Marhuenda: "Mario Conde quería hacer populismo en España, lo que hubiera sido una tragedia"
Con un relativo ambiente de agitación en los medios de comunicación al amanecer la jornada de 17 de febrero de 2014 —¿Terremoto también en la dirección del diario ‘El País’?–, el resto de espacios mediáticos continuaron adelante con sus escaletas y minutados.
Particularmente, así se hizo en la tertulia matutina de Radio Nacional de España, en ‘Las mañanas de RNE’ con Alfredo Menéndez en la conducción y con la presencia de los periodistas Francisco Marhuenda (director del diario ‘La Razón’), Manuel Erice (subdirector de ABC) y Raimundo Castro —AUDIO (a partir del minuto 30)–.
El asunto principal del debate se centraba en Italia, donde se viven momentos decisivos a nivel político tras una semana de consultas que desembocarán en la formación de un nuevo Gobierno. —«Con Italia, se confirma que el desgobierno, a veces, produce milagros; si no, no se explica»— En esta ocasión, el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, encargará esta jornada al secretario del Partido Demócrata, Matteo Renzi, la generación de un nuevo ejecutivo. Ante ello, Francisco Marhuenda arrancó su intervención, sin poder olvidarse de la inevitable figura trascendental de Silvio Berlusconi en Italia:
«Italia es una potencia económicamente mayor que la nuestra, con una cultura milenaria… Y ellos votan a Renzi o a Berlusconi, votan muchas cosas. La política es muy complicada y convirtieron la República en un sistema de Estado extraña. Estamos repitiendo lo que curiosamente el pérfido Berlusconi, ese sujeto, ese bufón que todos criticamos con gran naturalidad, pero que todos los italianos de todas las clases sociales votan… Su modelo económico me parece acertado, otra cosa ya es su deleznable vida personal. Pero allá él con su ética».
Ahora viene el hilo por el que Marhuenda une el proceso político italiano con asestarle un buen golpe a uno de los personajes más controvertidos del panorama político español en los últimos años:
Raimudo Castro: «En España no hay un Berlusconi. La gente todavía opta por los grandes partidos, pero líderes sólidos, salvo excepciones minoritarias, no hay».
Manuel Erice: «Pero ahora estamos en el primer momento de toda la democracia donde este bipartidismo se empiece a romper. Yo no digo partidos populistas, pero sí partidos alternativa que con un mensaje más fácil sean capaces de ir quebrando ese bipartidismo, y ahí puede que surjan personajes concretos».
Francisco Marhuenda: «Por eso los constituyentes se fijaron en Italia y en la Segunda República española, para impedir un modelo de inestabilidad política. Nuestra economía es menos sólida que la italiana porque está menos diversificada, y el bipartidismo es más perfecto que la alternativa de una sopa de letras».
«Desde la Transición uno de los mayores golfos fue Mario Conde, un sujeto que hundió un banco, un sujeto deleznable humana y económicamente, empresarialmente, que quería hacer algo parecido, un populismo que hubiera sido una tragedia para España».