Este martes Ángel Expósito hablaba a las nueve de la mañana sobre los datos del paro, pero seguramente por dentro le estarían matando otra serie de datos; los del EGM.
Y es que parece no funcionar la nueva fórmula de Expósito, dicen impuesta por una consultora sueca, que ha convertido a La Mañana de COPE en un espacio informativo sin apenas tertulias, abundando los analistas y los temas sociales, resueltos en cápsulas informativas exprés de apenas cinco minutos.
Y Expósito llevaría la procesión por dentro, ya que La Mañana ha caído hasta los 931.000 oyentes, que suponen 84.000 menos que los que obtuvo Buruaga en junio y 113.000 menos que los que obtenía COPE hace un año. Por no hablar del ascenso de Alfredo Menéndez en RNE, que alcanzando los 954.000 oyentes ha desplazado a COPE al cuarto lugar de la mañana. Solo el buen funcionamiento de los productos musicales del grupo-Cadena 100, Rock Fm y Megastar-, han compensado en parte la sangría de COPE, que se ha quedado sin 200.000 oyentes en 365 días.
Hay que decir que Expósito estuvo torero este martes y se atrevió a dar los resultados del EGM, eso sí, tras ser cocinados a fuego lento por el departamento de comunicación de la emisora episcopal: «Hoy toca daros las gracias porque acabamos de conocer los resultados del EGM, que dicen que el Grupo COPE es el segundo grupo de radio en España». A partir de ahí, Expósito ayudado por Paloma Tortajada se empeñaron en vender la moto, convirtiendo la caída de COPE en una noticia positiva: «El Grupo COPE ha experimentado una subida del 5,4% anual», para añadir a continuación que habían subido La Tarde y La Linterna, por no hablar de que se atrevieron a resaltar el liderazgo de Tiempo de juego, «los sábados de cuatro a siete, que es el horario donde se emiten los partidos más importantes».
El problema que tiene Expósito, es el que lleva arrastrando COPE desde hace años; la larga sombra que dejó Jiménez Losantos, que en esta oleada además ha superado a su antigua emisora en la Comunidad de Madrid. Por no hablar de que Expósito seguramente ve por el retrovisor a Carlos Herrera, al que muchos sitúan en negociaciones con Barriocanal para aterrizar el próximo septiembre en su silla. Herrera, que acaba contrato en junio y ha evidenciado un divorcio creciente con Atresmedia por la simpatía entre Podemos y La Sexta, podría estar en estos momentos meditando si su lugar está en Onda Cero o en COPE.
Uno de los problemas para acometer un fichaje de tal envergadura, es que a los cuatro millones que dicen que cobra Herrera por año, habría que añadirle los otros cuatro millones que pagan a Vocento por el alquiler de las licencias. Por no hablar de los otros cinco que podría facturar el equipo de deportes de la emisora, que acaba contrato en junio y lleva arrastrando el tema pendiente de la renovación desde el pasado año. Para muchos trabajadores de COPE, suena a contrasentido que mientras la dirección de la emisora les exija que se aprieten el cinturón, con unos recortes salariales que rondan entre el 5 y el 10% de media, la cadena tire la casa por la ventana para acometer fichajes, renovaciones o pagos de alquiler millonarios. Así, piensan muchos, que las cuentas difícilmente seguirán cuadrando, porque COPE lleva perdidos 16 millones de euros desde 2010, y solo el año pasado se dejó por el camino más de millón y medio de euros.