Las opiniones son para todos los gustos sobre él
«Hay muchos licenciados en Periodismo. Pero hay más licenciados en lameculismo».
La frase define a la perfección el estilo de la factoría Cárdenas: música, entretenimiento y caña, mucha caña.
La receta le funciona al «predicador» de Europa FM, cuyo Levántate y Cárdenas cerró temporada con una media de 1.142.000 oyentes y ha renovado días atrás por cuatro años más.
El subidón de audiencia del morning de la cadena musical de Atresmedia ha tenido efectos colaterales. Uno de ellos, el del empuje dado a la propia emisora, que ya se ha situado al borde de los dos millones de oyentes diarios tras varios años de abrir sus mañanas.
Y es que aunque no es extrapolable, Levántate y Cárdenas ya cuenta con más oyentes que sesudos programas como La Mañana de COPE (1.015.000 oyentes) o el espacio matinal de RNE (831.000 oyentes).
Claro que la fórmula Cárdenas es muy sui generis. El locutor, vinculado desde muy joven a la radio, tiene un estilo muy peculiar que genera odios y amores por igual. Sus detractores le acusan de hacer «soflamas» y «demagogia» y sus partidarios se deleitan escuchando cómo dispara a diestro y siniestro sin casarse con nadie.
Atrás quedan los tiempos de reportero especializado en frikis de Crónicas Marcianas, que le depararon algún disgusto bajo la sombra de Javier Sardá, tras crecer de la mano de Alfonso Arús, su cuñado.
A día de hoy, Cárdenas lo mismo puede poner de vuelta y media a políticos y banqueros que machacar a Mariano Rajoy y a Leyre Pajín que, si se tercia, fajarse con Pilar Rahola.
«A ti no te votaban ni las ratas», le soltó a la intocable colaboradora de la no menos intocable Julia Otero desde los micrófonos de la misma empresa común en un speech que fue carne de red social por sus críticas al proceso independentista catalán.
O, de forma más reciente, la tormenta desatada por el indulto al guardia civil Manuel Abersú por el turbio asunto de la agresión sexual con grabación incluida. Las críticas de Cárdenas le han llevado a chocar de manera frontal con la Unión de Guardias Civiles después de que ésta confirmase haber asesorado al agente del Instituto Armado.
Pero lo más importante es que el indignado Cárdenas, cuyo público mayoritario se compone de treinteañeros y cuarentones -ahora que tanto se miran esas cosas en la radio- funciona.
