Es decir, hacemos muy bien el 'giliprogre' en el puerto de Valencia, nos hacemos la fotito maravillosa cuando acabamos de llegar al Gobierno, y luego nos damos un baño de realidad
«Ahora resulta que es Sánchez el que dice que no hay papeles para todos. Vaya, vaya…«. Carlos Herrera se ha choteado a base de bien de los bandazos del gobierno socialista en política migratoria.
Y es que, recordemos, Sánchez y los suyos corrieron prestos a hacerse la foto a cuenta de los refugiados que venían del ‘Aquarius‘ pero la realidad les ha quitado la bobada y el afán de protagonismo a él y a sus ministros con el ‘Open Arms‘, que llegaba a Algeciras con 87 seres humanos más.
En su editorial de este 9 de agosto de 2018, en ‘Herrera en COPE’, el locutor comentaba lo siguiente:
Y luego, fíjense ustedes, el Gobierno ha cambiado sobre la marcha la política migratoria.
Ya no nos hacemos fotos como con el Aquarius, ya no vamos todos allí, ‘hosanna, hosanna’ cantando todos juntos, con los pañuelitos cuando llegua el barco, con los inmigrantes que han rescatado del mar.
Ahora los que llegan, porque va a llegar a Algeciras el Open Arms con 87 personas más. Y a esas 87, lo que se les aplica es la legislación vigente. Es decir, si ha venido usted irregularmente se vuelve, y si es un exiliado político ya lo veremos. O sea que, no puede haber papeles para todos. Vaya, vaya, vaya, lo que dijo Pablo Casado, que es una obviedad, que está recogido incluso en los programas del Partido Socialista.
El no puede haber papeles para todos, que le costó que le dijeran racista, extrema derecha, toda esta panda de bocachanclas que se ponen a hablar, el alcalde de Valladolid, la vicepresidenta del Gobierno, etcétera, etcétera. Todos subidos de azúcar.
Y ahora resulta que es el Gobierno de Pedro Sánchez el que dice que no hay papeles para todos porque esto, hacer esto, es reconocer que no hay papeles para todos, que no puede haber papeles para todos.
O sea, que el Gobierno también entonces es racista, de extrema derecha, etcétera, etcétera, que es lo que se le dijo a Casado.
«Fíjense ustedes, como el que a veces más habla, luego es el que menos puede hablar. Es decir, hacemos muy bien el ‘giliprogre’ en el puerto de Valencia, nos hacemos la fotito maravillosa cuando acabamos de llegar al Gobierno, y luego nos damos un baño de realidad. Eso sí, mientras tanto despachamos a todos los que han dicho lo contrario con los epitetos de siempre. Esto ni es nuevo, ni es la última vez que habrá de pasar.»