Un descenso de peso repentino y unos ruidos provenientes de su estómago. Esas fueron las primeras pistas que tuvo Mandy McCluskey de que algo fuera de lo normal le ocurría a su madre.
Irlandesa, afincada en el Ulster, dejaba preparado el almuerzo todos los días a su progenitora. Pero para sorpresa de ella, sus platos no eran degustados por Ivy, de 70 años, sino por Patricia Young, trabajadora de los servicios sociales irlandeses encargada de su cuidado, que acaba de ser sancionada.
Una cámara instalada en la salita en la que la anciana, sin habla por una isquemia, pasaba gran parte del tiempo, ha descubierto el engaño, según publica el diario británico ‘Daily Mail’ en un artículo con título ‘Caught on camera: Cruel carer who ate so many of Alzheimer’s sufferer’s meals that her patient, 70, became malnourished‘.
El juzgado de Lisburn, localidad donde reside y donde cuidaba de Ivy y de otros enfermos, la acaba de inhabilitar por el trato que proporcionó a la anciana, que tres meses después de que su hija echará a Young murió, por desnutrición, entre otras dolencias.