Losantos: "El Rey que tiene un peligro tremendo"
Federico Jiménez Losantos ha aprovechado el espacio de humor del Grupo Risa en EsRadio para analizar, a su modo, el titular laudatorio a cinco columnas que ha dedicado El Mundo a su propio ombligo, apoyándose en las palabras pronunciadas por el Rey durante la gala de entrega la VIII edición de los Premios Internacionales de Periodismo de El Mundo.
Y es que Pedrojota ha dedicado cinco columnas a quemar incienso en su honor con declaraciones elogiosas del monarca hacia él:
- Don Juan Carlos no escatimó elogios en su particular felicitación a este diario. El Monarca manifestó su «reconocimiento al periodismo de calidad, crítico y responsable»
- El Rey dio «mil enhorabuenas» a la plantilla y al director, Pedro J. Ramírez, de quien destacó su «apasionada profesionalidad y entrega», en estos 20 años de EL MUNDO -«testigo excepcional de la gran transformación de España, de muchas alegrías y de numerosas tristezas
- El Monarca felicitó al diario por «trazar una trayectoria de éxitos notable», y por «saber afrontar el reto de la globalización mediante las nuevas tecnologías»
LOSANTOS SE MUERDE LA LENGUA
La relación de amistad que une al director de El Mundo con el locutor es tan estrecha que Losantos no se ha atrevido a entrar a saco en el contenido de este artículo. Aunque sí ha aprovechado para meterse en un nuevo ‘embolado’ acusando al Rey de haber intentado cerrar la Cope:
Me llama la atención que está ahí el Rey, que tiene un peligro tremendo.
¿No irá a cargarse El Mundo como trató de cargarse la Cope?, Majestad.
¿Señor, ha conseguido atornillar a Alberto Aza?
NO ES LA PRIMERA VEZ
Las críticas de Losantos al monarca se han ido acrecentando en las últimas semanas. Hace apenas unos días el ex locutor de la Cope había dirigido su aguijón al caso de ‘los Albertos’ asegurando que no se imaginaría al Rey visitando a sus amigos en prisión.
También trató con ironía las condolencias de la Casa Real a la muerte del asesor privado de Don Juan Carlos, Sabino Fernández Campo, asegurando que no entendía tanto dolor cuando fue el monaca quien le despidió.
