Con toda esta historia -que tiene muchos actores, dentro y fuera de Cataluña- se politiza la justicia y se judicializa la política
La estampa era la siguiente. El president de la Generalitat, Artur Mas ha comparecido como imputado ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) por la organización de la consulta del 9-N.
Mas se ha hecho acompañar de una comitiva entre los que se encontraban los 400 alcaldes de municipios que se han adherido a asociaciones independentistas y que llevaban las varas de mando en la mano.
Una estampa que el líder del PP Xavier García Albiol ha tachado de «espectáculo propio de dictaduras», ya que a su juicio «presentarse con 400 alcaldes con la vara de dirección y el carné independentista en la puerta de un juzgado para presionar a los jueces solo ocurre en dictaduras como Venezuela o Cuba».
En la SER, Carles Francino ha comenzado ‘La Ventana’, el programa vespertino que presenta, editorializando sobre dicha escena:
[…] Todo esto viene a cuento -como ya habrán adivinado- de la concentración con aires de performance que hoy han protagonizado centenares de alcaldes arropando a Artur Mas con motivo de su citación ante el Tribunal Superior de Justicia.
Añade:
[…] A mí, personalmente, me parece un desastre; una estampa lamentable, impropia de un país democrático y sobre todo un fracaso en toda regla; un fracaso institucional, que es lo más grave.
Sí, porque con toda esta historia -que tiene muchos actores, dentro y fuera de Cataluña- se politiza la justicia, se judicializa la política, los alcaldes olvidan que lo son de todos sus vecinos, no sólo de los que están por la independencia, y al final la sospecha generalizada, la desconfianza y el descrédito de las instituciones yo creo que es muy grande […]
Y finaliza:
Y es un precio que al final pagamos con la excusa -o la coartada- de las patrias y las banderas sean cuales sean. Cuando resulta obvio, ofensivamente obvio, que hay otros intereses en juego relacionados con el poder, con el dinero y con las poltronas.