Risto Mejide tiene claras dos cosas en esta vida. La primera, subir a toda costa su audiencia. Para eso su jefe, Paolo ‘El Capo’ Vasile, le encargó levantar las ruinosas tardes de Cuatro.
Y dos, pero no menos importante, si para ello encima puede quedar ante los ojos del telespectador como el bueno de la película, pues mejor. Win and win.
El caso es que da bastante vergüenza ajena las cosas que a veces hay que aguantar en la ‘telebasura’ con temas tan delicados como la polémica entrevista a Arnaldo Otegi en el canal público, TVE, que tanta polvareda ha levantado.
Mejide tuvo clara la estrategia. Invitó a una admiradora declarada de Otegi, al que considera «hombre de paz», como la desnortada Beatriz Talegón, para retratarla una y otra vez. Y de paso, ganarse el aplauso de ‘su’ público. Qué pena.
«Estoy defendiendo el Estado de Derecho», bramaba una y otra vez Talegón, la que ya había puesto sus cartas sobre la mesa en las redes sociales asegurando que el caso de Otegi era comparable al de Nelson Mandela, postulando al líder de la izquierda abertzale para ganar el próximo Nobel de la Paz. «No, tú estás defendiendo a un terrorista», respondía el publicista ahora metido a regenerador del periodismo, ‘ganándose’ así la ovación del público asistente a su programa.
«Este señor ha contribuido a la paz», proseguía Talegón. «No puedo escuchar más bobadas, estoy harto», respondía Mejide. «Si defender el Estado de derecho es llamar hombre de paz a un terrorista, estamos locos», finalizó entre vítores y piropos.