¿Si tu casa te la rodean los del PP y molestan a tu familia y no te deajn dormir, lo considerarías un acto de violencia fascista o un acto de libertad revolucionaria?
La pregunta era sencilla -¿ha triunfado o fracasado el asedio al Congreso del 25 de abril?- pero derivó en el Gato al Agua de este jueves un intenso debate sobre la legalidad o justificación de los escraches o actos de acoso a los políticos por parte de los sectores más descontestos de la sociedad.
En una encendida conversación, el profesor de Ciencias Políticas de la Complutense Pablo Iglesias y el periodista Jiménez Losantos discrepan sobre la esencia de la manifestación ante el Congreso y, mientras que para el primero es un acto justificable por la «violencia social» que genera la política del Gobierno, para el segundo es un acto de pura violencia.
«Decir que la policía asedia el congreso es llevar más allá de la lógica la realidad de los hechos», señala Losantos a Iglesias, para preguntarle luego si un grupo de gente que lanza una vengala e intenta derribar una valla es un acto de violencia o «un villancico, un gesto pacífico».
«¿Si tu casa te la rodean los del PP y molestan a tu familia y no te deajn dormir, lo considerarías un acto de violencia fascista o un acto de libertad revolucionaria? Queréis estar en misa y en la procesión, y eso no puede ser», dice Losantos, que asegura criticar la democracia para que se mantenga y funcione, no para que le pongan una checa en el Palacio de Las Cortes.
Responde Iglesias, de nuevo justificando los escraches:
«Creo que es terrible que tenga que haberlos, pero es la violencia social que genera la crisis la que origina los escraches. ¿Qué pasa, que los hijos de los políticos valen más que los hijos de los que están desahuciando injustamente?».
Fue sólo el comienzo de una intensa noche.