«Las cosas se han hecho muy mal durante estos últimos años«. Este es el sentir de parte de la redacción de la Cadena SER, que ha podido pulsar Periodista Digital, tras conocerse el nombramiento como nuevo director general de Daniel Gavela. «Cuando se dio a conocer la noticia solo faltó que la gente se pusiera a aplaudir«, resumen lacónicamente fuentes internas consultadas por este medio.
Y es que el grupo Prisa, con Manuel Mirat como CEO y nuevo hombre fuerte de la compañía tras la retirada del sempiterno Juan Luis Cebrián ha asumido por fin que las cosas en la emisora que a día de hoy aún es líder en el EGM se han hecho fatal en los últimos años y eso, sumado a los aciertos de la competencia, ha provocado que la COPE reduzca diferencias de manera notable respecto al primer puesto–El CEO de Prisa Manuel Mirat entierra en tiempo récord la ‘era Cebrián’ y recupera a Daniel Gavela para dirigir la SER–.
La SER había vivido una época dorada bajo el mandato de Gavela, que fue en primer momento director general de la cadena entre 1994 y 2001 y posteriomente director general de Unión Radio entre 2001 y 2006, cuando Jesús Polanco le encomendó la dificil decisión de ponerse a los mandos de la naciente Cuatro «para que repitiera el éxito», según estas mismas fuentes, que junto a todo el equipo de la SER ya había experimentado.
No en vano, su llegada a la radio supuso un auténtico espaldarazo en tiempos donde la SER no reinaba como hasta ahora.
El propio grupo Prisa, en una nota de prensa donde, empeñados en ensalzar las virtudes de Gavela para explicar su retorno, reconocían a su vez implicitamente los errores cometidos en esta última etapa: «la cadena pasó de 2,8 millones a 5,7 millones (récord vigente de la radio) y todos sus programas se situaron como líderes de audiencia las 24 hora del día».
Pero esos tiempos terminaron. El principio de la cuesta abajo llegó en 2010, con Gavela ya totalmente alejado de la sede de Gran Vía, cuando Daniel Anido cometió un error que precipitó una tormenta que por entonces parecía solo cosa de unos cuantos rayos y truenos pero que llevó a la todopoderosa SER a situarse entre la espada y la pared: despedir a Paco González y su equipo de ‘Carrusel Deportivo’.
La marcha de González, Lama y Castaño a la COPE llevó incluso a la COPE a conseguir provocar algún que otro vuelco al fin de semana deportivo que llevaba muchísimos años sin verse en el EGM (Estudio General de Medios)–EGM / Significativo vuelco los fines de semana: Paco González certifica su venganza de la SER siete años después–.
El sucesivo (y agitado) nombramiento de directores del Carrusel (Javi Hoyos, Manu Carreño, Jesús Gallego, Dani Garrido) no era más que una muestra palpable del problema que tenia Prisa con el fin de semana.
El acierto de la llegada de Carlos Herrera a las mañanas de COPE, que ha ido reduciendo diferencias, ha hecho el resto–Carlos Herrera, de récord: supera los dos millones de oyentes–.
Mirat y sus directivos han decidido algo así como una vuelta a los orígenes y situar a la persona que ellos consideran el adecuado para volver a situaciones mucho más amable–EGM / Cataluña dispara a Alsina y Herrera y penaliza a la SER–.
Durante mucho tiempo, mientras Juan Luis Cebrián fue el todopoderoso hombre fuerte de Prisa, parecía que todo lo que ocurría con la SER no valía mucho.
Esto era debido al tradicional desprecio que el ya ex presidente de la compañía irradiaba hacia el periodismo radiofónico. En los foros internacionales siempre se refería a El País cuando tenía oportunidad, pero incluso en otras ocasiones daba la sensación que la primera emisora en audiencia -y facturación- del país no le interesaba mucho–Juan Luis Cebrián: «No creo que ‘El País’ deba ser un periódico de izquierdas»–.
La redacción vuelve a cerrar filas en torno a Gavela, cuya llegada se augura inminente. Se dice de él que ejerce como periodista antes que como director y es de los que cuando la situación lo requiere baja al frente de batalla y no se queda en el despacho.
Si bien es cierto que la época dorada de la cadena que él conoció ha perdido a muchos de los referentes de entonces (Iñaki Gabilondo, que se fue con él a Cuatro, el ya mencionado Paco González, José Ramón de la Morena…) Manuel Mirat ha apostado así por enterrar la ‘era Cebrián’ y no ha tenido reparos en traerlo de vuelta.