Un año antes de la explosión final del ridículo procès de este otoño de 2017, ya aparecían situaciones vergonzantes para los supremacistas catalanes que les retratan con pureza.
En octubre de 2016, Carlos Herrera recogió en la cadena COPE la historia de una aerolínea húngara, Wizz Air, que en su sede en Barcelona ofrece un teléfono gratuito de atención al cliente para catalanoparlantes, mientras que para el español y otros idiomas mantenían una línea de pago.
La cosa era tan absurda que una chica se grabó llamando al teléfono de atención en catalán pidiendo hablar en español. Herrera se lo pasa en grande con esta penosa situación.