Jolie se ha quedado tirada en Berlín, pero por culpa de su avión privado y no de los controladores, que quede claro.
No nos consta tampoco que algún listo haya pretendido hacerla pasar por un escáner corporal. Ya quisieran. La Jolie tenía previsto viajar a Roma para seguir con la promoción de su última película, pero su avión privado tenía otros planes.
Eso sí, el plante a los periodistas italianos no ha sido total, porque al parecer sí ha podido volar más tarde para acudir al preestreno de la cinta, que protagoniza junto a Johnny Depp.
No sabemos si entre las múltiples causas nobles a las que se apunta Angelina Jolie está la de salvar las ballenas, pero para ello sería conveniente que la bella actriz aprendiera su idioma.
Pues está de suerte: unos investigadores han desarrollado un sistema para entender el lenguaje de los cetáceos.
Investigadores del Oceanogràfic y de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado un sistema que permite conocer mejor los mecanismos de producción de sonidos por parte de los cetáceos y conocer su grado de bienestar.
El sistema está basado en un avanzado algoritmo de detección de vocalizaciones para animales.
Los investigadores han conseguido aislar 32 tipos de vocalizaciones distintas en las belugas, que para tu información se dividen en dos tipos: los pulsados y otros sonidos más tonales, como silbidos y chasquidos.
Tampoco sabemos si Angela Merkel se ha apuntado a los cursos de balleno o si se ha visto imbuida de espíritu navideño: se ha puesto a cantar villancicos
Y ha logrado cosechar abundantes aplausos y gritos de «Bravo».
Pero claro, es que su público estaba nutrido de diputados de su formación parlamentaria. A ver quién le dice que ha cantado mal a la jefa. Igual te encuentras con que no te rescata. La canciller alemana no es tonta y se buscó el apoyo de un coro infantil y de los líderes parlamentarios de la CDU y la CSU.
Así siempre puedes acusar a otro de no dar el tono. La velada por cierto estuvo amenizada por un cantautor irlandés que comenzó pidiendo perdón por los problemas que está causando su país.
Hay que buscar formas de reírse de la crisis, la mejor es comprar un reloj por 70 dólares y venderlo por 66 mil
Es difícil, pero por poderse hacer, se puede. Bob es un coleccionista que guardó durante 20 años un reloj sumergible comprado por 70 dólares. Lo usó durante años hasta que decidió venderlo por eBay.
Puso un precio inicial de 9,95 dólares… y la subasta enseguida llegó a los 30 mil. Con los ojos como bajoplatos, se puso a investigar y descubrió que su reloj era del mismo modelo Rolex usado por Sean Connery en dos películas de James Bond.