Alerta máxima: las radios comerciales han experimentado una caída de ingresos del 80% por culpa de la situación provocada por la crisis del coronavirus y piden al Gobierno «un plan de ayudas e incentivos para mantener las emisiones y el empleo».
La cuarentena y el estado de alarma decretada por el Ejecutivo han reducido la facturación publicitaria en la radio, lo que, según fuentes del sector, hace peligrar su supervivencia.
La radio comercial entiende que su sector «es un servicio público» y como tal ayudan a la información veraz, en tiempos de fake-news, y en campañas de concienciación y colaboración con la administración. A ello se une su sempiterna labor de acompañamiento a personas aisladas, ingresadas o que viven solas y que por medios y recursos no se pueden permitir la televisión de pago, que es el modelo que hoy en día funciona en nuestras sociedades.
La AERC, que representa a las radios comerciales de nuestro país, entiende que el paquete de medidas aprobado el 17 de marzo de 2020 por el Gobierno de Sánchez no da respuesta a sus necesidades porque la singularidad de este medio hace muy complicado a las empresas acogerse a los ERTE (Expedientes de Regulación de Empleo temporales) ya que si el trabajo de los profesionales, es imposible emitir una programación.
«En la radio es difícil aplicarlos ya que la producción sigue. O emites o no emites. No es un sector donde existan medias tintas», advierte un profesional del sector consultado por PD.
Las mismas fuentes recogen la alerta lanzada por la AERC (Asociación Española de Radios Comerciales) y exigen que el deterioro de sus empresas por la situación actual de crisis no se traduzca en la destrucción de puestos de trabajo y en la pérdida de pluralismo informativo.
Por ello le urgen a Pedro Sánchez un plan específico de ayudas e incentivos a la radio que remedie la situación ante un escenario de casi ausencia de la publicidad en medio de un panorama de emergencia nacional.
La compañía es un valor consustancial al medio radio. Y ahora, más que nunca, este valor se convierte en imprescindible para miles de personas (muchas de ellas mayores) que viven en soledad el confinamiento.
Las estrellas radiofónicas deberían actuar como lo que son y ser las primeras en dar un paso al frente
No solo de petición de ayuda urgente debería ir la cosa, sino de una profunda y sosegada reflexión por parte de todos. Los trabajadores más modestos en cuanto a nómina y más indefensos en cuanto a situación esperarán que sean las estrellas de sus respectivas cadenas quienes den un paso al frente y ofrezcan voluntariamente apretarse el cinturón mientras dure la situación.
Pedir una especie de ‘rescate’ al Gobierno de turno puede provocar que estas empresas acaben siendo rehenes de la situación en unos tiempos donde la pluralidad informativa y la constante vigilancia al Ejecutivo es esencial.
A Carlos Herrera, Pepa Bueno, José Ramón de la Morena, Paco González y Manolo Lama, Angels Barceló... se le atribuyen, en diversas informaciones que cualquiera puede consultar en internet, sueldos millonarios dignos de cualquier astro del balón del planeta fútbol.
Nosotros, al menos en esta situación, no vamos a entrar en ese tema de publicar sus nóminas, que oficialmente son secretas y por tanto, difíciles de contrastar, aunque nadie puede negar que las mismas incluyen muchos ceros. Pero sí vamos a poner sobre la mesa el debate de que ahora más que nunca todos pueden hacer un esfuerzo extra para salvaguardar la mayor porción de puestos de trabajo.
Como le gusta decir a Pablo Iglesias en buena lógica comunista, que pague más quien más tiene. Pero no es el caso. Porque si bien los deseos y las incertidumbres de las radios comerciales son lícitos y su carta de presentación de servicios para lograrlo es intachable, el primer paso, siempre, tiene que venir desde dentro. Es la mejor manera de hacerle ver a todos, ciudadanía e instituciones, que el movimiento se demuestra andando. Sirva el ejemplo de Amancio Ortega, tan denostado por podemitas, para corroborarlo.
El coronavirus ya se ha cebado con la TV
A pesar de que la radio es la ‘hermana pequeña’ del gran medio de comunicación de masas, que es la tele, tampoco la pequeña pantalla va a salir ilesa de esta pandemia.
En un reportaje de Carla Calvo y Sergio Espí para PD, la televisión se vio obligada a cancelar diferentes programas.
No acaba ahí el límite. Anulaciones y descenso de publicidad es la situación a la que se enfrentan imperios mediáticos, cadenas grandes y pequeñas. Los despidos han comenzado ya a producirse y es tan solo el inicio de una situación rocambolesca en un principio que acabará siendo dramática.