Los estibadores del puerto de Barcelona son una panda de mafiosos indecentes
Los episodios de coacciones, presiones y amenazas vividas en Cataluña en las últimas horas son inadmisibles.
Afortunadamente no ha surgido ningún brote de violencia dramática después de que el Estado haya desmantelado el operativo diseñado por la Generalitat para la consulta ilegal del 1-O.
Pero eso no oculta el odio demostrado por miles de manifestantes separatistas a la Guardia Civil, la Policía o los miembros de la Justicia encargados de ejecutar órdenes con estrictos criterios de legalidad.
Y tampoco oculta la permisividad con la que se ha consentido el destrozo de vehículos de la Guardia Civil, o con la que se ha dificultado el acceso y la salida de los agentes de las sedes oficiales tras los 42 registros realizados.
Ete 21 de septiembre de 2017, los estibadores de los puertos de Barcelona y Tarragona se negaron a operar con los tres barcos que alojan a las fuerzas policiales de refuerzo enviadas desde otras provincias.
Definitivamente, el plan de Rajoy está pillando por sorpresa a la Generalitat. Esperaban tanques y se encuentran con Piolín… pic.twitter.com/TKkPL6Iv6N
— Iván Hernández C. (@IvanHerCor) 22 de septiembre de 2017
También aparecieron pintadas amenazantes en muchos negocios de ‘españoles’ y en domicilios particulares de políticos o de sus familiares, como en el caso de Albert Rivera.
Como ha subrayado Carlos Herrera en la Cadena COPE, en su fílípica matutina de este 22 de septiembre, el acoso a las delegaciones que actuaban como policía judicial mientras procedían a las detenciones por orden judicial fue tan lamentable como el oneroso silencio de la Generalitat a la hora de exigir calma en las calles:
«Señoras, señores, me alegro. ¡Buenos días!
- ¿Qué tal están damas y caballeros? Dígale adiós con la manita al verano que se va a las diez y pico de la noche y entra el otoño, para algunos tan melancólico. Oiga el otoño inspira grandes momentos. Y lo hará incluso en un viernes como hoy.
- Hoy va a llover en el País Vasco, Navarra, Aragón y en el resto, más o menos despejado. Esto es vuelta la burra al trigo o como quieran ustedes, la hora de la coacción. Pero es la contumacia que resulta, así si me apuran, enternecedora.
- Contumacia por aquellos que no se dan por derrotados y siguen golpeando con la cabeza la puerta de madera. Ese es Puigdemont que sigue con el independentismo hacia ninguna parte.
- Ha ofrecido un diálogo. Incluso ha publicado una web nueva donde dice cómo se va a votar. Todos los que se movilizan por la asamblea, y salen al balcón y se les llenan la boca con ‘el pueblo de Cataluña’…, es una barbaridad.
- Pero así siguen las cosas. Era previsible que el Estado contestase, y también que no se bajen del ‘machito’ aquellos que han vivido de esto. Les queda el pataleo y la contumacia, pero pocas cosas más.
- Esperemos que en las próximas horas el control de la calle no se les escape de las manos a los organizadores y tampoco se les escape a quien tienen que investigarles, como son los mossos, que serán muy solidarios con los guardias civiles, pero tienen unos jefes que les obligan a ponerse de perfil, ‘aquí no se hace nada’.
- Y ya me dirán qué hacen sin material y sin logística. Y además, con algunos de los que están dentro, están diciendo ‘a ver si nos replegamos’.
- La gravedad, como le decía, de personajes como Puigdemont es la que lleva a la coacción a instituciones, a particulares, hasta incluso a clubs de fútbol. ¿El Espanyol qué? ¿Por qué no hace una nota como el Girona y el Llagostera?
- Es que la nota del Espanyol esta llena de decencia, nada que ver con el Barça y el resto. Ante la desidia de los mossos se dan casos graves como por ejemplo, ante la sede de los Tribunales de Cataluña se concentran miles de personas presionando a los jueces, eso sí que es peligroso en democracia, tanto como intolerable. Además, esa chusma que se pone a gritar cosas a los jueces, está jaleada en una tapia por la presidenta del Congreso.
- La presidenta de un Parlamento subida a una tapia diciéndole a unas masas arengándoles para que increpen a unos jueces que han tomado la decisión de detener a unos señores que están incumpliendo la legalidad. Los que están ahí son los tipos que forman la Asamblea Nacional de Cataluña.
- Esos de la asociación que llevan mucho tiempo viviendo gracias al dinero de la Generalitat. Los estibadores del puerto de Barcelona, una panda de mafiosos indecentes, que tienen un santísimo valor de decir que no van a atender a los barcos donde se han quedado los de la Guardia Civil.
- Simplemente esa afirmación ya nos da una idea de hasta dónde llegan las cosas. ¿Puede alguien decidir a quién atender y a quién no según su ideología? ¿Esto es motivo de despido o al menos, de expediente?
- Que la policía diga ‘yo no voy a proteger ni a las familias ni a los estibadores’, ¿se lo imaginan? Hay colegios que a los niños les permitan que vayan a las manifestaciones y en horas de clase.
- Y después hay otros pueblos como Olot, que piden permiso a los padres para llevarse a los niños chicos. Esto es muy antiguo, ya lo hacían en muchos lugares donde el fascismo y la dictadura se instalaron con tragedias para muchos».
Molta gent davant de la Ciutat de la Justícia per exigir la llibertat immediata dels 6 detinguts polítics. La democràcia no és cap delicte! pic.twitter.com/LKwBfP4MaY
— Carme Forcadell (@ForcadellCarme) 22 de septiembre de 2017
«En Barcelona hay policía para quemar Beirut, ¡pero que nos dejen actuar!»