha hecho pública.
Estas acciones las adquirió Puig en su etapa como periodista del diario Mediterráneo en concepto de indemnización por despido cuando ejercía de periodista.
Días después, el grupo editor Prensa Ibérica, propietario de diarios como Levante-EMV en València o Información en Alicante, adquiría el Grupo Zeta y el diario Mediterráneo.