Rosy Rodríguez tiene 21 años y vive en Ciempozuelos. Rosy es gitana y actriz y junto a Zaira Romero protagonizaron ‘Carmen y Lola’, un película transgresora de Arantxa Echevarría que aborda el tabú de las relaciones homosexuales dentro de la etnia gitana.
Rosy Rodríguez fue entrevistada el 28 de febrero de 2019 en el programa ‘Buenismo Bien’ de la cadena SER que conducen Quique Peinado y Manuel Burque.
Rodríguez ha contado cómo se fue cocinando la película y las dificultades que tuvo para ser parte de ella. La debutante actriz ha recordado lo importante que fueron su marido y su madre para que finalmente formase parte de la película.
«Somos gitanos y es muy difícil que estando casada tu marido te deje hacer una película de lesbiana», ha señalado. «Más aun sabiendo que te vas a casar con otro hombre y que vas a hacer pedida y boda».
En #BuenismoBien estamos por los loles, pero también hay momentazos como éste con la actriz Rosy Rodríguez, que nos emocionó a todos.
El programa completo ???https://t.co/1pU8Jq5pdJ pic.twitter.com/MtFm4T6bZX
— Buenismo Bien (@BuenismoBien) 28 de febrero de 2019
Curioso que un programa declaradmente de izquierdas, ni uno de los dos presentadores tan aseados en lo políticamente correcto no se haya levantado indignado ante la presión del heteropatriarcado gitano.
Berta González de Vega les saca punta a estos dos luchadores feministas de quita y pon en El Mundo en una columna titulada ‘Buenismo Bien’. «Imaginen que esta escena hubiera ocurrido en esRadio».
El corte lo hubieran hecho viral y nos hubiera llegado hasta por correo certificado. Ninguno de los dos presentadores se atrevió a hacer ninguna crítica al machismo de la etnia gitana.Es más, Borque elogió al marido machista: «Eso es buenismo bien».
Pero cómo es gitana, ahí no se puede entrar, no sea que te linchen como a Rober Bodegas.
Continúa González de Vega:
Sabemos que hay un enorme fracaso escolar entre los gitanos, que son muy pocas las mujeres que llegan a la universidad, que se arreglan matrimonios y hay venganzas sangrientas. Todo muy pinturero, de pueblo milenario. Hace nada, hubo gitanos que acusaron a Rosalía de apropiación cultural. La mujer que es sinónimo de éxito, de fortaleza, de esfuerzo. Sin pedir permiso. Con 15 años, la eliminaron de Tú sí que vales: «No pasa nada, yo he venido aquí a aceptar las críticas». Siguió. Llegó.
Actitud Rosalía. Algunos gitanos harían bien en adoptar la apropiación cultural inversa: permitir que las mujeres hagan lo que les dé la gana. Espero referencias en el manifiesto del 8-M a la situación de la mujer gitana en España 2019. Pero no. El buenismo bien es más de culpar al patriarcado, en general, sin caer en estereotipos. Todas, víctimas.
Criticar a los gitanos tiene sus riesgos. Jugarse la piel, diría Taleb. Que se lo digan a Rober Bodegas y su comentario sobre lo que estaban tardando en adaptarse a nuestras normas sociales. Pero nuestras reglas oprimen. Hasta el Gobierno va a la huelga contra ellas este viernes.