La apreciación la deja Antonio Burgos en ABC este 6 de octubre de 2021, y puede parecer humorística, pero quizás solo por la distancia con respecto de los momentos más crudos de la pandemia.
Mirando hacia atrás, al terrorífico marzo de 2020 y lo siguientes meses, Fernando Simón es recordado como un auténtico meme de la pandemia, pero no lo fue en aquellos días.
Entonces, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias … salía cada día a dar la cara en una rueda de prensa y a explicar números de contagiados y muertos, tendencias, y hasta cómo había que ponerse la mascarilla (esto ya fue después de decir que no hacía falta ponérsela).
El problema de aquella exposición para permitir que el Gobierno se escondiera a su frágil espalda, es que han dejado en el imaginario a Simón como el que vaticinaba cosas y siempre fallaba. Lo hizo tanto al inicio asegurando que apenas habría algún caso de coronavirus en España y lo hizo mucho después, taxativo a la hora de garantizar que la variante inglesa no sería extendida en nuestro país.
Por eso, utilizando el desastre natural del volcán Cumbre Vieja de La Palma, en plena erupción, mira atrás Antonio Burgos y recuerda que esto podría haber sido mucho peor con el paquete Simón a los mandos de la comunicación.
Todo habría sido peor. Bastante peor. Lo que le faltaba al volcán de Cumbre Vieja es que nos lo hubiera explicado Fernando Simón, el tío de la rebequita. ¿Se imaginan la vocecita del portavoz de tantas mentiras del Gobierno sobre el Covid explicando ahora lo inexplicable? Lo habría explicado, naturalmente que lo habría explicado. No sólo nos hubiera dicho cuánto tiempo va a estar todavía el volcán echando lava y desgracia, e incluso nos habría citado con fecha y hora el momento exacto de la terminación de la catástrofe natural.
Menos mal que la catástrofe cae en otro negociado que no es el suyo y que esta vez dan la cara los verdaderos expertos.