CONTROVERTIDA COLUMNA EN 'ABC'

De Prada (ABC) eleva a Djokovic al cajón de Owens y Maradona y de paso desprecia a Nadal

"Dentro de cincuenta años, cuando encorvados y decrépitos (aunque con ridículo injerto capilar intacto) se paseen por un parque, habrá un niño que se les acerque y les diga: "'¿Es verdad que usted tuvo el honor de jugar con Djokovic?'"

De Prada (ABC) eleva a Djokovic al cajón de Owens y Maradona y de paso desprecia a Nadal

Novak Djokovic es ese tenista serbio que lleva camino de ser el mejor de toda la historia de su deporte y que, ahora, con su polémica con Australia por su participación en el Open del país sin estar vacunado contra el Covid, se ha colocado en un lugar perfecto para ser encumbrado o apaleado.

Al final todo se va a reducir a si eres vacunas o antivacunas, casi como todo en esta vida mediática del zasca y el clickbait. Y en esas está, aunque él diría que no, Juan Manuel de Prada, columnista del diario ABC y manifiestamente contrario a vacunarse.

Este 10 de enero de 2022 escribe en el periódico un texto para colocar a Djokovic como una auténtica leyenda y no solo en calidad de tenista:

Dentro de cien años, Djokovic será recordado como Owens o Maradona. Seguramente habrá otros que cosechen más títulos o batan más récords; pero solo dejarán detrás de sí una aburrida estadística que otros más dotados harán palidecer en el futuro. A Djokovic, en cambio, nadie podrá disputarle la gloria de haberse injertado en la Historia para siempre.

Argumenta De Prada:

Hoy puede parecer que es la suya una gloria infame que solo ‘representa’ a una minoría convertida en chivo expiatorio por una generación sumisa y cobarde. También Owens representan solo a unos negros mugrientos; también Maradona representaba solo a unos sudacas charlatanes. Pero pasarán los años, pasarán las hazañas deportivas y resplandecerá la leyenda del hoy estigmatizado Djokovic. […] Y Dios, que ve en lo oscuro, lo recompensará.

Y de paso, se mete en un charco más grande De Prada, el de lanzarse a por todo un símbolo nacional como lo es Rafa Nadal, contrario en este punto a su colega serbio:

Los aficionados al tenis saben que Djokovic es mejor tenista que cualquiera de los que han competido contra él. También lo saben estos tenistas, incluidos quienes en estos días han hecho declaraciones miserables, excitados ante la posibilidad de aventajarlo en la aburrida estadística que dentro de cincuenta años nadie recordará. Pero dentro de cincuenta años, cuando encorvados y decrépitos (aunque con ridículo injerto capilar intacto) se paseen por un parque, habrá un niño que se les acerque y les diga: “¿Es verdad que usted tuvo el honor de jugar con Djokovic?”

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