El barómetro de mayo de 40dB para El País y la Cadena SER habrá dejado mudo a más de un lector y oyente.
El estudio da una subida tremenda a los nuevos populares de Alberto Núñez Feijóo: con un 25,8% de la estimación de voto y ganando 2,7 puntos con respecto de la anterior encuesta del mes de abril (y más de cuatro puntos si se va hasta marzo, en el peor momento de la crisis de Pablo Casado al frente del partido).
Feijóo se iría según estas cábalas a los 108 escaños, superando al PSOE de Pedro Sánchez por dos butacas, pero con la posibilidad real de formar gobierno gracias a los buenos resultados también de VOX, al hilo de vida de Ciudadanos y a la aportación de Navarra Suma. Con esa aritmética parlamentaria, el gallego Feijóo sería nuevo presidente de España después de los próximos comicios (presumiblemente 2023).
El otro subidón del panorama de la derecha se debe a VOX, al que la encuesta otorga hasta 64 escaños (superando con una docena los 52 actuales) y seguiría acumulando fuerza en un Congreso de los Diputados en el que se hacen fuertes las tres primeras formaciones.
Hundimiento de Podemos
Algo que se veía venir y quizás llegó demasiado tarde. El otro partido que llegó para regenerar la política lleva la misma carrera que el Ciudadanos de la agonía de Albert Rivera: el Unidas Podemos de Yolanda Díaz se quedaría en una cifra ya muy mermada de 25 escaños, fuera del Ejecutivo y con apenas posibilidad de incidir políticamente en las cuestiones de la Cámara Baja para la próxima legislatura.
Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón perderán sus sillones de ministros que, probablemente nunca debieron haber ocupado, y volverán a pues de oposición con escasa presencia.
El éxito de Feijóo, también ‘sujetar’ VOX
Cuenta el diario El País que la pujanza del PP de Feijóo consigue además contener el crecimiento sostenido de Vox, «que pierde casi un punto respecto al anterior sondeo».
«Los datos de la investigación demoscópica revelan un notorio cambio de humor en el electorado de los populares. En marzo, en lo peor de la crisis interna que trituraría el liderazgo de Pablo Casado, el PP retenía al 66% de sus votantes. Con Feijóo, la fidelidad se eleva al 74%. La mejoría del PP resulta muy apreciable en los sectores más templados del electorado, los que se autoubican en el centro, el centroderecha e incluso ligeramente en el centroizquierda. En marzo, el PSOE se situaba como primera fuerza entre los votantes que se consideran de centro. Dos meses después, el PP sobrepasa a los socialistas en ese segmento del electorado».
