‘Mojarse o no mojarse’, esa parece ser una de la cuestión que tienen muchos de los profesionales de los medios que sean catalanes a la hora de opinar sobre la ‘vía catalana’ o la ‘cadena catalana’ que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2013.
En el caso de Andreu Buenafuente, cuya última entrada en el blog fue leída en la Cadena Ser, entró entre los que no tuvieron problema alguno en manifestarse una opinión, a la vez que se declaraba su respeto por quienes quisieran mantenerse en silencio.
Puedes no manifestarte sobre el tema, faltaría más. Yo lo llamo ‘silencio respetuoso’. Una actitud que tiene como objetivo no perjudicar la legitimidad de los que se manifiesta
Puede quedar la duda de si los catalanes sin programas de ámbito nacional tienen más facilidades para mojarse que los que no. Buenafuente aseguró que el movimiento independentista no era cosa de unos pocos ‘se equivocan los que lo tildan de algarabía’ y defendió en parte el ‘derecho a decidir’: «Cataluña será lo que quiera ser, no lo que le ‘dejen’ ser». La SER recogió la opinión de Buenafuente, publicada en un artículo en su blog.
En cambio su pupilo Jordi Évole, que en estos momentos está preparando nuevas piezas para su programa de ámbito nacional, evitó mojarse a favor o en contra del ‘derecho a decidir’ durante la jornada y se limitó a desear una feliz diada a todos los catalanes en su tuit. En lo que Évole no tuvo problemas en mojarse es en condenar el ataque fascista a la delegación de la Generalitat en Madrid, que calificó en su tuit como ‘asqueroso’. Bien por su parte, puesto que la violencia siempre debe ser condenada. Pero eso no quita que sus seguidores hubieran agradecido conocer su opinión sobre ‘la cadena’.
La actitud de la SER durante la jornada
La Cadena SER dio amplia cobertura el 11 de septiembre de 2013 a la ‘Diada’ y a la ‘cadena independentista’, pero es que además logró algo de co-protagonismo, puesto que ese mismo día difundió en su web una encuesta que decía que un 52% de los catalanes estaba a favor de la independencia, frente a sólo un 25% en contra. El dato fue repicado no sólo por todos los programas de la SER, sino por buena parte de los programas del país, incluyendo – naturalmente – los medios nacionalistas catalanes.
De los locutores radiofónicos, las estrellas de la emisora, había tres que podían estar en una situación más incómoda: Gemma Nierga de ‘Hoy por Hoy’, Carles Francino de ‘La Ventana’ y Angels Barceló de ‘Hora 25’. Puesto que si se posicionaban a favor de la independencia o del ‘derecho a decidir’ podían ser castigados por parte de su audiencia, pero si se posicionaban en contra, podían ser tachados de ‘traidores’ al catalanismo.
Gemma Nierga
«Aquí, en Catalunya, cientos de miles de catalanes están mirando al cielo, preocupados por la metereología», comenzaba Nierga su parte de ‘Hoy por Hoy’, aludiendo a las lluvias. Se mostró alegre, optimista. «Ojalá tengamos todos un muy buen día». Informó de manera completa de todo el tema de la vía catalana. Pero evitando entrar demasiado en contenido editorial, tampoco era su cometido, puesto que la parte política de ‘Hoy por Hoy’ es la de Pepa Bueno.
Carles Francino
De Carles Francino estaba más claro que iba a mojarse, puesto que siempre comienza su programa con un breve comentario. Al igual que Nierga estaba en la emisora de Barcelona y su tema iba a ser Catalunya:
Hoy ponemos el foco en Catalunya, lo estamos haciendo todo el día, porque vivimos una jornada especial -muy especial- para Catalunya, sí, pero también para el resto de España. Porque además de la crisis económica, de la institucional, de la corrupción, de los escándalos, del desapego ciudadano, de todo lo que ustedes quieran, además de todo eso, cualquier político al que preguntes -otra cosa es que lo diga en público- pero cualquier político, del color que sea, reconoce desde hace tiempo que la gran asignatura pendiente que tiene este país es el encaje, o desencaje, ya veremos, entre Catalunya y España, o entre Catalunya y el resto de España.
Francino lanzó el dato que la propia emisora SER estaba lanzando:
Se apoya en un dato rotundo: el 52% de catalanes, según el Observatorio de la Cadena SER, votaría «sí» en un referéndum.
Francino hizo un llamamiento a la moderación, como queriendo decir que en este conflicto no hacía falta posicionarse a favor ni en contra, sino criticar los dos extremismos.
Vivimos atrapados desde hace demasiado tiempo en un pim-pam-pum que parece reducirse al «España nos roba» frente al «Catalunya es egoísta». Y con un riesgo añadido: que empiecen a circular listas, si no circulan ya, de catalanes pata negra y catalanes traidores.
Y como la estrategia estaba en equilibrio, a la hora del tirón de orejas, los repartió a partes iguales.
Es decir, convivencia en peligro, que es lo que pasa cuando la política no está a la altura de las circunstancias. Y en el último año no lo ha estado, ni muchísimo menos. Empezando por los presidentes Mas y Rajoy.
Angels Barceló
Angels Barceló también decidió empezar el histórico programa ‘Hora 25’ desgranando su opinión sobre el tema. En el caso de Barceló sí se ha posicionado más de una ocasión en contra del independentismo claramente. Así que, en su caso, la única duda era si mantendría esta opinión.
Su comienzo, volver a recordar los datos.
Se ha instalado en Cataluña de manera inapelable. Los datos del Observatorio de la SER lo refrendan. Un 52% de los catalanes está a favor de la independencia y un 80%, a favor de una consulta.
La primera crítica de Barceló no fue a los independentistas, sino a Rajoy, que no dejaba de ser merecida.
Y, enfrente, unos políticos que apenas se han movido. Desde el Gobierno central intentando ignorar una realidad que en Cataluña crece y crece cada día. Aquella algarabía de la que habló Mariano Rajoy hace un año es una reivindicación mayoritaria. Un problema con mayúsculas para un Gobierno paralizado.
Pero tras criticar a Rajoy, Barceló no tuvo problemas en atizar a Artur Mas
Y en Cataluña, quien alimentó la ilusión, quien la propició e intentó beneficiarse de ella, el Gobierno con Artur Mas a la cabeza, se mueve en esa ambigüedad que tanto conoce. Con un doble discurso fuera y dentro de Cataluña, con un socio de coalición incómodo con las reivindicaciones, y cayendo en las encuestas en una continuación de lo que pasó tras las elecciones.
Pero, como se trataba de mojarse, Angels Barceló demostró que no tenía problemas en ser un poco más clara que sus colegas Francino y Nierga.
No se puede permitir que siga creciendo una ilusión si no hay una estrategia política para gestionarla, porque entonces habrá que gestionar la frustración.
Pepa Bueno
Pepa Bueno no tenía el conflicto interno que pudieran tener sus tres compañeros. Pero no por eso deja de ser relevante su reflexión, al ser la locutora de radio más escuchada de España.
En lo ocurrido este miércoles no hay dudas: la cadena que atravesó Cataluña pedía nítidamente el derecho a decidir y muchas voces, la independencia.
Fuera de la cadena, otros catalanes, con los que también hablamos, explicaban sus razones en contra. Nunca fue más cierta la frase de que es la hora de la política, la política que hasta ahora ha sido incapaz de dar respuesta a un movimiento social que acumula ya dos impresionantes demostraciones de fuerza, a la que hay que sumar la manifestación contra la sentencia del Constitucional sobre Estatut que muchos sitúan aquí en el impulso inicial del movimiento.
Sol Gallego Díaz: «No se puede considerar que las ideas de los manifestantes son las únicas de la sociedad catalana»
La histórica periodista de El País, Soledad Gallego Díaz, fue quizá la más directa de todos los comentaristas de la SER.
Una cosa es comprender y respetar a las personas que participaron y otra considerar que sus ideas son las únicas democráticas o las únicas presentes en la sociedad catalana. Lo que importa ahora es la traducción política que vaya a tener esa manifestación. Porque el Gobierno de Artur Mas puede traducirla en sectarismo política, concediéndole una interpretación excluyente que ignore a quienes no estuvieron presentes. Quizá no sea el momento de recordarlo, pero para muchos españoles de la generación de la transición, fue imposible no recordar que la senyera, como otros símbolos catalanes, representó un día un elemento común en la lucha antifranquista y en la recuperación y en la extensión de las libertades civiles y los derechos sociales. Es inevitable sentir una cierta melancolía cuando las banderas se enarbolan hoy sólo como símbolo de patrias.

