EN SU COLUMNA DEL DIARIO 'EL MUNDO'

Soberbio palo de Arcadi Espada al monjerío: arriba las tetas altas y un culo que se mueve

"Un reguetonazo ha mandado a tomar viento al monjerío y España irá a Turín con una canción de tetas duras, altas y un culo que se mueve"

Soberbio palo de Arcadi Espada al monjerío: arriba las tetas altas y un culo que se mueve

El Benidorm Fest se ha convertido en temazo del momento. Un festival de la canción absolutamente politizado pricipalmente por la extrema izquierda, Irene Montero, las feministas, los podemitas y los pijiprogres.

Rigoberta Bandini y su canción sobre las madres y las tetas era su candidata en el certamen, y ya saben cómo se las gastan los troles de la izquierda: no soportan perder. Y para más inri, les ganó Chanel, una chavala guapísima que canta y baila extremadamente bien y que llevará al Eurovisión italiano un reggaeton como el que gusta ahora.

Arcadi Espada desde su columna del diario El Mundo quiso sumarse a la bestial polémica generada, opinando duramente contra esta pandilla de pesadísimos:

«Como en el 68, hemos acabado ganando. Un huracanado reguetonazo ha mandado a tomar viento al monjerío y España irá a Turín con una canción de tetas duras, altas, como le gustaban a Tierno, y un culo que se mueve (porque la tierra no es plana) y cuya portadora pide a su hombre lo que importa: slowly, slowly, es decir, que grabe ese soberano culo en SloMo, mientras se escucha, pero eso ya solo yo lo escucho, I’ve never liked it fast, que así las tranquilizaba Leonard Cohen dulce y firmemente».

Y hubo más y más duro:

«La reacción se concentró en la promoción de la tal Rigoberta, de cuyo manifiesto animalista ya me ocupé en su día, y que en esta ocasión cantaba bajo el sor patrocinio de una asociación de lactantes. Su acuoso canto a la maternidad, a la teta reducida a su fisiología reproductiva, a la fermentación y al calostro, describe ese mundo de pesadilla donde la seducción y la belleza están en cuarentena permanente. Todo ello enmascarado, según la norma, con el kitsch: es decir, sacando a Delacroix como el que saca la hoz y el martillo en el Estadio. La campaña de la tal Rigoberta tuvo su prolongación en las redes de pesca con miles de ursulinas mandando fotos de sus tetas tapadas –viven en un oxímoron, viven en una simulación– e incluso se dio la animosa pornografía de algún masculino lorente añoso exhibiendo más que tetas tumores, eso sí, indiscutiblemente benignos».

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