Fue un nuevo ejercicio de masaje del flojito Carlos Herrera cada vez que tiene que entrevistar a uno de sus amigos. Ya le pasó en noviembre de 2018 con la ministra de Defensa, Margarita Robles, donde el periodista almeriense no le metió el dedo en la llaga en ningún momento y eso que había cuestiones tan cadentes como las del ataque de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, al Ejército –Paseo militar de Margarita Robles en COPE ante un dormido Carlos Herrera y su tropa de tertulianos ‘alfombra’-.
Este 14 de diciembre de 2018, con el ministro de Exteriores, Josep Borrell, en los estudios de COPE, Carlos Herrera volvió a esas entrevistas de masaje y colegueo que el titular diplomático del Gobierno de Pedro Sánchez agradeció sobremanera.
De hecho, la despedida de la charla de poco más de 25 minutos fue ‘antológica’ en la que Herrera confesaba que:
Le tenemos admiración ilimitada.
Todas las preguntas de Carlos Herrera no tenían colmillo retorcido y además le permitían a Borrell explayarse a gusto porque no había punch, ni con el tema catalán ni con el fiasco de Gibraltar, donde el ministro, a pesar de quedar demostrado que el gran acuerdo que Sánchez blandió no fue más que un pacto privado que no se añadió al documento general del Brexit, volvió a incidir en que ese escrito de última hora no fue una carta sino un documento oficial y que contaba con toda la validez.
El que sí le metió las cabras en el corral fue David Gistau que fue el único momento donde Borrell se puso con cara avinagrada. El columnista de El Mundo fue a saco:
¿Cuántas veces se ha sentido usted incómodo por pertenecer al gabinete de Pedro Sánchez? Me refiero en ese contexto de la relación que él ha mantenido con el independentismo. ¿Ha sido difícil para usted? ¿Ha tenido algún tipo de contradicción moral? ¿Alguna mañana se ha levantado diciendo que yo me voy?
Borrell intentó desviar el asunto:
El tema de Cataluña no es de mi cartera.
Gistau no soltaba la presa:
Más allá de las competencias, ¿no le molesta que como ministro ver que se negocien los Presupuestos Generales del Estado con un preso acusado por rebelión, que los jueces y abogados del Estado queden desautorizados, que existan pequeños síntomas de rendición del Estado para forzar una solución política poco honorable? Esas cosas, al hombre que yo vi en el Paralelo el día de la manifestación constitucionalista me extraña mucho que no le plantee incomodidades y contradicciones morales con el Gobierno al que pertenece.
Borrell, que no sabía dónde meterse, defendía la aprobación de los PGE, a pesar de acabar reconociendo que con el órdago de Torra no iba a ser posible:
Que el Gobierno intente aprobarlos es su obligación y es que además sirven a la sociedad. Su aprobación es una buena noticia para el país.
Juan Velarde es redactor de Periodista Digital @juanvelarde72