El nuevo director de ABC, Julián Quirós, se estrena a lo grande.
Este 18 de octubre de 2020 se marca un extensísimo artículo en el que aprovecha no solo para resaltar la libertad de la que, según él, disfruta el diario, sino que además aprovecha para responder a la columna que el 16 de octubre de 2020 hacía Ramón Pérez-Maura a título de despedida.
Al sustituto de Bieito Rubido no le gustó un ápice el texto del que hasta hace nada fuese uno de los opinadores de referencia del périódico de Vocento y menos aún que pusiera en tela de juicio la gestión de los directivos.
Maura contaba así las razones de su marcha:
Yo he trabajado 31 años en ABC con tres editores con ese apellido: Guillermo Luca de Tena, Nemesio Fernández-Cuesta Luca de Tena y Catalina Luca de Tena. En ellos he visto la verdadera característica de editor: buscar el director que se cree idóneo para cada momento y después darle toda la libertad para que su empleado pueda hacer lo que crea coherente con la línea editorial de la Casa. Cuando crees que el director no está cumpliendo con su cometido como debe hacerlo, la labor del editor es destituirlo y nombrar un sustituto. Estos tres editores lo han hecho de forma impecable. Y, cuando eso ya no fue posible, cuando Catalina Luca de Tena ya no tenía la libertad de actuar conforme al cargo que ostentaba, escogió renunciar a presidir ABC para no manchar su limpio nombre. No cabe mayor coherencia.
He trabajado con Catalina toda mi vida profesional. No siempre hemos coincidido y en alguna ocasión hemos tenido desacuerdos que para mí han sido humillantes. Pero siempre la he visto defender la independencia de ABC como una cuestión vital. Paradigmática. Guillermo Luca de Tena tuvo millonarias ofertas para comprarle ABC y las descartó –cuando no podía ni pagar al sastre– porque quería mantener la independencia del diario que fundó su abuelo. Las hermanas Luca de Tena podrían haber vendido su participación en Vocento y haber vivido luengas y ociosas vidas. Pero optaron por mantener el legado de sus mayores, aun a costa de su salud. Un legado que no sólo abarca al diario –sin duda lo principal– sino también al fabuloso Museo ABC que puede perderse.
Después de la fusión de Prensa Española y el Grupo Correo, he visto a Catalina y Soledad Luca de Tena batallar desesperadamente defendiendo la identidad del diario frente a quienes querían que se pareciese más a otro de la competencia. Y así, cuando se ficha a un columnista que en otro lugar es un referente, acaba teniendo que marcharse porque sus compañeros llevan mal que miccione una y otra vez sobre los principios editoriales que sustenta esta cabecera.
Yo soy una persona muy afortunada que ha podido hacer durante más de tres décadas el trabajo con el que siempre soñó. Los accionistas mayoritarios de Vocento quieren hacer hoy un periódico diferente. Están en su derecho. Pero quienes tenemos el privilegio de poder permitirnos discrepar, debemos manifestarlo con hechos.
48 horas después, este 18 de octubre de 2020, llegaba la respuesta de Quirós, pero sin que en realidad tuviera el valor de nombrar a Pérez-Maura, pero dejaba demasiadas pistas sobre hacia quién estaba dirigida su respuesta.
Para empezar, replica a la acusación sobre determinados fichajes:
ABC ha sabido siempre fichar con inteligencia. Ignacio Camacho, referencia indiscutible los últimos veinte años, pasó antes media vida profesional en periódicos de la competencia. Y el periodista español que más he admirado, Martín Ferrand, llegó a la Casa con 56 años y una biografía repleta de éxitos para encumbrarse como uno de los principales referentes del periódico durante más de tres lustros.
Afea, asismismo, que Pérez-Maura haga referencia a que se han incumplido principios editoriales y de pureza del diario:
ABC siempre ha fichado porque en su esencia está atraer el talento a su causa, desde los tiempos del fundador, que puso a su galardón el nombre de Cavia, manifiestamente alejado de los postulados de Don Torcuato. Todos los mencionados, y muchos otros, hicieron ABC y sobre todo ABC les hizo a ellos, dándoles plataforma y protección. Pero hoy, para los signatarios de la limpieza de sangre, Martín Ferrand, Azorín o Camba podrían hasta resultar sospechosos. Absurdo. No se puede presumir de liberalidad respecto al pasado cuando se abjura de ella en el presente.
Asegura que el rotativo seguirá incorporando toda clase de firmas:
Seguiremos incorporando firmas variadas porque está en la naturaleza de ABC, por eso aquí guardan plaza Isabel San Sebastián, Girauta, Sostres, Albiac, Hughes, Cuartango, Prada, Belmonte o Herrera. Lo que nunca ha sido incompatible con la promoción de la cantera y los nombres de la Casa. En 1992 realicé unas prácticas fugaces en la Redacción de Madrid, gracias a Vera, que estaba al frente de las delegaciones. Al lado quedaba Sentís, llevando Nacional, muchos años después nos hicimos amigos. Al igual que me pasó con Rodrigo Gutiérrez, que vigilaba la noche y daba un respeto apabullante desde su vozarrón y sus dos metros de altura. Muchos de ellos salieron del periódico; es ley de vida.
Y termina por resaltar que si algo ha caracterizado a ABC ha sido el conjunto, una redacción unida en pos del mismo objetivo, consolidar el proyecto:
Cuando un proyecto es realmente importante y vital supera a las personas concretas, a los autores, a los directores, a los columnistas, a los editores, a todos. El proyecto cobra una fuerza propia y superior. Sin embargo, el gobierno de la página editorial, las jefaturas de sección y la mesa de continuidad dependen de hombres y mujeres que ya estaban aquí en 1992, más de treinta años trabajando en ABC, anónimamente muchos de ellos, sin las luces de feria del articulismo.