La deriva autoritaria de Pedro Sánchez no tiene límites. Ha demostrado que es capaz de todo con tal de prolongar la legislatura. Hasta de saltarse las leyes.
Las alarmas se encendieron cuando Teresa Cunillera aprovechó una entrevista en Catalunya Ràdio para pronunciar la palabra que el separatismo lleva tiempo esperando: indulto. «Si se pide (el indulto), soy partidaria, claro». No hablaba un opinador cualquiera ni un concejal remoto, sino la delegada del Gobierno en Cataluña.
Carlos Herrera en su editorial de las 7 h en la COPE demostró estar muy preocupado por esta deriva del ‘Doctor Calamidad’ como le ha apodado.
Demasiadas voces gubernamentales hablando de indulto para pensar que es una casualidad. Este calamitoso gobierno está por la impunidad de los golpistas presos a los que alguna caricia les ha enviado, dando a entender que los jueces son un obstáculo y que aquí lo que arregla las cosas es la política.
¿O es que el Doctor Calamidad da entender que los jueces son un obstáculo? O se han puesto de acuerdo o hay una corriente alterna para que todos en el Gobierno apelen a la humanidad y a la puesta de libertad de los políticos presos.
Al posicionamiento de la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera que ha abogado claramente por el indulto, hay que sumar las declaraciones de Carmen Calvo en las que razona que «no sería lógico alargar la prisión preventiva». O la intervención del ministro José Luis Ábalos valorando el propio indulto como un gesto de «humanidad».
Herrera les ha dado a todos un buen meneo:
A todos estos les ha faltado ponerse el lazo amarillo dando a entender que es una reivindicación humanitaria y lo cual implica llamar inhumanos a los jueces. «Somos humanos y esto lo va a arreglar la política».
La estrella de las mañanas de la COPE recordó las palabras del diputado de ERC, Joan Tardá, instando a Sánchez a «retirar la acusación de rebelión para negociar los presupuestos».
¿A cambio de qué? A cambio de que los independentistas le aprueben los Presupuestos y Sánchez se pueda quedar en la Moncloa.
Resulta paradójico que el PSOE –como dice hoy el editorial de El Español— se haya mostrado partidario de prohibir los indultos para los condenados por corrupción o violencia de género, y que en cambio ahora se escandalice porque el PP pretenda hacerlo extensivo a los que sean culpables de rebelión y sedición.